Primer ba?o
Hoy me he tomado el primer ba?o de la temporada estival. Lo s¨¦, no est¨¢ bien que lo diga porque puede parecer que m¨¢s que en la Vuelta a Austria, estoy en mis vacaciones. Pero no, ya pod¨ªa ser.
Esta ma?ana me contaba mi compa?ero de equipo en el Rabobank, Juan Antonio Flecha, que en la salida de Figeac estaba lloviendo. Me llam¨® unos minutos antes de que comenzase la etapa para contarme sus penas, y me dijo en plan pesimista: me parece que hoy no nos libramos; esto tiene mala pinta y nos vamos a mojar. Yo, desde la habitaci¨®n del hotel en primera l¨ªnea de playa, mirando de frente al lago mientras sent¨ªa a mi alrededor una ligera brisa ardiente, pens¨¦ que yo tambi¨¦n, que despu¨¦s de terminar la contrarreloj yo hoy tampoco me libraba; a ver qui¨¦n era el listo que imped¨ªa que yo tambi¨¦n me mojase. Y al final ya vi que ambos nos mojamos, aunque en circunstancias bien diferentes.
Por debajo de los 10 grados de temperatura, la lluvia es la pesadilla de los ciclistas, lo peor que te puede pasar
Yo me moj¨¦ en las playas de Podersdorf am See, una regi¨®n al suroeste de Viena y en la misma frontera con Hungr¨ªa, que es lo m¨¢s parecido que al mar que tienen por estas latitudes. Acababa de terminar la etapa cronometrada que ten¨ªamos programada, y la tentaci¨®n de hundirme en el agua ante estos calores era demasiado fuerte. Ca¨ª en ella, por supuesto que ca¨ª.
Flecha -y todos los dem¨¢s- no tuvieron en cambio una mojadura tan agradable. Cierto es que no es lo mismo mojarse ahora que en invierno cambia mucho la cosa. Entre corredores, solemos hablar de un punto cr¨ªtico en cuanto a la lluvia se refiere, que curiosamente no tiene nada que ver con la cantidad de lluvia, y s¨ª con la temperatura exterior: los 10 grados. Por debajo de este l¨ªmite, la lluvia es la pesadilla de cualquier ciclista, lo peor que te puede pasar. Y lo peor adem¨¢s no es lo que cae de arriba, sino lo que salpica de abajo. Por encima, la lluvia no pasa de ser un elemento molesto e inc¨®modo... que puede convertirse en muy traicionero. Traicionero por partida doble, porque por una parte, aumenta tanto el riesgo de ca¨ªdas, que proporcionalmente es m¨¢s f¨¢cil que a ti tambi¨¦n te toque. Adem¨¢s, por si fuera poco, hay que estar a¨²n m¨¢s alerta, lo que hace que sea todav¨ªa m¨¢s agotador. Y por otra, porque el agua hace que tu musculatura no trabaje bien y se resienta. El m¨²sculo no suda y se pone duro, se contractura con facilidad y hace que muchas veces no seas capaz de extraer de ¨¦l todo su potencial.
Claro est¨¢ que no a todos les afecta por igual. Por ejemplo, al brit¨¢nico Cavendish toda esta historia le debe de sonar a chino, viendo el impecable sprint con el que nos ha deleitado en la llegada a Toulouse. O si le suena, le debe de dar bastante igual, porque antes ya sab¨ªa que no hab¨ªa nadie m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l, pero es que ahora adem¨¢s lo est¨¢ demostrando en el mejor escaparate posible. Voy tan lanzado, que ni siquiera necesito lanzador, pensar¨¢ para su gozo interno. Y no le falta raz¨®n. Seco, mojado, lanzado o sin lanzar, Cavendish es en estos momentos imbatible.
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