Carlos Ti¨® Saralegui, acad¨¦mico apasionado

El pasado viernes la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos de Madrid celebr¨® un acto en memoria de Carlos Ti¨® Saralegui, catedr¨¢tico y director del Departamento de Econom¨ªa y Ciencias Sociales Agrarias, recientemente fallecido. Fue un emotivo homenaje de amigos y compa?eros en un ¨¢mbito que reflejaba el triunfo de su pasi¨®n universitaria sobre su vocaci¨®n y compromiso pol¨ªtico.

Nacido en 1948, asent¨® su carrera acad¨¦mica, especializada en la econom¨ªa y la pol¨ªtica agraria, en la brillantez y el rigor intelectual, con altas dosis de rebeld¨ªa y provocaci¨®n frente al pensamiento conformista, en su car¨¢cter ordenado y met¨®dico para la investigaci¨®n, en su esp¨ªritu anal¨ªtico, en su habilidad dial¨¦ctica, en su capacidad para exponer de forma sencilla las realidades m¨¢s complejas, en su accesibilidad para los alumnos, con los que era al mismo tiempo muy exigente.

Su vocaci¨®n y compromiso pol¨ªtico le llevaron a la militancia socialista en los setenta, precozmente socialdem¨®crata en un entorno ideol¨®gico m¨¢s izquierdista, con la ventaja de trabajar siempre con ideas propias, no prestadas, y con la inteligencia de quien est¨¢ dispuesto a enriquecerlas, o modificarlas, en la interacci¨®n con las ideas ajenas. Ha sido a lo largo de su carrera un modernizador de las posiciones agrarias de la izquierda.

Particip¨® muy activamente en la negociaci¨®n del cap¨ªtulo agrario del Tratado de Adhesi¨®n, como director del Gabinete del ministro de Agricultura Carlos Romero, y reflej¨® en un libro de referencia los entresijos de la negociaci¨®n, su conocimiento de la PAC y la complejidad del proceso de integraci¨®n de nuestro sector agroalimentario en la UE, que a la postre se ha traducido en un extraordinario factor de modernizaci¨®n.

En 1994, al tomar posesi¨®n como ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, me propuse recuperar a Carlos Ti¨® -que hab¨ªa dejado el ministerio para volver a la Universidad casi diez a?os antes- para la gesti¨®n de la pol¨ªtica agraria al frente de la secretar¨ªa general de Estructuras Agrarias, que unos meses despu¨¦s se transformar¨ªa en la secretar¨ªa general de Desarrollo Rural y Conservaci¨®n de la Naturaleza. No fue f¨¢cil convencerle. Por un lado, estaba muy concentrado y muy a gusto en su vocaci¨®n acad¨¦mica; por otro, tem¨ªa, con raz¨®n, que el cargo p¨²blico le quitase tiempo que quer¨ªa dedicar a Lola, su mujer. Ante mi insistencia acept¨®, y tengo que agradecer que ella nunca me lo haya echado en cara.

A mi favor dir¨¦ que, sin duda, mereci¨® la pena la insistencia. Llev¨® a cabo un extraordinario trabajo en la modernizaci¨®n y racionalizaci¨®n de los regad¨ªos, alcanzando un amplio consenso con las comunidades aut¨®nomas, que se tradujo en el Avance del Plan Nacional de Regad¨ªos, aprobado por el Consejo de Ministros en febrero de 1996. El cambio de Gobierno no supuso un cambio en la orientaci¨®n de las prioridades marcadas en el Avance, lo que habla bien de su trabajo y tambi¨¦n de la objetividad con la que lo retom¨® mi sucesora, Loyola de Palacio.

Su capacidad para dialogar y alcanzar puntos de encuentro permiti¨® una aprobaci¨®n casi un¨¢nime de la Ley de Modernizaci¨®n de las Explotaciones Agrarias. Adem¨¢s, contribuy¨® a la aprobaci¨®n de otras iniciativas legislativas muy trascendentales en la conservaci¨®n de la naturaleza, que entraba en su ¨¢mbito de responsabilidad, como la Ley de V¨ªas Pecuarias, la Ley de creaci¨®n del Parque Nacional de Picos de Europa y la Ley de creaci¨®n del Parque Nacional de Caba?eros.

Su esp¨ªritu cient¨ªfico, capacidad did¨¢ctica y voluntad divulgativa le llevaron a publicar centenares de art¨ªculos y a impartir centenares de conferencias sobre pol¨ªtica agraria nacional, europea e internacional. Merece la pena destacar los art¨ªculos que en la ¨¦poca de la transici¨®n pol¨ªtica publicaba en EL PA?S, bajo el seud¨®nimo colectivo de Eugenio Moreno, con Eugenio Nadal, Jos¨¦ M? Sumpsi y Luis Javier Posada, y los que ha venido publicando hasta su muerte en Cinco D¨ªas.

Vamos a echar de menos su pluma inteligente, l¨²cida y provocadora para diseccionar las reformas de la PAC, las negociaciones agrarias en el seno de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, el comportamiento de los mercados agrarios, los efectos de los biocombustibles y los transg¨¦nicos, o para exponer c¨®mo compaginar la innovaci¨®n, la productividad y los beneficios del comercio internacional con el car¨¢cter estrat¨¦gico del sector alimentario y su responsabilidad en asegurar el abastecimiento alimentario, en la lucha contra el hambre y en el desarrollo rural.

Pero vamos a echar mucho m¨¢s en falta el esp¨ªritu ir¨®nico, socarr¨®n, simp¨¢tico y afectuoso de un brillante y socialmente comprometido acad¨¦mico, de un hombre bueno.

Luis Atienza es ex ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n