Hechos de agua
"Estoy hecho de agua. Jam¨¢s se dar¨¢n cuenta de ello porque la tengo contenida. Tambi¨¦n mis amigos est¨¢n hechos de agua. Todos", proclama Philip K. Dick en Confesiones de un artista de mierda, y a?ade: "Para nosotros, el problema no s¨®lo radica en que debemos andar sin ser reabsorbidos por la tierra, sino en que debemos ganarnos la vida", y concluye: "En realidad hay otro problema mayor. No nos sentimos c¨®modos en ninguna parte". Revirtamos la cuesti¨®n. ?C¨®mo podr¨ªamos sentirnos c¨®modos en ninguna parte si debemos ganarnos la vida y andar sin ser reabsorbidos porque estamos hechos de agua? Puede que ¨¦ste no sea el pre¨¢mbulo m¨¢s adecuado para hablar de f¨²tbol en plena refriega europea. Hay chicos hechos de agua que se ganan muy bien la vida corriendo tras un bal¨®n, pero temen ser reabsorbidos por el c¨¦sped que pisan, mientras otros somos abducidos por la pantalla del televisor y ni unos ni otros nos sentimos c¨®modos porque en todos subyace una pertinaz desaz¨®n. A pesar de su rotundo triunfo sobre Rusia en el primer partido de esta Eurocopa, he de confesar que no he acabado de desembarazarme de cierta reticencia cautelar a la hora de celebrarlo. ?Es real lo que he visto? ?Ha encontrado, por fin, la selecci¨®n espa?ola su identidad? Y no me refiero a esa identidad apenas atisbada en los remotos y ret¨®ricos tiempos (1950) en que un tal Telmo Zarraonaind¨ªa Montoya, vasco de sangre gitana, marcara en R¨ªo un abracadabrante gol a la p¨¦rfida Albi¨®n, logrando la mejor clasificaci¨®n para Espa?a en un Mundial (cuarto puesto) antes de caer humillados por un s¨¢dico Brasil (6-1).
Todo me ha parecido demasiado f¨¢cil y bonito como para no sentir aprensi¨®n
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Ef¨ªmera fue la furia espa?ola y fugaz la gloria. Tuvimos que esperar 14 a?os para volver a ensalzar la raza con el casero y certero cabezazo de Marcelino. ?Ha conseguido el actual seleccionador el milagro de ensamblar un equipo y dotarlo de un estilo coherente contando tan s¨®lo de vez en cuando con jugadores que provienen de diferentes conjuntos y muy dispares concepciones del juego? O la apariencia nos enga?a y los rusos, ingenuos y torpones, tras darnos dos o tres sustos, abrieron compuertas a los espacios bajo la lluvia para que el agua y nosotros burbuje¨¢ramos a placer. Mi amigo Michael Robinson dice que "ganar es cuesti¨®n de h¨¢bito". Tautol¨®gica afirmaci¨®n. Por cuanto adquirir la costumbre de ganar lleva consigo ganar por costumbre. Claro que el h¨¢bito hace al monje. Lo sabemos. Y tambi¨¦n que el camino de cien leguas empieza por un primer paso y que, hechos de agua o de whisky, puede que lo hayamos dado. No quisiera ser el agorero que ag¨¹e la celebraci¨®n. Pero todo me ha parecido demasiado f¨¢cil y bonito como para no sentir aprensi¨®n.
Quiz¨¢s por falta de costumbre, tengo la sospecha, corroborada retrospectivamente, de que estamos m¨¢s hechos de agua que otros y podemos encontrarnos de la noche a la ma?ana con el agua al cuello o licuarnos en cualquier momento, como en anteriores ocasiones, quedando todo, una vez m¨¢s, en agua de borrajas. En todo partido resulta decisivo el orden y momento en que se marcan los goles, as¨ª como, por supuesto, las pulgadas que hacen coincidir el esf¨¦rico con el poste y estos factores alteran el resultado y nuestra percepci¨®n del juego. El equipo espa?ol ha sido muy superior al ruso, no cabe duda, y me ha encantado que las circunstancias le impelieran a jugar al espacio en lugar de tejer y destejer el tapiz de Pen¨¦lope en el centro del campo a la espera de un Ulises que a veces llega tarde. O no llega.
Quiero creer que no hemos visto un espejismo en el desierto sino encontrado el cauce que conduce a las m¨ªticas fuentes del Nilo, donde ya es hora de que podamos, code¨¢ndonos con los mejores, darnos un buen chapuz¨®n. Como habr¨¢n comprobado, esta ¨²ltima met¨¢fora deja mucho que desear, pero con tanta agua me he dejado llevar por la corriente. Lo de Pen¨¦lope y Ulises, el tapiz y todo eso, me gustaba m¨¢s. Y, por cierto, vaya un aviso para navegantes desavisados, Philip K. Dick no jugaba en ning¨²n equipo de f¨²tbol ni dio siquiera una patada a pelota alguna. Se trata de un genial escritor de ciencia ficci¨®n en cuyas obras se han basado pel¨ªculas como Blade Runner, Desaf¨ªo total, Abre los ojos, Olv¨ªdate de m¨ª o Minority Report, entre otras. Muri¨® en 1982, a?o del Mundial de Espa?a, en el que precisamente se introdujo por primera vez un bal¨®n de cuero con costuras impermeables que reduc¨ªan la absorci¨®n de agua. Por si acaso.
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