?Y ahora qu¨¦ hacemos?
La noche de su inesperada victoria en las urnas, un Robert Redford caracterizado como el candidato al Senado por California Bill McKay inquiere estupefacto a su jefe de campa?a: "?Y ahora qu¨¦ hacemos?". La pregunta pertenece al filme El candidato, por el que su guionista Jeremy Larner obtuvo en Oscar al mejor gui¨®n en 1972. Pero se acerca bastante a lo que ven¨ªa sucediendo en la realidad. "Si salgo elegido, no quiero despertarme la ma?ana del 9 de noviembre y preguntarme a m¨ª mismo, ?y ahora qu¨¦ hago yo con el mundo?", le dijo John F. Kennedy a su consejero Clark Clifford en agosto de 1960, cuando todav¨ªa era candidato a la presidencia. M¨¢s lejos en el tiempo, Harry Truman, todav¨ªa vicepresidente de Estados Unidos, le dijo a Eleanor Roosevelt en abril de 1945, ante su marido de cuerpo presente: "?Puedo hacer algo por usted se?ora?". La enf¨¢tica respuesta a quien iba a suceder al presidente fallecido fue la siguiente: "?Hay algo que pueda hacer yo por usted? Es usted quien se halla en dificultades ahora".
Obama cuenta con un equipo que prepara las medidas para deshacer la tela de ara?a de Bush
La transici¨®n presidencial es uno de los grandes momentos en la historia americana. Es un per¨ªodo de vac¨ªo, que se llena con la celebraci¨®n de un rito de paso, una compleja ceremonia para sustituir y civilizar el crimen m¨¢s o menos ritualizado por el que las sociedades arcaicas eliminaban al jefe anciano y lo sustitu¨ªan por otro m¨¢s joven. Desde hace decenios se vienen estudiando y preparando las transiciones presidenciales americanas, hasta el punto de que existe un cuerpo de s¨®lidos trabajos sobre c¨®mo han sucedido hasta ahora y sobre c¨®mo hay que preparar la que est¨¢ en puertas. Esto ¨²ltimo es lo que ha hecho Stephen Hess, que ha trabajado en varias ocasiones en la Casa Blanca desde los a?os cincuenta como uno de esos consejeros que vemos en El Ala Oeste, en un libro que lleva por t¨ªtulo el mismo que la columna (What do we do now?) y est¨¢ redactado como un manual escolar dirigido al presidente novicio, incluidos ejercicios y cuestionarios. Tambi¨¦n lo han hecho Kurt Campbell y James Steinberg, polit¨®logos ambos y el segundo consejero tambi¨¦n de Bill Clinton (Transiciones dif¨ªciles. Dificultades en la pol¨ªtica exterior en los comienzos del poder presidencial), que consideran esta transici¨®n como una de las m¨¢s complejas y arriesgadas: es la primera despu¨¦s del 11-S, hay dos guerras abiertas y una crisis econ¨®mica que amenaza con una profunda recesi¨®n y es producto de un fuerte antagonismo y de una ruptura dr¨¢stica con la anterior presidencia.
Obama y su gente forman quiz¨¢s el equipo humano m¨¢s preparado para aplicar esos buenos consejos de los especialistas sobre c¨®mo hacerlo. Saben, por ejemplo, que no hay que confundir las etapas. Hay que tener un equipo para la campa?a, que es el que han encabezado los davides, Axelrod y Plouffe. Otro para la transici¨®n propiamente dicha, que encabeza el ¨²ltimo jefe de gabinete de Clinton, John Podesta. Un tercero, el que se pondr¨¢ al mando el 21 de enero, y que ya tiene como piloto a Rahm Emmanuel, jefe de gabinete de Obama. Y otros m¨¢s para tareas espec¨ªficas, como el que se present¨® el pasado viernes, en la primera conferencia de prensa, que permiti¨® fotografiar juntos a todos sus asesores econ¨®micos, un impresionante plantel donde hay desde ex secretarios del Tesoro hasta empresarios millonarios.
La transici¨®n empieza con la campa?a y termina con los cien d¨ªas, per¨ªodo inventado precisamente por Roosevelt, ahora tan citado, para poner en marcha su plan contra la Gran Recesi¨®n. Pero su n¨²cleo es el per¨ªodo actual, esas once semanas en que hay un presidente pato cojo casi despose¨ªdo de poder, pero capaz de seguir firmando decretos. Bush lo est¨¢ haciendo en temas ideol¨®gicamente muy propios: en cuesti¨®n de libertades, con nuevas autorizaciones al FBI para espiar a los ciudadanos; en medioambiente, con el levantamiento de la protecci¨®n de especies en extinci¨®n y de la prohibici¨®n de emisiones y residuos cerca de zonas protegidas; y, en costumbres, con nuevos l¨ªmites al acceso de las mujeres al derecho a interrumpir el embarazo y a la informaci¨®n sobre salud reproductiva. El nuevo presidente, sin poder ejecutivo todav¨ªa, puede presionar para que la industria automovil¨ªstica severamente tocada por la crisis reciba ayudas antes de instalarse en la Casa Blanca, pero preferir¨¢ no quemarse todav¨ªa en otras iniciativas, como ese Breton Woods II del pr¨®ximo s¨¢bado. Obama tiene, adem¨¢s, otro equipo trabajando desde hace siete meses en 200 primeras medidas para destejer la tela de ara?a de Bush antes de que esa dif¨ªcil transici¨®n toque a su fin. Y esto es algo que se produce, normalmente, alrededor de cien d¨ªas despu¨¦s, cuando llegan los primeros y grandes desenga?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.