Fin de semana dram¨¢tico

Richard S. Fuld, presidente y consejero delegado de Lehman Brothers, no sali¨® en todo el fin de semana de su despacho en el piso 31 de la sede mundial del banco, ubicada en la S¨¦ptima Avenida de Nueva York. Desde las seis de la ma?ana hasta pasada la medianoche, Fuld estuvo pegado al tel¨¦fono intentando sin ¨¦xito salvar un banco con 158 a?os de historia y 25.935 empleados, cuya ca¨ªda puso fin a las jornadas m¨¢s dram¨¢ticas vividas por Wall Street en varias d¨¦cadas. Fueron tres d¨ªas de negociaciones al borde del infarto que cambiaron para siempre el mundo financiero.

Viernes. El fin de semana comienza con una reuni¨®n convocada por las autoridades financieras de EE UU, a la que asisten 30 representantes de las grandes firmas de Wall Street. En el encuentro, celebrado por la tarde en la sede de la Reserva Federal de Nueva York, est¨¢n tambi¨¦n presentes el secretario del Tesoro (ministro de Econom¨ªa), Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. El objetivo: salvar a Lehman antes de que los mercados abran el lunes.

Las autoridades estadounidenses, que este a?o han acudido varias veces al rescate del sistema financiero -en marzo pasado la Fed puso sobre la mesa 30.000 millones de d¨®lares para que JPMorgan pudiera salvar de la quiebra a Bear Stearns- dejan claro que esta vez no habr¨¢ dinero p¨²blico para rescatar una empresa privada. Wall Street debe resolver sola sus propios problemas. Ayudar a Lehman, sostienen Paulson y Bernanke, crear¨ªa un precedente peligroso. Preocupados por salvar sus propias instituciones, los ejecutivos no se ponen de acuerdo sobre cu¨¢l es la mejor manera de ayudar.

S¨¢bado. Sin respaldo del Gobierno y a la desesperada, Lehman se ofrece a Barclays y a Bank of America para evitar la quiebra. Ambos bancos rechazan la oferta. Bank of America ten¨ªa otros planes de matrimonio y los brit¨¢nicos alegan no tener tiempo para obtener -como exigen las normas de la Bolsa de Londres- el visto bueno de su Consejo de Administraci¨®n. Otras fuentes se?alan que Barclays y Bank of America rechazan la operaci¨®n al no recibir del Gobierno garant¨ªas de que podr¨ªan dividir Lehman en activos buenos y malos. Lehman, cuyos directivos no participan en las negociaciones, contrata los servicios de un bufete de abogados especializado en bancarrotas.

Domingo. El presidente de Merrill Lynch, John Thain, teme que su banco, muy tocado por la crisis subprime, siga el mismo camino y decide negociar su venta. Thain y el presidente de Bank of America, Kenneth Lewis, llegan a un acuerdo de fusi¨®n. Merrill Lynch, que hace meses val¨ªa 100.000 millones de d¨®lares, cae en las manos de su rival por la mitad de esa cantidad. En Wall Street se da por seguro que Thain, ex presidente de la Bolsa de Nueva York y ex ejecutivo de Goldman Sachs, no estar¨¢ en la empresa resultante de la fusi¨®n y muchos conjeturan ya con su paso a la pol¨ªtica si John McCain es elegido presidente de EE UU.

La operaci¨®n evita que la ca¨ªda de Lehman contagie a todo el sistema financiero. El gran triunfador del fin de semana, Bank of America, ya es al mismo tiempo el mayor banco de negocios y el mayor banco comercial de Estados Unidos.

Lunes. Lehman se declara en bancarrota. La polic¨ªa rodea su sede y los trabajadores comienzan a recoger sus pertenencias.