Sorpresa aragonesa

Hace ya varios a?os, durante un viaje por tierras aragonesas a la busca de las mejores y olvidadas garnachas, tuve ocasi¨®n de asistir al nacimiento de este prodigioso vino. Todav¨ªa no era m¨¢s que un proyecto elaborado bajo el amparo de Bodegas Borsao, con varias tentativas, todav¨ªa insatisfactorias para su creador, el en¨®logo australiano enamorado de Espa?a Chris Ringland. Ya sorprend¨ªa su hechura, avanzada para su tiempo, con una potencia y profundidad organol¨¦ptica impensable hasta entonces en las garnachas aragonesas. El proyecto termin¨® cuajando en 2002, gracias en gran medida a la sagaz labor de otro de los socios, el prestigioso exportador de vinos espa?oles a Estados Unidos Jorge Ord¨®?ez. Este tinto se basa, junto al riguroso trabajo enol¨®gico de Chris Ringland y Jos¨¦ Luis Chueca, en las 30 hect¨¢reas de viejo vi?edo plantado en las laderas del Moncayo, sobre suelos de arcilla roja y pizarra. Una estricta selecci¨®n de las mejores uvas y barricas, donde se cr¨ªa durante 20 meses, hace el resto.

Estamos ante un tinto con vocaci¨®n de convertirse en referente del varietal, dotado de una expresi¨®n arom¨¢tica intensa y profunda, con notas frutales (cerezas en alcohol) recorridas de un fino encaje de especias y torrefactos (trufa, caf¨¦, cacao, vainilla) con la presencia equilibrada del roble. En la boca muestra su concentrada potencia con suavidad, ba?ando de taninos m¨®rbidos y maduros el paladar agradecido.

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El Monasterio de Piedra