Narcoeconom¨ªa
La psicosis de violencia relacionada con la inseguridad ciudadana, los secuestros y el narcotr¨¢fico -tres manifestaciones del abandono del monopolio de la violencia por parte del Estado- est¨¢ presente en M¨¦xico m¨¢s que nunca. En lo relacionado con el narcotr¨¢fico, en los dos ¨²ltimos a?os se han producido m¨¢s de 8.000 muertes en enfrentamientos de las fuerzas del orden (polic¨ªa o ej¨¦rcito) con las bandas organizadas, o de ¨¦stas entre s¨ª, aparte de decomisos, detenciones, filtraciones o deportaciones varias.
M¨¦xico representa hoy uno de los lugares centrales del tr¨¢fico de droga en el mundo y en Am¨¦rica Latina. Hasta tal punto es significativo el fen¨®meno en la regi¨®n, que en la XVIII cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la zona, celebrada en San Salvador hace poco menos de un mes, el tema central de la misma -juventud y desarrollo- pas¨® a un segundo lugar ante los dos primeros problemas de la regi¨®n: la llegada, a toda velocidad, de la crisis financiera, y el irresistible avance del narcotr¨¢fico y la narcoeconom¨ªa en algunos pa¨ªses. Seg¨²n el comunicado de los 22 representantes all¨ª presentes, las organizaciones de narcotraficantes ya tienen dinero y armas suficientes para hacer frente a las autoridades en "muchos" Estados iberoamericanos. Los pa¨ªses se conjuraron para reaccionar solidariamente, ya que cada uno de ellos por s¨ª mismo se ve¨ªa impotente para romper el v¨ªnculo entre las organizaciones delictivas dedicadas al narcotr¨¢fico y las que se especializan en el tr¨¢fico il¨ªcito de armas; entre ambas disputan a los Estados el control de sus territorios.
El narcotr¨¢fico controla segmentos del aparato estatal y trozos significativos del territorio mexicano
El papel del narcotr¨¢fico en algunos de los pa¨ªses latinoamericanos avanza espectacularmente. Hace algunos a?os, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su informe sobre La democracia en Am¨¦rica Latina, ya lo inclu¨ªa entre las causas principales de las limitaciones de la democracia en la zona, y analizaba el doble desaf¨ªo que impon¨ªa: un desaf¨ªo directo, por cuanto intenta controlar segmentos del aparato estatal y trozos significativos del territorio (en aquellos momentos, principios de siglo, todav¨ªa m¨¢s en Colombia que en M¨¦xico), al tiempo que creaba fuertes incentivos para pasar de la econom¨ªa formal a la sumergida. Y dos desaf¨ªos indirectos: en primer lugar, al atraer la atenci¨®n del Gobierno de turno de EE UU, genera nuevas formas de presi¨®n externa que limitan a¨²n m¨¢s la capacidad de acci¨®n de las autoridades nacionales. Segundo, la corrupci¨®n: el dinero sucio tiene efectos devastadores sobre el comportamiento de una parte de los dirigentes pol¨ªticos y sobre el funcionamiento de las instituciones.
En c¨ªrculos privados se comienzan a estudiar las modalidades de legalizaci¨®n de la droga como soluci¨®n a la penetraci¨®n del narco. Al estilo del fin de la ley seca en EE UU, que hab¨ªa ilegalizado el alcohol, generando enormes mercados negros y la extensi¨®n del crimen organizado.
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