Un nuevo Mat¨ªas en el palco
Una de las se?as de identidad de Vista Alegre ha sido en estas ¨²ltimas calendas la seriedad impuesta desde el palco por Mat¨ªas Gonz¨¢lez, quien acumula casi tres lustros como m¨¢xima autoridad taurina del bocho. Mat¨ªas, quien en su juventud actu¨® como novillero, ha salvaguardado desde su p¨²lpito la tradici¨®n taurina de Bilbao, en el papel de celador de una esencia construida pieza a pieza por multitud de avatares hist¨®ricos acontecidos en nuestra villa.
En esta ardua tarea, que en muchas ocasiones resultaba incomprensible para el gran p¨²blico, que es quien, en ¨²ltimo extremo, llena el coso deseoso de triunfos y fiesta, ha contado con el apoyo del aficionado, que, aun siendo minoritario en la plaza, respaldaba su criterio por considerarlo uno de los activos que hab¨ªan relanzado la fiesta en Bilbao.
Ha sido el mejor presidente de la era contempor¨¢nea de Vista Alegre
No obstante, su providencial mano dura no estaba exenta de demostraciones de enorme sensibilidad taurina, como conceder de forma fulminante a El Cid en el serial de 2007 las dos orejas de su quinto victorino, en faena cargada de emotividad, pero culminada con pinchazo en todo lo alto sin soltar, que precedi¨® a una gran estocada.
Aceradas cr¨ªticas han denostado su figura, destacando las sufridas en las Corridas Generales de 2006, cuando, tras cerrar la puerta grande a Castella y Enrique Ponce, consigui¨® que se alineasen en su contra sectores tan diversos como insignes plumas de la cr¨ªtica taurina nacional, y miembros de la Junta Administrativa.
En esa tesitura, saltaba a la arena el primer toro de estas Corridas Generales, en que se ha podido percibir una dulcificaci¨®n en los criterios que reg¨ªan su labor, interpretados por buena parte de la afici¨®n como una marcha atr¨¢s en el diapas¨®n de la salvaguarda de la esencia de Vista Alegre.
Si bien la celeridad con la que permiti¨® a Ponce desorejar al ejemplar de El Ventorrillo el pasado martes, con menores m¨¦ritos de los demostrados dos a?os antes, puede explicarse como premio a una trayectoria, dif¨ªcilmente resulta comprensible que haya permitido que se lidien sobreros tan indecorosos como los dos corraleados ejemplares de Santos Alcalde que pisaron el albero en la tarde del jueves, o el ejemplar de La Quinta, que sustituy¨® a su hermano descordado en la plaza o titulares que desvirtuan lo que se conoce como el "toro de Bilbao", como el tercero de Jandilla.
Aun y cuando en ese cometido es mero catalizador de la voluntad del respetable, se ha percibido demasiada magnanimidad al conceder el primer trofeo a diestros como Juan Jos¨¦ Padilla, que choca frontalmente con la exigencia demostrada al negar ese galard¨®n a otras faenas, como la gran actuaci¨®n gestada por Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares el pasado martes, en la que el us¨ªa pod¨ªa haber completado con su sensibilidad del gran aficionado que es una petici¨®n que se encontraba en el l¨ªmite.
Tambi¨¦n extra?a, por inesperado, su empe?o en devolver dos ejemplares de N¨²?ez del Cuvillo, sobre todo el melocot¨®n lidiado en tercer lugar, que aunaba buena lamina con un tranco excepcional, cuando era perfectamente consciente de que los sobreros enchiquerados no aportaban las garant¨ªas suficientes para emplazarse en el cartel m¨¢s rematado de la Semana Grande.
Todo ello hace albergar entre la afici¨®n criterios encontrados sobre el devenir que pueda adoptar la actuaci¨®n en el palco de quien, a fin y a la postre, ha sido el mejor presidente de la ¨¦poca contempor¨¢nea de la Plaza de Toros de Vista Alegre. Ver venir.
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