La batalla por el 25 de octubre

El 25 de octubre, fecha de la aprobacion en refer¨¦ndum del Estatuto de Gernika, deber¨ªa ser fiesta oficial en Euskadi, como decidi¨® en dos ocasiones el Parlamento vasco, primero en 1996 y despu¨¦s en 2000. En ambas fue con el voto en contra del nacionalismo que gobierna ininterrumpidamente desde hace tres d¨¦cadas gracias al autogobierno puesto en marcha en esa fecha hist¨®rica. Ese mandato de la C¨¢mara nunca se ha materializdo y el Pa¨ªs Vasco tiene, adem¨¢s de muchas otras singularidades netamente favorables comparativamente hablando en t¨¦rminos de autogobierno y competencias, la de ser la ¨²nica comunidad aut¨®noma que carece de fiesta oficial que lo celebre.

El significado de esa fecha divide por la mitad a nacionalistas y no nacionalistas. Desde la fiesta unitaria que los uni¨® en el pabell¨®n de La Casilla hace 29 a?os para celebrar juntos la aprobaci¨®n en refer¨¦ndum del Estatuto de Gernika, nunca m¨¢s la fecha del 25 de octubre ha vivido una conmemoraci¨®n conjunta.

Euskadi es la ¨²nica comunidad que carece de una fiesta oficial como tal

Su segundo aniversario, en 1981, consisti¨® ya en una manifestaci¨®n en las calles de Bilbao convocada por el Gobierno vasco frente a los pactos auton¨®micos de la UCD y el PSOE que dieron lugar a la despu¨¦s anulada LOAPA. "Tenga el Gobierno del Estado la certeza de que el pueblo vasco no va a convertirse en testigo mudo o espectador impasible de la degradaci¨®n que se pretende del Estatuto o de la defraudaci¨®n de su voluntad manifestada en refer¨¦ndum", dijo por aquellas fechas el consejero de Trabajo del primer Gobierno de Carlos Garaikoetxea, Mario Fern¨¢ndez.

Desde entonces ha sido esta fecha piedra de toque de diferencias entre quienes se pusieron de com¨²n acuerdo para aprobar el texto que rige la autonom¨ªa vasca.

Este a?o, tras la culminaci¨®n de la d¨¦cada soberanista abierta con los gobiernos de Ibarretxe, el 25 de octubre ser¨¢, m¨¢s que nunca, demostraci¨®n de esa divisi¨®n. Los tres actos programados para ese d¨ªa lo atestiguan. El tripartito y Aralar sustituir¨¢n la consulta programada para ese d¨ªa por el lehendakari con un acto de protesta por su anulaci¨®n por el Tribunal Constitucional y de reivindicaci¨®n del derecho de autodeterminaci¨®n.

El PSE, que acostumbra a celebrar la fecha en los ayuntamientos que gobierna, realizar¨¢ un acto pol¨ªtico en los aleda?os del Museo Guggenheim, en el que el consenso de 1979 se convertir¨¢ en referencia y ejemplo de actuaci¨®n futura.

El PP, que mantuvo desde la Diputaci¨®n alavesa, durante sus ocho a?os de gobierno, la llama institucional de la celebraci¨®n del aniversario, ha optado por situar en esa fecha un acto de cariz netamente electoral, la convenci¨®n que proclamar¨¢ candidato a lehendakari a su nuevo presidente, Antonio Basagoiti.

Lo que para socialistas y populares -incorporados ¨¦stos ¨²ltimos al consenso estatutario tras abdicar del "no" dado en su d¨ªa por Alianza Popular- debe ser celebraci¨®n y festejo por el autogobierno consensuadamente recuperado, se torna para los nacionalistas en reiteraci¨®n de insatisfacci¨®n y reclamaci¨®n; primero del desarrollo pendiente, y ahora de un nuevo marco juridico pol¨ªtico. Resulta revelador que el representante del PNV en la ¨²ltima comparecencia conjunta de los cuatro partidos que apoyaron la consulta, Joseba Egibar, se remitiera al 25 de octubre de 1839.

Se trata de la fecha de la aprobaci¨®n de la Ley de Confirmaci¨®n y Modificaci¨®n de los Fueros, que los nacionalistas han acabado caracterizando como la de la abolici¨®n por la fuerza de la soberan¨ªa vasca originaria, que los sucesivos planes de Ibarretxe buscar¨ªan restituir. De nada vale que los estudiosos m¨¢s prestigiosos de la historia del propio nacionalismo se?alen a los Estatutos de autonom¨ªa -el ef¨ªmero de 1936, con el que Euskadi naci¨® como sujeto y realidad jur¨ªdica e institucional, y el de las amplias competencias de 1979, como "los mayores ¨¦xitos del nacionalismo", en palabras del catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, Jos¨¦ Luis de la Granja.

El aniversario del refer¨¦ndum de 1979, celebrado en su d¨ªa como un gran triunfo pol¨ªtico, se ha convertido en una fecha inc¨®moda y sobre la que pasan de modo vergonzante los nacionalistas. La ¨²nica excepci¨®n se produjo a los diez a?os de su aprobaci¨®n, que fue celebrada por el Gobierno vasco, presidido en aquel momento por el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza.

"No hay nada que celebrar", dijeron en su vig¨¦simo aniversario, con Ibarretxe en su primer a?o de gobierno. Tambi¨¦n el 25? pas¨® sin pena ni gloria, y otro tanto cabe prever que ocurrir¨¢ con otra fecha redonda, los treinta a?os que cumplir¨¢ en 2009, si el PNV y sus socios logran repetir en el Gobierno.

La muerte del Estatuto la proclam¨® primeramente el secretario general de ELA, Jos¨¦ Elorrieta, en 1997. Ha habido despu¨¦s m¨²ltiples expresiones de desapego, como el calificativo de "carta otorgada" que le dio Joseba Egibar en la tribuna del Parlamento. Y hasta de desprecio, como al catalogarlo de "invento para salir del paso", aceptado bajo coacci¨®n "aunque se le diera forma de acuerdo", contenido en el manifiesto del PNV para el Aberri Eguna de 2003.

Parad¨®jicamente, en estos ¨²ltimos tiempos se vienen sucediendo las celebraciones por el cumplimiento de los 25 a?os de un buen n¨²mero de instituciones auton¨®micas, obviamente emanadas del Estatuto, desde el Concierto Econ¨®mico hasta Osakidetza, pasando por EITB o la Ertzaintza. El propio Parlamento, donde el tripartito impidi¨® el homenaje al texto de Gernika en 2004, realiz¨® a lo largo de todo el a?o siguiente un completo calendario para festejar el 25? aniversario de la C¨¢mara surgida de ¨¦l.

De La Granja ha se?alado repetidamente la paradoja de que el partido que m¨¢s ha rentabilizado el Estatuto lo d¨¦ por superado. El problema, a su juicio, estriba, seg¨²n public¨® en un art¨ªculo en este peri¨®dico tras la negativa de Ibarretxe a festejar el 20? aniversario, en la concepci¨®n "instrumental, gradualista y ambivalente de la autonom¨ªa" que tiene el PNV. "En funci¨®n de la coyuntura", afirmaba, el PNV puede hablar del texto de Gernika como de "la autonom¨ªa m¨¢s amplia de Europa" y resaltar su soberan¨ªa fiscal "como equiparable a la de un Estado miembro de la Uni¨®n Europea", o rebajarlo a un texto "de m¨ªnimos" y ya agotado.

El motivo aducido para eludir la celebraci¨®n de la fecha ha sido el mismo siempre: se trata de una ley incumplida y, adem¨¢s, recortada por un "enjambre" de leyes y jurisprudencia que la "encorsetan", en palabras de Carlos Garaikoetxea.

Tambi¨¦n su sucesor, Jos¨¦ Antonio Ardanza, verti¨® sus cr¨ªticas al PSE y al PP por celebrar el 25 de octubre, mientras desde el poder en Madrid "exigen peajes para desarrollarlo". Fue en 1997 y Ardanza se situ¨® en el centro, entre la ELA que se adelantaba a declarar "muerto" el Estatuto y quienes lo ensalzaban mientras pon¨ªan "trabas" a completarlo.

El Pacto de Lizarra, al a?o siguiente, sancion¨® el cambio de agujas del PNV desde la v¨ªa estatutaria a la soberanista, y desde la llegada de Ibarretxe al Gobierno, en 1999, el Estatuto, e incluso la reclamaci¨®n de las transferencias pendientes, han desaparecido del discurso troncal, sustituidas por la batalla por alcanzar un nuevo marco jur¨ªdico y pol¨ªtico basado en la autodeterminaci¨®n. Ese cambio de carril dej¨® un espacio libre que los socialistas y tambi¨¦n los populares, tras haber tenido el poder en la Diputaci¨®n alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria, ocupan ahora.

El temor a las consecuencias de sustituir el consenso como m¨¦todo para acordar los marcos b¨¢sicos de convivencia por la ley de la simple mayor¨ªa, que ahora dan por suficiente los nacionalistas, ha sido determinante. Durante todos estos a?os, las instituciones gobernadas por el PP en ?lava y los ayuntamientos del PSE han sido los ¨²nicos en celebrar el aniversario del Estatuto cada 25 de octubre.

El otro moj¨®n en el abandono del Estatuto lo puso el tripartito, con la ayuda de Batasuna, en julio de 2002, del que derivaron el plan Ibarretxe y, despu¨¦s, la tambi¨¦n fracasada consulta. El dictamen de la comisi¨®n sobre el autogobierno que sacaron adelante los partidos del Gobierno gracias a la abstenci¨®n de Batasuna, que dijo ver reflejados en ¨¦l sus planteamientos, declaraba "quebrado definitivamente el consenso estatutario" si el Gobierno no transfer¨ªa en dos meses todas las competencias pendientes de traspaso.

El texto abogaba por el derecho de autodeterminaci¨®n y fijaba las bases para un proceso soberanista, que se anunci¨® el 25 de octubre de ese a?o y se concretar¨ªa en id¨¦ntico d¨ªa el a?o siguiente en el proyecto articulado del plan Ibarretxe. "M¨¢s Estatuto", fue el lema que le opuso el PSE, ya con Patxi L¨®pez a la cabeza, que basar¨¢ su acto del pr¨®ximo domingo en el ejemplo de acuerdo que supuso el texto de Gernika.