Nanysex pas¨® la vida huyendo de su rastro
El rechazo social a su conducta le llev¨® a refugiarse en la Red
Nanysex, ?lvaro Iglesias tambi¨¦n fue ni?o. Lo cuenta su primo, que prefiere no dar su nombre. "Cuando ?lvaro era peque?o le gustaba trastear con los Lego". Jugaba a construir. Es el ¨²nico dato c¨¢ndido de una infancia sin inocencia. El mismo ?lvaro ha reconocido ante su psiquiatra que desde los ocho a?os le gustaban los ni?os. A los 11 cometi¨® su primer abuso. Una ni?ez aberrante que transcurri¨® en Villalba, un pueblo a 50 kil¨®metros de Madrid.
Una madre le defini¨® como un joven "raro y solitario"
"Tristemente ?lvaro saldr¨¢ de la c¨¢rcel a los 46 a?os", dice un abogado
Aquel chiquillo tiene hoy 26 a?os. Durante la pasada semana y hasta el mi¨¦rcoles est¨¢ siendo juzgado por ser la cabeza pensante de una red que difund¨ªa en la Red v¨ªdeos de feroces vejaciones a ni?os de entre uno y seis a?os. Aprovechaba su condici¨®n de canguro para cometer sus abusos. Ahora se enfrenta a una pena de 39 a?os de c¨¢rcel. En el banquillo de los acusados se sientan junto a ?lvaro otros tres hombres, dos de 27 y uno de 49 a?os. Sus secuaces en la red: el leridano Eduardo S¨¢nchez, Jos¨¦ G¨®mez, nacido en Orense y Antonio Olmos, de Murcia. Este ¨²ltimo est¨¢ en libertad con cargos porque no hay pruebas de que haya cometido abusos. Olmos, de 49 a?os, intercambiaba v¨ªdeos por Internet con el resto de encausados, seg¨²n el sumario del juicio. Un proceso a puerta cerrada para preservar la intimidad de las v¨ªctimas.
De su peor faceta, la de Nanysex, o Kova, otro de sus sobrenombres, ya se conocen muchos detalles. M¨¢s de los que los padres de sus v¨ªctimas pueden soportar. En el juicio ha reconocido que abus¨® de cinco menores de dos a?os entre 2002 y 2004. En los v¨ªdeos difundidos por Internet y que ahora sirven como prueba se ven felaciones, tocamientos y penetraciones anales, seg¨²n Luis Garc¨ªa, el jefe de grupo de protecci¨®n al menor de la Brigada de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica (BIT). Tambi¨¦n se intuyen llantos. De todo ello lo ¨²nico que niega Nanysex es que practicaba penetraciones anales. El lunes en el juicio afirm¨® que "las simulaba".
Pasar inadvertido
?Qu¨¦ hay del rastro an¨®nimo de ?lvaro? ?Dej¨® huella como ciudadano? ?C¨®mo se comportaba con sus amigos o su familia? Si se conoce poco es, quiz¨¢, porque el rastro de su vida es d¨¦bil. Casi invisible hasta que en mayo de 2005 la polic¨ªa le detiene en su casa de Murcia. Ese modo de ser anodino e invisible, pero a la vez agradable cuando se encontraba frente a sus objetivos, los ni?os, se refleja en la descripci¨®n de quienes le conocieron. Su primo tiene de ¨¦l un recuerdo nebuloso "S¨®lo le vi durante mi infancia y poco. Me acuerdo de ¨¦l y de su hermano como dos ni?os normales". La madre de una de sus v¨ªctimas, que vivi¨® con Iglesias durante tres meses de 2004, narr¨® su experiencia a La Voz de Murcia. Le defin¨ªa como un joven "raro y solitario y un verdadero loco por los ordenadores". "No hac¨ªa nada durante todo el d¨ªa", dijo. Por eso ella decidi¨® vivir ignorando al extra?o que viv¨ªa en su propia casa.
El que m¨¢s tarde se convertir¨ªa en Nanysex paso su ni?ez en Villaba en un hogar de clase media con sus padres y su hermano mayor. Una familia que, seg¨²n relat¨® el propio ?lvaro desde la c¨¢rcel al psiquiatra Alfredo Calcedo, "discut¨ªa mucho". Su primo cuenta que resid¨ªan en la urbanizaci¨®n Los Valles de Villalba, probablemente hasta los 16 a?os, edad a la que se divorciaron sus padres. Calcedo escribe en su informe que fue precisamente a esa edad cuando "se consolida su pederastia".
Iglesias cometi¨® su primer abuso a los 11 a?os, pero hasta los 14 no se enfrent¨® a la censura de la sociedad. Cuando una de sus v¨ªctimas le cont¨® a sus padres las mortificaciones a las que el pederasta adolescente le somet¨ªa. Es entonces cuando le piden cuentas por primera vez. Con el rechazo social comienza su huida. "A Internet lleg¨® por miedo a ser descubierto si segu¨ªa actuando a lo vivo", afirma Calcedo en su informe. El conocimiento que adquiere en contacto con el ordenador ser¨¢ la base de su vida profesional. Trabaj¨® en cibercaf¨¦s en todos los lugares donde vivi¨®. "Incluso lleg¨® a ser el due?o de varios", cuenta el jefe de la BIT. En ellos, al abrigo de Internet, iba creciendo la red de pederastia.
Tras el divorcio de sus padres, Nanysex se marcha a Murcia con su madre. Tan s¨®lo seis meses m¨¢s tarde se independiza. Corr¨ªa el a?o 1999 cuando, seg¨²n el sumario, comete su primer abuso grabado. Un a?o despu¨¦s montar¨ªa el negocio que le hizo fuerte en la red. Un cibercaf¨¦-videoclub que gestiona junto a un socio en Lo Pag¨¢n (Murcia). Pero cuando en 2002 su socio descubre el material pornogr¨¢fico le expulsa del negocio. Un nuevo golpe de repudio a su personalidad enferma en el que estuvieron apunto de descubrirle. Por primera vez verdaderamente acorralado acude a un psic¨®logo, que le recomienda buscarse una novia. La encontr¨®, pero en tres meses la relaci¨®n con la chica, con la que no mantuvo relaciones sexuales, y con el psic¨®logo terminaron.
Pero el material que desencaden¨® la pelea con su socio ni siquiera se recoge en el sumario del juicio. Los v¨ªdeos presentados como pruebas son posteriores. Datan de 2002. Es aqu¨ª donde empieza la historia m¨¢s conocida de Nanysex. Su refugio en la Red fue precisamente el que acab¨® por delatarle. Desde ese a?o y hasta su detenci¨®n abus¨®, seg¨²n ha reconocido, de cinco ni?os.
?lvaro ha admitido su pederastia. Ha declarado incluso que se someter¨ªa a la castraci¨®n qu¨ªmica. Pero muchos dicen que no ser¨ªa efectivo, que no frenar¨ªa sus impulsos. ?Y el futuro? La siguiente fecha en negrita de su biograf¨ªa ser¨¢ el d¨ªa de su sentencia aunque, seg¨²n Manuel Maza, el abogado de la acusaci¨®n popular "Tristemente en el mejor de los casos ?lvaro pasar¨¢ 20 a?os en la c¨¢rcel y saldr¨¢ a los 46".
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