Dandis, bohemios y otros arquetipos de lo literario
Un ciclo de conferencias disecciona la vida intelectual de los ¨²ltimos siglos
Escritores bohemios y malditos, h¨¦roes triviales y marginales, esnobs y hombres que anteponen su raz¨®n a cualquier poder o moda. El bohemio, el dandi, el esteta y el librepensador son arquetipos literarios que el tiempo ha desdibujado de diferente manera. Cuatro figuras en manos de cuatro escritores dispuestos a diseccionarlas. Fernando Savater, F¨¦lix de Az¨²a, Luis Antonio de Villena y Jos¨¦ Carlos Llop analizan, en un ciclo de cuatro conferencias programadas por la Fundaci¨®n Juan March de Madrid, cuatro figuras que conforman la vida intelectual de los ¨²ltimos siglos.
Fernando Savater arrancaba el martes con el ciclo de charlas, que ayer continu¨® F¨¦lix Az¨²a y que se cerrar¨¢ la semana pr¨®xima con De Villena (d¨ªa 27) y Llop (29). "Todo pensar que no es libre no debe llamarse pensamiento", afirm¨® Savater ante una sala entregada a una conferencia sabia y chispeante. ?Y qu¨¦ significa hoy ser un librepensador?, se pregunta Savater antes de responderse que, frente al elogio p¨²blico al librepensador, est¨¢ el poco aprecio "real" por todo el que cuestiona el mundo que le rodea: "Hay gente que adora a los librepensadores del pasado y detesta a los del presente".
Hoy el dandi est¨¢ m¨¢s cerca del mundo del coraz¨®n que de Baudelaire
El hombre que nace con la edad moderna, el hombre que se "atreve" a pensar y que entra en la edad adulta de la historia al sacudirse la tutela de las autoridades. Irreverente ("el exceso de reverencia es incompatible con el librepensador") y militante ("uno piensa para algo"), Savater cita a Chesterton y la "tiran¨ªa" del futuro: "el verdadero librepensador se enfrenta por igual al pasado que al futuro, sobre todo en un mundo en el que nos preocupa m¨¢s el qu¨¦ dir¨¢n que el qu¨¦ dijeron. La pasi¨®n por agradar est¨¢ enfrentada al librepensador". Y, finalmente, "lo m¨¢s dif¨ªcil de todo: pensar contra uno mismo".
Si el librepensador mueve sus ideas con dificultad por este siglo, el dandi -seg¨²n el escritor F¨¦lix de Az¨²a, un asunto en apariencia "trivial" pero en realidad muy profundo- lo hace convertido en un esperp¨¦ntico esqueleto. "El dandi es una figura que nos prepara para el origen de una mercanc¨ªa que hasta entonces no exist¨ªa y que es la del propio cuerpo", afirma Az¨²a. Si el embri¨®n lo encontramos en figuras como Baudelaire, su traducci¨®n en el mundo presente estar¨ªa m¨¢s cerca de la moda o del mundo del coraz¨®n.
?Sus rasgos? El artificio en el plano est¨¦tico y la inutilidad en el moral, el yo como principio y fin de todo. El dandi formaba parte de la familia de los h¨¦roes triviales, inadaptados al sistema, aferrados a los para¨ªsos artificiales de Baudelaire. Asunto fundamental en la filosof¨ªa social del siglo XX, Az¨²a habla de Walter Benjamin y de Giorgio Agamben para definir el viaje al presente de ese arquetipo ("otra de las m¨²ltiples figuras construidas por la burgues¨ªa para sustituir los valores de una aristocracia decapitada") hoy fatalmente tocado de muerte.
Para el poeta y novelista mallorqu¨ªn Jos¨¦ Carlos Llop, el esteta es "el m¨¢s nebuloso" de los cuatro arquetipos escogidos. Dividida en dos partes, su disecci¨®n de la figura arranca con un "merodeo" hist¨®rico para luego detenerse en una figura: la del autor de Bearn, obra cumbre de Lloren? Villalonga. "Esteta es una voz que ni siquiera acepta el Mar¨ªa Moliner", afirma Llop, que al definir al esteta ("forma fundamental en el artista adolescente") se?ala obras que por s¨ª mismas definen esa figura. Del Barry Lindon, de Kubrick, a Muerte en Venecia, de Visconti. "En ellas est¨¢ la voluntad de retener la belleza porque se frena el paso del tiempo. En el esteta est¨¢ la voluntad de trasladar el para¨ªso al presente".
Explica el poeta y ensayista Luis Antonio de Villena que todos los arquetipos que se abordan en este ciclo de la Juan March est¨¢n de alguna manera conectados entre s¨ª. ?l analizar¨¢ el pr¨®ximo martes al maldito y al bohemio: "La tradici¨®n del malditismo, que empieza en el siglo XIX, es un producto del romanticismo, esa idea de la persona que se sent¨ªa contraria al orden establecido". Un hombre antisistema total del que es perfecto ejemplo Lord Byron, guapo, rico y tocando siempre el mal, "que para ¨¦l significa el bien". Una n¨®mina larga de escritores llena de malditos, "porque no es lo mismo un maldito del simbolismo que uno surrealista que uno actual". Finalmente, la bohemia, o lo que se llam¨® "la golfemia", se enfrenta al ideal de la sociedad de consumo. Hombres que entre la miseria y la m¨¢s exquisita elegancia quer¨ªan construir un mundo m¨¢s cerca de lo art¨ªstico y lo excepcional. "Algo", concluye el poeta, "que hoy tanto se ha olvidado".
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