"Cre¨ªamos que el juez Ferr¨ªn nos iba a arrebatar a nuestra hija"

Miedo y asombro. Son los sentimientos que predominaron en la segunda sesi¨®n del juicio por prevaricaci¨®n que se sigue en el Tribunal Superior de Justicia de Murcia contra el juez Fernando Ferr¨ªn Calamita por obstaculizar la adopci¨®n de una menor por uno de los c¨®nyuges de una familia homoparental. Miedo a perder a su hija fue lo que sinti¨® Susana Meseguer cuando vio que el magistrado no s¨®lo cuestionaba la idoneidad de su esposa, Vanesa de las Heras, como adoptante, sino tambi¨¦n la suya propia como madre. Y asombro fue lo que manifestaron los t¨¦cnicos del juzgado y del Gobierno murciano ante los informes que exig¨ªa el juez.

El art¨ªculo 176 del C¨®digo Civil establece que no es necesaria ninguna valoraci¨®n de idoneidad del adoptante cuando el menor "es hijo del consorte". Pero Ferr¨ªn solicit¨® hasta tres informes del equipo psicosocial de su juzgado y de los servicios de menores de Murcia, adem¨¢s del preceptivo del fiscal, antes de tomar su decisi¨®n. Cuando vio que todos eran favorables a la adopci¨®n plante¨® una cuesti¨®n de inconstitucionalidad sobre la ley del matrimonio gay.

La actitud del juez cre¨® en la pareja una sensaci¨®n de "miedo" y "desamparo", seg¨²n declararon durante un proceso que podr¨ªa apartar a Ferr¨ªn de la carrera. El magistrado no s¨®lo cuestion¨® la idoneidad de la madre, tambi¨¦n design¨® a la Direcci¨®n General de la Familia de Murcia como defensora judicial de la menor al apreciar un "conflicto de intereses" entre la ni?a, su progenitora y la esposa de ¨¦sta. La letrada de dicho organismo dijo que era la primera vez que asum¨ªa ese papel en una adopci¨®n.

"Llegamos a pensar que nos pod¨ªan arrebatar a nuestra hija", asegur¨® De las Heras. "Ten¨ªamos miedo porque se nos estaba cuestionando. Nos sent¨ªamos indefensas, desamparadas. No entend¨ªamos que pidiera cosas que en teor¨ªa no hac¨ªan falta". El proceso que suele durar un par de meses se extendi¨® dos a?os y "gener¨® angustia en toda la familia". "Los compa?eros de trabajo de Susana llegaron a preguntarle si le hab¨ªan quitado la patria potestad".

Tanto la psic¨®loga como la trabajadora del equipo psicosocial del juzgado manifestaron que este caso era el primero de adopci¨®n por el c¨®nyuge en el que un juez les ped¨ªa un informe sobre la idoneidad de la pareja. El hecho de que se concediera, coincidieron, "no iba a generar un cambio en la ni?a, s¨®lo supon¨ªa regular una situaci¨®n de hecho; la menor iba a seguir viviendo en esa familia", dijo la psic¨®loga. La trabajadora social fue m¨¢s all¨¢. La adopci¨®n, sostuvo, iba a mejorar los v¨ªnculos afectivos y legales, lo que dar¨ªa a la menor derechos -herencia, por ejemplo- en caso de separaci¨®n o de muerte.

Adem¨¢s comparecieron las t¨¦cnicas de la Direcci¨®n General de la Familia a las que Ferr¨ªn solicit¨® una valoraci¨®n posterior, que tambi¨¦n aval¨® la petici¨®n del matrimonio. El juez solicit¨® al organismo una ampliaci¨®n de dicho informe para determinar si vivir con dos madres incrementa la posibilidad de ser gay. Ambas declararon que eran "opiniones personales" del juez que se negaron a valorar. "A lo mejor el ni?o de un barrio marginal tiene m¨¢s posibilidades de ser toxic¨®mano, pero tambi¨¦n puede que no", sentenci¨® el jefe de Adopciones de Murcia, Luis Elvira.