De pordioseros a clase media
Una muestra recoge los 100 a?os de mejoras en la protecci¨®n social de los trabajadores
De obrero cualificado, a pe¨®n; de pe¨®n a jornalero y de ah¨ª al lumpen: vago, mendigo, delincuente y preso. Un trabajador que enfermaba, envejec¨ªa o sufr¨ªa cualquier minusval¨ªa en la Espa?a de principios del siglo XX ya s¨®lo aspiraba a vivir de la caridad. "Lo que hay hoy no es gratis. No lo tenemos de siempre y no es algo que siempre vayamos a tener, es fruto del esfuerzo de los primeros trabajadores", explica el comisario de la exposici¨®n Solidaridad, seguridad, bienestar. Cien a?os de protecci¨®n social en Espa?a, Arturo Viloria. La muestra, que tiene previsto inaugurar hoy el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, recoge a trav¨¦s de 250 im¨¢genes de m¨¢s de 20 archivos, 35 paneles explicativos y cinco monitores la lucha de los primeros obreros para protegerse. Su camino de los estratos inferiores hasta la clase media que protege el estado del bienestar.
Una decena de trabajadores y ni?os hace cola detr¨¢s de una olla humeante. Espera su raci¨®n de sopa boba, un brebaje de guisos sobrantes de los men¨²s de los cuarteles y otras instituciones. La fotograf¨ªa, tomada por Camp¨²a en el cuartel del Rosario de Madrid en 1904, pertenece a la fase de los "seguros voluntarios", seg¨²n la exposici¨®n. Entonces la protecci¨®n social era la que el obrero pod¨ªa dispensarse ahorrando. "Cualquier contingencia le condenaba a la sopa boba", indica Viloria. La esperanza de vida rondaba los 40 a?os. Las jornadas laborales eran de 60 horas y las enfermedades infecciosas hac¨ªan estragos.
En medio de este panorama nace el Instituto Nacional de Previsi¨®n (INP), en 1908. El INP (antecesor de la Seguridad Social) promov¨ªa "que las personas ahorraran", relata Viloria. Pero era bastante complicado que el trabajador se hiciera su rinconcito si no cobraba m¨¢s de tres pesetas al d¨ªa. Y eso, el m¨¢s afortunado. El resto se aguantaba con una peseta.
Hasta 1919 no surge el Retiro Obrero Obligatorio. "Una ley justa y humanitaria os impone la obligaci¨®n de contribuir a la constituci¨®n de pensiones de retiro para vuestros obreros. Esta obligaci¨®n se reduce a pagar por cada obrero tres pesetas al mes, diez c¨¦ntimos por cada d¨ªa de trabajo", reza un cartel dirigido a los patronos. A cambio, los trabajadores recib¨ªan una peseta diaria cuando se jubilaban, a partir de los 65 a?os. Lleg¨® a tener cinco millones de afiliados, de los ocho millones que formaban la poblaci¨®n activa en los a?os veinte. "Todo un ¨¦xito", en palabras de Viloria, para la ¨¦poca. Aunque no es igual en todos los sectores: "Los patronos del campo fueron los que m¨¢s se opusieron por el tipo de relaci¨®n laboral en el sector agr¨ªcola".
En 1931 le sigue el seguro de maternidad: seis semanas de baja, a 90 pesetas al mes. Al a?o siguiente llega el de accidentes de trabajo. Con el franquismo, la creaci¨®n de los hospitales. Y 20 a?os despu¨¦s nace la Seguridad Social, a finales de los sesenta.
"Desde la democracia tenemos derecho a atenci¨®n sanitaria, aunque no hayamos cotizado. Su continuidad est¨¢ asegurada hasta 2029. Su futuro depender¨¢ de lo que las generaciones j¨®venes decidan", concluye Viloria.
Solidaridad, seguridad y bienestar. Cien a?os de protecci¨®n social en Espa?a. A partir de hoy, en la antigua sede del INP (Alcal¨¢, 56). De martes a s¨¢bado, de 12.00 a 20.00 y domingos, de 10.00 a 14.00
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