"Internet provoca tensi¨®n, ruido y destrucci¨®n"
Como un reloj de intrincada maquinaria, obra de un fino artesano. As¨ª es Adoration, la ¨²ltima pel¨ªcula del canadiense Atom Egoyan (nacido en El Cairo, en 1960), que trata de terrorismo, de Internet, de la b¨²squeda de las ra¨ªces familiares... "En realidad, es una historia de tres personas obsesionadas por construirse una estrategia de vida", asegura su realizador. Egoyan ha pasado por los festivales de Valladolid (veterano de la Seminci, all¨ª ha ganado dos espigas de oro y una de plata) y de Gij¨®n, con su sempiterna imagen de intelectual buen chico por el que no pasan los a?os. Su bulliciosa mente ha engendrado algunos de los mejores retratos de la decrepitud de la moral social, como El liquidador, Ex¨®tica o El dulce porvenir. "Creo que no puedo esconder mi estilo", comenta risue?o.
'Adoration', su ¨²ltimo filme, se ha visto en los festivales de Valladolid y Gij¨®n
En esta ocasi¨®n le apetec¨ªa hablar de Internet y el uso que hace de la tecnolog¨ªa la gente joven, probablemente porque su hijo ya est¨¢ en edad adolescente. "Desde luego, aunque tambi¨¦n es que esas personas est¨¢n a¨²n haci¨¦ndose, no est¨¢n cerradas". Y que recurren a la red para conocerse. "Estoy muy sorprendido por el fen¨®meno Facebook. Tienes de repente 200 amigos. ?Qu¨¦ haces con ellos? Se construyen una irrealidad. Mejor, una doble vida: la real y la virtual. Y lo aceptamos sin m¨¢s".
El dulce tono ingl¨¦s que usa Egoyan va subiendo de volumen seg¨²n entra en materia. En Adoration, un chaval que busca a sus padres crea para su progenitor un pasado de terrorista y la historia se expande por la red a un ritmo inveros¨ªmil. "Internet sirve para informarse; sin embargo no todo lo que vemos ah¨ª es verdad. Adem¨¢s, tampoco es un lugar ni para la catarsis, ni para la revoluci¨®n ni para la reflexi¨®n. Es el reino de people.com, en el que cualquiera suelta cualquier barbaridad". En este punto, pica el gusanillo de mentarle la bicha de las descargas de cine en Internet. "Por eso voy de festival en festival, porque creo en presentar las pel¨ªculas en salas con p¨²blico. A¨²n recuerdo la primera vez que fui a Valladolid hace casi 20 a?os: me encant¨® que mi trabajo pudiera interesar a la gente de una ciudad de provincias. Aunque tengo la sensaci¨®n de que me estoy quedando algo solo, ?no?".
En el filme, uno de los personajes asegura que "la ira ocupa mucha inteligencia". Egoyan se ve reflejado en esa sentencia. "Absolutamente. Y vuelvo a Internet. Provoca tensi¨®n, ruido, destrucci¨®n. Apuesto por no dejarme llevar por esos sentimientos". Esa defensa ya la hizo en el cine, en Ararat. Egoyan es hijo de pintores armenios, y en aquel drama analiz¨® el genocidio de ese pueblo a mano de los turcos, sin dejarse llevar por m¨¢s pasi¨®n que la cinematogr¨¢fica. "A m¨ª me encanta la controversia, la intelectual, claro".
Y como recolector de historias, a Egoyan le pasan cosas muy curiosas en la vida. En los a?os ochenta ley¨® en un peri¨®dico una noticia sobre un joven jordano que enga?¨® a su novia irlandesa, embarazada de muy poco tiempo, para que viajara hasta Israel para reunirse con ¨¦l, sin que ella supiera que llevaba una bomba en el equipaje. "En Israel, al guardia de seguridad que descubri¨® en el control del aeropuerto el explosivo lo convirtieron en un h¨¦roe. Tom¨¦ esa an¨¦cdota, la met¨ª en Adoration. Una vez que tengo en la cabeza la semilla, el gui¨®n fluye. Y por cierto, resulta que en Valladolid he conocido a unos amigos del guardia. El mundo es muy peque?o y las historias, universales". ?Y el guardia? "All¨ª sigui¨® hasta que se jubil¨®, un poco de alabanzas y vuelta al control".
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