El Congreso de EE UU inyectar¨¢ 13.000 millones a la industria del autom¨®vil
El dinero saldr¨¢ de un fondo ya existente para desarrollar el coche el¨¦ctrico
La Casa Blanca y los l¨ªderes del Congreso de EE UU perfilan este fin de semana un plan de rescate para la industria automovil¨ªstica que evite el colapso de todo el sector y el contagio al conjunto de la econom¨ªa. En la madrugada de ayer se acordaron las l¨ªneas principales: una inyecci¨®n de entre 15.000 y 17.000 millones de d¨®lares (de 11.853 a 13.434 millones de euros), que saldr¨¢n de un fondo para fomentar los coches el¨¦ctricos y que deber¨¢n ser devueltos con intereses.
El tiempo juega en contra. General Motors explic¨® esta semana a los legisladores que necesita 4.000 millones antes de final de a?o para mantener vivo el negocio, y otros 4.000 millones en enero. Sin ese dinero se declarar¨¢ en suspensi¨®n de pagos. En total, pidi¨® un cr¨¦dito de 18.000 millones. Su rival Chrysler dijo que no puede esperar m¨¢s y que para evitar la bancarrota necesita 7.000 millones.
Ford Motor, por su parte, habl¨® de 9.000 millones, pero en su caso la necesidad no es tan inmediata y habla incluso de que si la econom¨ªa mejora y recupera las ventas podr¨¢ no recurrir a ellos. Es la que est¨¢ mejor de las tres, pero asegur¨® que una bancarrota de sus rivales tendr¨¢ un efecto multiplicador en el conjunto de la industria. Por eso defendi¨® ante el Congreso de EE UU que se habilite ese cr¨¦dito puente sin dilaci¨®n.
La actividad industrial de las tres casas automovil¨ªsticas est¨¢ muy concentrada entorno al lago Michigan. Pero el colapso de GM y Chrysler puede salpicar a todo el pa¨ªs, porque sus distribuidores est¨¢n dispersos por todo el continente. El sindicato del autom¨®vil habla de que tres millones de empleos est¨¢n en riesgo, y advierten de que el colapso de esta industria puede tener un efecto catastr¨®fico para la econom¨ªa, incluso mayor que el sector financiero.
Tras dos d¨ªas de testimonios de los principales ejecutivos de Detroit, y con el desastroso dato de empleo de noviembre como tel¨®n de fondo (se destruyeron m¨¢s de medio mill¨®n de puestos de trabajo), el Ejecutivo y el Legislativo acordaron que hab¨ªa que hacer algo. La idea que estaba sobre la mesa era autorizar un pr¨¦stamo inmediato para que GM y Chrysler puedan seguir operando y pagando a sus suministradores hasta marzo.
Es decir, se tratar¨ªa de dar otra oportunidad a la industria del autom¨®vil de Detroit para que pueda transformar el sector a la nueva realidad competitiva y medioambiental. La ayuda est¨¢ condicionada a que las compa?¨ªas cambien su modelo de negocio hacia uno m¨¢s competitivo y viable, y a que se devuelva el dinero al contribuyente cuanto antes. Estaba a¨²n por determinar la procedencia del cr¨¦dito, aunque parece que hab¨ªa una base para el consenso.
Los dem¨®cratas quer¨ªan hasta ahora que los pr¨¦stamos provengan de los 350.000 millones que quedan en el fondo de estabilidad financiera. La Administraci¨®n que preside George Bush, por su parte, lo rechaza y defiende que se recurra a los 25.000 millones autorizados en septiembre para el desarrollo de coches eficientes. Esta segunda opci¨®n es la que est¨¢ cobrando m¨¢s fuerza en la negociaci¨®n.
Tony Fratto, portavoz de la Casa Blanca, asegura que las discusiones con los l¨ªderes del Congreso son "fluidas", "constructivas" y habla de "progresos" en la negociaci¨®n de los detalles que deber¨¢ incluir la legislaci¨®n. La intenci¨®n es que se proceda al voto para autorizar la ayuda de emergencia la pr¨®xima semana. Pero no est¨¢ clara la reacci¨®n de los republicanos, que no quieren dar otro cheque en blanco.
Todos est¨¢n intentando hacer algo para ayudar a los tres gigantes de Detroit, seg¨²n los analistas. George Bush acepta que se salga en ayuda de un sector que desde hace a?os se muestra incapaz de ser competitivo, y los dem¨®cratas admiten que la ayuda provenga del Departamento de Energ¨ªa. La industria gana tiempo para ver c¨®mo evoluciona la situaci¨®n econ¨®mica y se asienta la nueva Administraci¨®n presidida por Barack Obama.
Si finalmente se opta por esta soluci¨®n, el Congreso de EE UU podr¨ªa reconsiderar la cuesti¨®n y negociar con el equipo de Obama un paquete de ayuda m¨¢s amplio para Detroit, en el que se defina mejor el papel que Washington debe desempe?ar en el redise?o del sector automovil¨ªstico dom¨¦stico, que durante casi medio siglo fue uno de los s¨ªmbolos del poder¨ªo industrial de EE UU y que ahora est¨¢ en peligro de extinci¨®n.
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