El ¨¦xodo en Nueva Orleans paraliza la campa?a en EE UU
Bush y McCain tratan de evitar que se repitan los errores del Katrina en un a?o electoral
Arnold Schwarzenegger, gobernador de California, quien, junto a George Bush y Dick Cheney, era la estrella de la sesi¨®n de hoy, tambi¨¦n cancel¨® su intervenci¨®n. Lo mismo hicieron los gobernadores republicanos de Tejas y de Luisiana, as¨ª como decenas de dirigentes locales y de delegados procedentes de los Estados afectados.
Es muy dif¨ªcil cancelar un evento organizado desde hace m¨¢s de dos a?os y en el que se elegir¨¢ a John McCain como candidato presidencial republicano. Pero los dirigentes del partido han anticipado que la convenci¨®n quedar¨¢ reducida al m¨ªnimo imprescindible, y que ser¨¢ dedicada y consagrada a ayudar en la medida de lo posible a la situaci¨®n en el Golfo.
Tr¨¢gico destino de Bush, reducido a sus m¨¢s bajos niveles de popularidad hace tres a?os por la deficiente respuesta del Gobierno al paso del Katrina, y privado ahora de un discurso reivindicador ante su p¨²blico y ante la televisi¨®n en hora de m¨¢xima audiencia por otro hurac¨¢n, casi en la misma fecha.
McCain pierde su semana de gloria despu¨¦s del ¨¦xito de Obama en Denver
El Gustav ya ha causado un centenar de muertos a su paso por el Caribe
El hurac¨¢n barrer¨¢ hoy un ¨¢rea de 800 kil¨®metros entre Alabama y Tejas
Mala suerte tambi¨¦n para McCain, que se ve despose¨ªdo de su gran semana de gloria, despu¨¦s de la que se concedi¨® a sus rivales dem¨®cratas, por un accidente de la naturaleza del que a nadie se puede culpar, pero que trae a la mente de los votantes los tr¨¢gicos momentos del Katrina y la desastrosa labor de socorro cumplida por las autoridades responsables.
Era dif¨ªcil sustraerse al recuerdo del Katrina al observar ayer las infinitas colas de veh¨ªculos que congestionaban las carreteras de salida de Nueva Orleans, las filas del p¨²blico, negro en su gran mayor¨ªa, que esperaba turno para subir a uno de los autobuses dispuestos para la evacuaci¨®n, las quejas amargas de los ciudadanos por este nuevo suceso cuando la ciudad no se ha recuperado a¨²n del paso del Katrina.
La evacuaci¨®n de cerca de 250.000 habitantes de Nueva Orleans se ha hecho obligatoria ante la agresividad creciente del hurac¨¢n, que ayer pas¨® sobre las costas de Cuba y que puede ganar fuerza sobre las aguas del Golfo antes de aterrizar en el sur estadounidense. El Gustav, que ya ha dejado cerca de un centenar de muertos en el Caribe, barrer¨¢ hacia el mediod¨ªa de hoy un ¨¢rea de unos 800 kil¨®metros entre Alabama y Tejas. Los expertos creen que su efecto mayor se sentir¨¢ al oeste de Nueva Orleans, adonde podr¨ªa llegar en el punto m¨¢s bajo de la fuerza 4 o en el punto alto de la fuerza 3. Esta ¨²ltima era la potencia del devastador Katrina.
Los pron¨®sticos meteorol¨®gicos anticipan una suma de vientos, lluvia y olas gigantescas que pueden provocar inundaciones y enormes destrozos en numerosas ciudades de tres Estados diferentes. En un ¨¢rea costera de un centenar de kil¨®metros en torno a Nueva Orleans se calculan vientos de unos 180 kil¨®metros por hora. Las autoridades han advertido que, de mantenerse el ritmo de crecimiento actual de la tormenta, ser¨¢ dif¨ªcil sobrevivir a su impacto en aquellas zonas en donde descargue con mayor ferocidad.
"?sta es la madre de todas las tormentas", advirti¨® el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, al exigir a la poblaci¨®n el desalojo de la ciudad. "No creo que hayamos visto algo de tales proporciones antes. Para todos los que crean que pueden hacer frente a esta tormenta por su cuenta, tengo noticias que darles: eso ser¨ªa uno de los mayores errores de sus vidas".
El tono dram¨¢tico de las palabras del alcalde intenta hacer conscientes a los ciudadanos de que colaboren para evitar una tragedia mayor. Algunos lo hacen a su manera: las tiendas de armas han agotado existencias y el p¨²blico las reclama para evitar los saqueos que se dieron hace tres a?os. A partir de anoche ha sido impuesto el toque de queda en Nueva Orleans, y el alcalde ha asegurado que "no va a haber contemplaciones esta vez". La Guardia Nacional se ha desplegado en las principales calles.
Los preparativos y el riesgo no afectan s¨®lo a Nueva Orleans. Varias ciudades m¨¢s de la costa est¨¢n siendo evacuadas. Se calcula que alrededor de un mill¨®n de personas se han desplazado temporalmente en la regi¨®n a la espera del comportamiento que el Gustav tenga cuando llegue a tierra. En Tejas y en Misisipi se han montado centros de seguimiento y se han tomado medidas para acoger a desplazados.
El secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, viaj¨® ayer a Baton Rouge, la capital de Luisiana, donde instalar¨¢ su cuartel general los pr¨®ximos d¨ªas.
La Administraci¨®n federal intenta que esta vez nadie pueda acusarla de imprevisi¨®n. Bush pas¨® ayer todo el d¨ªa al frente de la situaci¨®n. John McCain, por su parte, no quiere tampoco que esta gigantesca tormn tambi¨¦n creando perturbaciones en su candidatura.
Con ese fin, McCain, su esposa, Cindy, y la flamante candidata a la vicepresidencia, la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, se trasladaron hasta el centro de seguimiento en Jackson (Misisipi) para asistir en las labores de prevenci¨®n. El candidato republicano se reunir¨¢ con gobernadores y autoridades locales, y tratar¨¢ de mostrarse involucrado en una misi¨®n en la que est¨¢ centrada la atenci¨®n nacional.
El candidato dem¨®crata, Barack Obama, por su parte, quiere mantener la discreci¨®n ante un episodio en el que el p¨²blico podr¨ªa criticarle si intentara obtener alg¨²n r¨¦dito pol¨ªtico. Un portavoz se limit¨® a comentar que el candidato confiaba en que se hubieran tenido en cuenta las lecciones del Katrina para hacer frente al Guatrina para hacer frente al Gustav.
La campa?a dem¨®crata anunci¨® que pondr¨¢ a disposici¨®n de las autoridades uno de sus instrumentos m¨¢s valiosos, la red de contribuyentes que tanto ha aportado a la candidatura. Obama manten¨ªa ayer la agenda prevista en Ohio, aunque se inform¨® de que hab¨ªa conversado por tel¨¦fono con los responsables de la situaci¨®n y segu¨ªa al minuto los acontecimientos.
El Katrina no s¨®lo arrastr¨® por el suelo la imagen del presidente George W. Bush, sino que destruy¨® el cr¨¦dito de la pol¨ªtica ultraliberal que defend¨ªa su Administraci¨®n. Todav¨ªa ayer, el que por aquel tiempo era todopoderoso asesor presidencial, Karl Rove, defend¨ªa que las autoridades que se ponen a prueba en una crisis como la del Gustav son las autoridades locales, no el Gobierno federal, que no tiene competencia para actuar en situaciones de este tipo.
Pese a todo, ser¨ªa grave para McCain que la ineficacia y falta de recursos p¨²blicos que se pusieron en evidencia durante el Katrina se repitieran ahora. El s¨¢bado, en Ohio, Obama recordaba unas palabras pronunciadas el jueves anterior en su discurso en Denver sobre "la filosof¨ªa republicana de que cada cual se arregle por su cuenta", y aseguraba que McCain era un firme continuador de ese principio.
Muchos de los que ten¨ªan previsto intervenir en la Convenci¨®n Republicana insistir¨ªan en una defensa de la libertad individual frente al aumento del papel y los medios del Estado, que proponen los dem¨®cratas. Este punto de vista puede hacerse bastante inoportuno en medio de un drama como el que se avecina en el sur del pa¨ªs.
Todo se va a ver modificado en Saint Paul, no s¨®lo los discursos. McCain tratar¨¢ de convertir esta reuni¨®n, inicialmente dise?ada para potenciar al candidato, para presentar en sociedad a su compa?era de lista y atacar a Obama, en un acto de solidaridad con los compatriotas afectados y, si es necesario, de duelo por lo ocurrido.
Es dudoso el efecto que esta imprevista circunstancia pueda tener en la campa?a electoral, pero lo que es seguro es que ambos candidatos van a poner mucho en juego, pues ¨¦ste es el tipo de situaciones en las que los votantes prefieren medir a sus pol¨ªticos.
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