La Cobra y el vegetal

En el pelot¨®n la fama se cultiva por nacionalidades. No importa mucho lo que hagas o como seas, porque para ciertas cosas lo que cuenta es el pasaporte. Para los espa?oles los franceses tienen fama de antip¨¢ticos y engre¨ªdos. Nosotros para ellos de dopados. As¨ª de simples somos, tanto ellos como nosotros. Los alemanes son serios y arrogantes. Los holandeses son agradables, pero no hay Dios que les entienda. Los belgas son algo as¨ª como una mezcla de alemanes y holandeses; y los rusos son de los que van a lo suyo. Hay m¨¢s, pero no sigo.

Los italianos tienen fama de ser abiertos y simp¨¢ticos, pero tambi¨¦n marrulleros. Pero no de los que dan, sino de los que amagan. Les pueden las formas; gritan, gesticulan, amenazan, pero cuando les plantas cara muchas veces miran para otro lado. Se les va la fuerza por la boca, solemos decir. Ricc¨°, sin ir m¨¢s lejos, podr¨ªa ser el paradigma.

"Si gano una etapa me retiro", dijo en una ocasi¨®n. Ah¨ª est¨¢, ganando otra. "Si gano el Giro me compro un Ferrari rosa". No pudimos comprobarlo por culpa de Alberto Contador, que le hizo ser segundo, pero digo yo que se lo pod¨ªa haber comprado igualmente porque, seg¨²n ¨¦l, no gan¨® el m¨¢s fuerte -que era ¨¦l, por supuesto-, sino el que m¨¢s suerte tuvo. Y eso y ganar -para ¨¦l- tiene que ser parecido.

Ricc¨°, no es ning¨²n secreto, no cae bien a casi nadie en el pelot¨®n. Ni siquiera entre sus compatriotas o, si cabe, cae peor a¨²n entre ellos. Nadie discute su calidad, pero s¨ª su arrogancia.

Muchas enemistades le vienen de unas declaraciones que hizo el a?o pasado en Italia, justo cuando comenzaron a venderlo como la nueva estrella incipiente. Acababa de dejar su sello ganando etapas en la Tirreno-Adri¨¢tico, y se postulaba como la gran amenaza para la Mil¨¢n-San Remo: "A ver qui¨¦n me sigue en el Poggio", amenazaba el italiano.

En aquella entrevista solt¨® la perla de los vegetales: "Para m¨ª el 90% del pelot¨®n son corredores in¨²tiles", es lo que dec¨ªa. "Est¨¢n ah¨ª en la salida y se dedican a llegar a la meta; as¨ª d¨ªa a d¨ªa y a?o tras a?o. Yo los llamo vegetales, porque est¨¢n ah¨ª, pero no sirven para nada. Yo nunca ser¨¦ as¨ª, a m¨ª me gusta atacar y, si alg¨²n d¨ªa soy como ellos, ser¨¢ el momento de retirarme". Por cierto, de esa misma ¨¦poca le viene el apodo de La Cobra: animal y carn¨ªvoro, mejor no se lo pod¨ªan haber puesto.

Desde entonces muchos le retiraron el saludo y a¨²n hoy no se lo han devuelto. Y muchos ser¨¢n los que ma?ana ni siquiera le felicitar¨¢n. Si no se alegran, tanto mejor que no lo hagan, digo yo que pensar¨¢.

A m¨ª, para qu¨¦ negarlo, tampoco me termina de caer bien el Ricc¨° ¨¦ste. Sin embargo, lo considero una bendici¨®n para el ciclismo. Un corredor impulsivo y agresivo, que es r¨¢pido y fuerte en monta?a. Y que adem¨¢s de en carrera, da mucho de qu¨¦ hablar tambi¨¦n fuera de ella.

Digamos que ¨¦l no me cae bien, pero s¨ª su personaje. El problema -el suyo, vamos- es que no s¨¦ hasta qu¨¦ punto ambos son el mismo, si act¨²a o si es que en realidad ¨¦l es as¨ª. En este ¨²ltimo caso, peor para ¨¦l... Y mejor para el ciclismo. Gracias, Ricc¨°.