Rafael Ojeda, 'Fal¨ªn', de Cantores de H¨ªspalis

Cuando llega la noticia de la muerte de un artista, sobrecoge por su p¨¦rdida en s¨ª, y m¨¢s si es a tan temprana edad, apenas superado el medio siglo de vida. Pero sobrecoge tambi¨¦n al aficionado porque, como en las familias numerosas, sabes que ya la foto del grupo nunca volver¨¢ a estar completa. Por eso, te vas a donde los viejos discos de vinilo y buscas su figura para reconocerlo en sus momentos de gloria.

Fal¨ªn no fue de los fundadores (Pascual Gonz¨¢lez y Juan Luis Calceteiro) de Cantores de H¨ªspalis, y se mantuvo en la formaci¨®n durante algo m¨¢s de 10 a?os, quiz¨¢s los m¨¢s importantes del grupo. Pero si buscas entre los elep¨¦s de los ochenta, encuentras su figura amable entre esos discos que llegaban anunciando la primavera y la fiesta. Dicen que era el guapo del grupo, pero uno lo recuerda discreto en su trabajo, por el que era querido y muy apreciado. Los tiempos cambiaron para un g¨¦nero que hoy parece nutrirse de los refritos que suenan en nuestras ferias. Entre ellos, nunca falta la invitaci¨®n al baile (A bailar, a bailar...), pero ese destello es solamente una parte de la historia. Porque Fal¨ªn y los Cantores pertenecen a una ¨¦poca en que esos discos de sevillanas, adem¨¢s de o¨ªrse y bailarse en el barullo de las ferias, eran objeto de una escucha atenta en los hogares como muestra de una creatividad que se renovaba cada a?o.

Podr¨ªamos decir, como en tantos casos, que ah¨ª queda su legado, pero en el caso de Rafael Ojeda, el destino -y no s¨®lo ¨¦l- ha querido que su nombre y su arte permanezcan proyectados hacia el futuro, Falete, su hijo, un artista ya de otro tiempo.