Cinco ciudades en 26 horas
El candidato dem¨®crata intensifica su campa?a en Ohio, uno de los Estados m¨¢s representativos del pa¨ªs por su composici¨®n racial, econ¨®mica y social
Dayton, Cincinnati, Portsmouth, Chillicothe y Columbus. Un recorrido por el sur de Ohio, un Estado en el centro del pa¨ªs. Cinco ciudades en apenas 26 horas. S¨®lo faltan 24 d¨ªas para las elecciones presidenciales y los candidatos no tienen tiempo, ni votos, que perder. El dem¨®crata Barack Obama ha pasado los ¨²ltimos dos d¨ªas recorriendo algunas ciudades y pueblos devastados por el desempleo.
Han desaparecido de la regi¨®n un gran n¨²mero de empresas e industrias
La poblaci¨®n busca un presidente que se enfrente a una crisis "sin precedentes"
Los ataques personales de los republicanos arrecian, pero Obama intenta usarlos en su contra, acusa a John McCain de tratar de dividir Estados Unidos y sigue su camino. Va a por todas con su mensaje econ¨®mico. A esta peque?a gira la ha llamado "el tour de los trabajos americanos". Las ¨²ltimas encuestas dan a Obama una ligera ventaja en este Estado, que vot¨® por el dem¨®crata Clinton en el 92 y en el 96, pero por el republicano George Bush en las dos ¨²ltimas elecciones.
A Ohio le corresponden 20 de los 270 votos electorales que hacen falta para ser presidente. En estos momentos, y seg¨²n los sondeos, el dem¨®crata tiene 211 afianzados. Le faltar¨ªan s¨®lo 59 para la victoria, as¨ª que los 20 de Ohio pueden ser determinantes.
Dayton fue la primera parada del candidato. Es una ciudad industrial mediana que ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos a?os se perd¨ªan trabajos a raudales. Han desaparecido de la regi¨®n un gran n¨²mero de empresas e industrias que ahora producen -y contratan- en pa¨ªses m¨¢s baratos. La deslocalizaci¨®n ha causado estragos. El jueves, casi a las doce de la ma?ana, Obama apareci¨® en el campo del equipo de b¨¦isbol local, los Dayton Dragons, para convencerles de que una mejor gesti¨®n p¨²blica podr¨¢ garantizar sus trabajos y permitirles pagar hipotecas, seguros m¨¦dicos y la universidad para sus hijos. Son las preocupaciones compartidas de la poblaci¨®n, ya sea en la refinada Cincinnati o en Chillicothe, en la deprimida regi¨®n de los Apalaches.
Obama vende en todos sus discursos cuatro o cinco ideas b¨¢sicas. La primera, que la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs es desastrosa. La segunda, que los culpables son las funestas pol¨ªticas de una Administraci¨®n republicana y la avaricia de las grandes empresas, los bancos y Wall Street. La tercera, que un John McCain que s¨®lo ataca est¨¢ mostrando un evidente desprecio por el pueblo estadounidense. La cuarta, que ¨¦l es un hombre del pueblo que ha tenido que pagar un pr¨¦stamo para estudiar en la universidad y que ha visto c¨®mo su madre, con c¨¢ncer, luchaba con las aseguradoras durante sus ¨²ltimos a?os de vida. Y la quinta, y final, que es posible construir una "Am¨¦rica mejor" gracias a "los trabajadores m¨¢s productivos y talentosos del mundo". Optimismo colectivo frente a la debacle.
El candidato apela a la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos para levantar el pa¨ªs. Les dice que ¨¦l puede invertir en educaci¨®n, pero que deben ser ellos los que apaguen el televisor o el videojuego y obliguen a sus hijos a hacer los deberes. Y los que deben ahorrar energ¨ªa; y los que deben hacer sacrificios. Curiosamente, los asistentes quedan encantados con estas palabras. "Esto es lo que m¨¢s me gusta de ¨¦l", dice Mariam Wade, de 41 a?os, en Cincinnati. "Que no habla de ¨¦l sino de todos. Consigue hacernos creer en nosotros, en nuestras posibilidades de salir adelante. No hay l¨ªderes as¨ª".
Obama sabe que debe transmitir precisamente eso, liderazgo. La poblaci¨®n busca un presidente que se pueda enfrentar a una crisis "sin precedente en nuestros tiempos", como dice el dem¨®crata. Por eso insiste en que beneficiar¨¢ fiscalmente "al 95% de las familias", que ayudar¨¢ a los ciudadanos con los seguros de salud y propone planes de pr¨¦stamos para las peque?as empresas. Y por eso acusa de "err¨¢tico" a McCain, de no tener un rumbo, y de actuar a la desesperada con su ¨²ltima propuesta, a¨²n sin concretar, de que el Estado compre a los bancos todas las hipotecas problem¨¢ticas.
El jueves por la noche, el candidato dem¨®crata par¨® a cenar en el camino a Portsmouth. El due?o del restaurante era un republicano convencido. Obama le pregunt¨® por su negocio. Y el negocio iba mal. "?Por qu¨¦ no prueba y me vota?", le dijo el dem¨®crata. "S¨®lo para ver qu¨¦ pasa. Ya sabe lo que ha vivido con ocho a?os de presidencia republicana". ?sa es la idea: luchar para que los ciudadanos afectados por la crisis piensen que act¨²an contra sus intereses si votan a John McCain. Con ese mensaje deja Ohio, donde le han visto m¨¢s de 45.000 personas. Hoy le toca Pensilvania.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.