Detr¨¢s de la fachada oxidada
AC C?RDOBA PALACIO, un exterior impactante para unos interiores que siguen la pauta de la cadena hotelera
Establecimiento con encanto A Entorno ecol¨®gicoA un mes de la inauguraci¨®n de este hotel sobre los terrenos anta?o ocupados por el Meli¨¢ C¨®rdoba, no se puede afirmar que sus instalaciones logren todav¨ªa emocionar a los desorientados hu¨¦spedes fieles a la cadena de Antonio Catal¨¢n. El AC C¨®rdoba Palacio es, cuando menos, un hotel pol¨¦mico. Su rostro impactante, en una zona dominada por cierto urbanismo banal, merece de los taxistas locales la mofa de parecerse a la jaula de King Kong. Y todo por la piel que recubre este paralelep¨ªpedo compacto de siete plantas, laminado en chapa microperforada al l¨¢ser y oxidada con las tonalidades oscuras que le brindar¨¢ el paso de los a?os, si es que logra resistir las cr¨ªticas de un vecindario poco acostumbrado a la modernidad.
AC C?RDOBA PALACIO
Categor¨ªa: 5 estrellas.
Direcci¨®n: paseo de la Victoria, s/n. 14004 C¨®rdoba.
Tel¨¦fono: 957 76 04 52. Fax: 957 76 04 56. Reservas: 902 29 22 93.
Internet: www.ac-hotels.com.
Instalaciones: garaje, azotea con piscina y terraza, fitness center, salas de convenciones para 300 personas, sal¨®n de estar, bar, comedor. Habitaciones: 155 dobles, 7 suites. Precios: temporada alta, 225 euros m¨¢s IVA; temporada baja, 90 euros m¨¢s IVA; desayuno, 17 euros. Tarjetas: American Express, Diners, Eurocard, MasterCard, Visa, 6000.
Retintines aparte, el trabajo de los arquitectos Justo Isasi y Alfonso Casares sit¨²a a la capital cordobesa, s¨®lo por este detalle constructivo, entre las urbes con algo interesante que mostrar fuera de su casco hist¨®rico. Esa piel met¨¢lica no se queda en simple ornamento, sino que act¨²a como un climatizador estructural: una propuesta contempor¨¢nea para llenar de luz natural el espacio interior sin que la clientela se achicharre necesariamente durante el verano.
Poco m¨¢s cabe argumentar en favor de un edificio que de fachada adentro se vuelve predecible y poco emocionante, con ese paisaje tan rutinario y funcional de los hoteles AC, donde el sal¨®n de estar permanece en huelga, el comedor parece desasistido, la piscina de la azotea no ha conseguido a¨²n ba?istas, las hamacas de hularo se alinean vac¨ªas y la terraza a su alrededor languidece sin camareros ni animadores nocturnos capaces de poner en valor este nuevo cielo de C¨®rdoba. Por a?adidura, AC sirve gratis las bebidas no alcoh¨®licas del minibar, pero obliga a sus hu¨¦spedes a adquirir una tarjeta para tener acceso a Internet, cuando otros hoteles de menor relevancia incluyen una wi-fi libre en el precio de la habitaci¨®n.
Los 162 dormitorios acu?an la idea de que para dormir c¨®modo es imprescindible levantarse sin referencias ex¨®ticas. O lo que es igual, sentirse indistintamente en Madrid, en Barcelona o a orillas del Guadalquivir. Todos gozan de amplitud y alg¨²n que otro gui?o vanguardista, pese al desafortunado espacio compartido por la ducha y la ba?era. La blancura de las camas despeja cualquier duda sobre su conservaci¨®n y limpieza. El cortinaje del fondo con foskurit aporta calidez de noche, pero sacrifica de d¨ªa la pureza formal de esa piel que envuelve y da personalidad al edificio. Un hotel as¨ª merecer¨ªa menos decoraci¨®n y m¨¢s arquitectura interior.
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