Actrices de pelo en pecho

Dice Laurence Boswell que los personajes femeninos de Lope, escritos para actrices hechas y derechas, son mejores que los de Shakespeare, obligado a escribir para chicos travestidos: en la Inglaterra isabelina, la mujer ten¨ªa prohibido actuar. Declan Donnellan resucit¨® esta tradici¨®n de los boy actors en un Como gust¨¦is fulminante, y vuelve a utilizarla en Noche de reyes, donde el int¨¦rprete de Viola, mocita que se hace pasar por paje, es un joven con bigote, y el de Olivia, un hombre de pelo en pecho. El recurso se justifica al final, cuando Olivia, loca por el femenil paje, y Orsino, que se pone a cien cada vez que ¨¦ste se le acerca, lo descubren frente a su hermano gemelo, y se quedan dudando cu¨¢l de los dos les sedujo y si quien les gusta es ella o ¨¦l.

El montaje de Donnellan, vivo, limpio, atento al detalle y marcado a comp¨¢s por una compa?¨ªa rusa de gran nivel, siendo bueno, no tiene la pegada de otros suyos. Al director brit¨¢nico y a Nick Ormerod, su escen¨®grafo, en esta ocasi¨®n les sobra elegancia. Dan en la diana en el mon¨®logo de Malvolio, con la tropa de sir Toby jugando al escondite, y en la persecuci¨®n de Viola, que son puro burlesque. El buf¨®n Feste de ?gor Yasulovich es un crooner arlequinado: tiene una econom¨ªa gestual prodigiosa y m¨¢s tablas que un campe¨®n de ajedrez. En el descanso, la comidilla era si el elenco, que subi¨® a seguir el Espa?a-Rusia, bajar¨ªa desmoralizado. Pues no, la segunda parte fue mejor que la primera. El cuerpo de letra min¨²sculo de los sobret¨ªtulos (?o eran notas a pie de p¨¢gina?) dificult¨® su lectura. Al final, el p¨²blico, medio aforo, se multiplic¨® para ovacionar.