El G-20 impulsa el mayor esfuerzo regulador en d¨¦cadas

Las delegaciones de las principales econom¨ªas del mundo abandonaron Washington tras una cumbre que apenas sum¨® seis horas de debates, pero que auguran muchas horas m¨¢s de aceleradas negociaciones. Nada de lo que se acord¨® en la noche del s¨¢bado tendr¨¢ un efecto autom¨¢tico contra la recesi¨®n.

Pero los Gobiernos reunidos por el G-20 evitaron la imagen de inacci¨®n al fijar plazos para medir el ¨¦xito de sus promesas: deben poner en marcha nuevos incentivos fiscales en semanas, pactar una nueva de rebaja de aranceles antes de diciembre y acordar en cinco meses las medidas que lleven a una regulaci¨®n efectiva del sistema financiero.

Si los ministros de Econom¨ªa logran traducir los principios para ampliar la vigilancia del sector financiero en medidas concretas, el acuerdo del G-20 dar¨ªa lugar al mayor esfuerzo de coordinaci¨®n internacional en las ¨²ltimas d¨¦cadas. De hecho, la decisi¨®n de que toda la superaci¨®n de la crisis pivote sobre el G-20 y no el G-7 ya supone un cambio radical de planteamiento frente al tradicional orden mundial. El impulso a la regulaci¨®n de las finanzas que se propone, se podr¨ªa comparar con lo que supusieron los acuerdos de Bretton Woods para el comercio internacional hace medio siglo.

- ?Habr¨¢ dinero para todo? Reci¨¦n acabada la cumbre, el FMI reclam¨® que se destine un 2% del PIB a rebajas de impuestos o m¨¢s inversiones p¨²blicas. En Espa?a eso llevar¨ªa a una inyecci¨®n de 20.000 millones en la econom¨ªa real. Si se atiende a la definici¨®n estricta del Fondo, aqu¨ª se incluir¨ªa la desgravaci¨®n de 400 euros en el IRPF, valorada en 6.000 millones. Pero Espa?a, como muchos otros Gobiernos, ya han comprometido cantidades multimillonarias para ayudar al sistema financiero. Con el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica al galope, el comunicado da tambi¨¦n una coartada al afirmar que se garantice la "sostenibilidad fiscal" de las medidas.

- El nudo de la Ronda de Doha. Si hay un mandato urgente en el comunicado final es el que se hace a los ministros de Comercio para que reanimen una ronda de negociaciones que acumula siete a?os de desencuentros. Reino Unido, Brasil y Australia porfiaron por poner un plazo tan exigente como el de llegar a un acuerdo antes de fin de a?o. La negociaci¨®n est¨¢ encallada en la negativa de EE UU a la propuesta de India de permitir medidas proteccionistas para proteger la agricultura familiar de los pa¨ªses pobres.

- Los sueldos de la banca. Los Gobiernos urgen a las entidades financieras "a adoptar medidas para evitar esquemas de retribuci¨®n que recompensen decisiones a corto plazo o arriesgadas". Pero la presi¨®n francesa y alemana para que el poder p¨²blico establezca criterios sobre c¨®mo pagar a los ejecutivos de la banca no fructific¨®. El comunicado da a cada pa¨ªs la oportunidad de lograr este objetivo "mediante esfuerzo voluntario o mediante acci¨®n regulatoria".

- Normas para todos. La crisis ha desvelado que hay cr¨¦ditos cuyo pago depende de individuos o empresas insolventes, algo que quien los adquiri¨® no sab¨ªa. Por eso los Gobiernos han dicho que "nos aseguraremos de que todos los mercados, productos y agentes financieros est¨¢n regulados o sujetos a supervisi¨®n".

- Agencias bajo la lupa. Uno de los cometidos m¨¢s detallados es el que hace referencia a las agencias de calificaci¨®n de riesgos, las mismas que avalaron la solvencia a derivados que ten¨ªan en su origen hipotecas basura. "Los reguladores tomar¨¢n las medidas para asegurarse que las agencias evitan conflictos de intereses, dan informaci¨®n suficiente a inversores y emisores y dan una calificaci¨®n espec¨ªfica para cada producto financiero". Habr¨¢ que ver si la UE logra que se proh¨ªba asesorar a las agencias.

- C¨®mo domar el riesgo. El mercado de los t¨ªtulos que cubren el riesgo de impago en los pr¨¦stamos (CDS en sus siglas en ingl¨¦s) es ahora el mayor foco de preocupaci¨®n del sector financiero. Es un mercado que ha escalado hasta los 50 billones de euros en unos pocos a?os. Y en el que los intercambios se hacen de forma bilateral, sin apenas garant¨ªas de que se pagar¨¢ la cantidad comprometida si hay morosidad, algo mucho m¨¢s frecuente en ¨¦pocas de recesi¨®n. El G-20 urge a crear c¨¢maras de compensaci¨®n, que dan visibilidad a los intercambios y que, mediante el cobro de una cantidad a los participantes en el mercado, aumentan las garant¨ªas.

- Control a los hedge funds. Los fondos que m¨¢s se aprovecharon del endeudamiento f¨¢cil escapan de una supervisi¨®n p¨²blica m¨¢s estricta. El G-20 se contenta con que desarrollen y propongan buenas pr¨¢cticas, asesorados por las autoridades.

- Contabilidad homog¨¦nea.Funcionarios del Tesoro de Estados Unidos reafirmaron que la norma que obliga a valorar los activos cada trimestre seg¨²n su valor de mercado no est¨¢ en discusi¨®n. S¨ª se debatir¨¢ qu¨¦ hacer cuando el mercado no funciona y la ausencia de compradores hunde los precios, como ahora.

- Bancos a cubierto. La insuficiente capitalizaci¨®n de los bancos para cubrir riesgos, llevar¨¢ a los reguladores a "asegurarse de que las entidades mantienen la cantidad de capital necesaria para sostener la confianza". Se obligar¨¢ a los bancos a destinar capital para cubrir el riesgo de la deuda que titulicen y la coloquen en el mercado. Y se apuesta por provisiones antic¨ªclicas, al estilo de las del Banco de Espa?a.

- Para¨ªsos fiscales. "Promovemos la puesta en com¨²n de la informaci¨®n financiera, lo que incluye a las jurisdicciones que todav¨ªa no cumplen con las normas internacionales sobre secreto bancario y transparencia".

- Cl¨¢usula de salida. Como en todo acuerdo internacional, se garantiza la opci¨®n de dar marcha atr¨¢s. En este caso, a petici¨®n de EE UU y Canad¨¢, se recalca que "se debe evitar una sobrerregulaci¨®n que da?ar¨ªa el crecimiento econ¨®mico y el flujo de capitales".