La hist¨®rica corrupci¨®n policial
El 4 de junio, en Ciudadde M¨¦xico, un comando de delincuentes vestidos con uniformes de la Agencia Federal de Investigadores secuestr¨®a Fernando Mart¨ª (14 a?os); luego Le asesin¨®, a pesar de haber cobrado su rescate. Al frente de la operaci¨®n estaba supuestamente Lorena Gonz¨¢lez, una agente federal a las ¨®rdenes de un ex polic¨ªa secreta. ?ste es un bot¨®n de muestra de la penetraci¨®n del crimen en la polic¨ªa.
Ernesto L¨®pez Portillo, director del Instituto de Seguridad y Democracia, considera que el fondo del problema es que "la polic¨ªa mexicana nace de un pacto hist¨®rico por el cual garantiza lealtad a los pol¨ªticos a cambio de impunidad". Diversos analistas se?alan que durante a?os el crimen organizado penetr¨® en municipios y pag¨® campa?as electorales de alcaldes a quienes posteriormente impusieron los jefes policiales. En este escenario, la polic¨ªa ha quedado al margen de la modernizaci¨®n del Estado y se mantiene a cargo de la seguridad p¨²blica sin un apoyo real e institucional, con salarios por debajo de los 1.000 euros.
La telara?a policial mexicana la componen unos 1.600 cuerpos, entre federales, estatales, municipales y grupos de seguridad privada. No existe una polic¨ªa nacional, y la federal no cuenta con efectivos ni mandato judicial para actuar frontalmente contra las bandas delictivas en todo el pa¨ªs, am¨¦n de que se encuentra penetrada por criminales.
L¨®pez Portillo insiste en que "nadie se responsabiliza de las malas conductas de centenas de miles de polic¨ªas a lo largo del pa¨ªs. Nadie es responsable formal de que la mayor¨ªa, seg¨²n informa el Sistema Nacional de Seguridad P¨²blica, no conozca las normas que debe aplicar.
Las viejas rutinas son m¨¢s fuertes que cualquier interferencia para abatirlas: cursos, tecnolog¨ªa, armamento, equipo...".
Ante la corrupci¨®n y fragmentaci¨®n de la polic¨ªa, el presidente Felipe Calder¨®n ha echado mano de miles de soldados para combatir al narcotr¨¢fico, pero los militares no pueden -impedidos por ley- investigar. Las soldados acompa?an como refuerzos a los agentes, pero en realidad ellos son los ¨²nicos que saben en qu¨¦ consiste la misi¨®n: nadie conf¨ªa en los polic¨ªas.
El ombudsman Jos¨¦ Luis Soberanes sostiene la necesidad de "una reingenier¨ªa de los cuerpos policiales para terminar con la protecci¨®n que desde dentro de ellas tienen las bandas del crimen organizado, y limpiarlos de quienes, amparados en el cargo de servidores p¨²blicos, se desempe?an en realidad como delincuentes". El objetivo es terminar con la impunidad.
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