Residuos metropolitanos: ?y ahora qu¨¦?
El pr¨®ximo mes de noviembre, tras larga espera, va a entrar en funcionamiento la recogida diferenciada de la fracci¨®n org¨¢nica de los residuos urbanos que hasta ahora hab¨ªa sido implementada s¨®lo de manera parcial en el espacio metropolitano. Se han agotado los plazos para ello. Los municipios metropolitanos corr¨ªan el riesgo de no hacerlo, de ver incrementados muy notablemente los costes de tratamiento de sus residuos urbanos. Pero ahora lo que sigue sin estar claro es qu¨¦ se va a hacer con la fracci¨®n de los residuos que no permite su recuperaci¨®n y reciclaje. Hemos cerrado a finales de 2006, muchos a?os despu¨¦s de lo prometido, el dep¨®sito del Garraf, construido hace m¨¢s de 30 a?os, tras una decisi¨®n poco meditada y circunstancial (ve¨¢se el sugerente libro cr¨®nica de Pau P¨¦rez 1972-2006. Olor de podrit. El desprop¨°sit del Garraf). En ese lugar hemos llegado a almacenar m¨¢s de 25 millones de metros c¨²bicos de basura, lo cual no es poco. Pero no tenemos, ni afortunadamente podremos tener nunca m¨¢s, una soluci¨®n como ¨¦sa en el espacio metropolitano. Publicaba este mismo peri¨®dico hace unos d¨ªas (4 de marzo) la noticia seg¨²n la cual dentro de poco m¨¢s de cuatro a?os no tendremos sitio para depositar dos millones de toneladas de residuos. Este diagn¨®stico, surgido de un informe del Colegio de Ingenieros, conduc¨ªa aparentemente a la necesidad de crear nuevas estructuras de incineraci¨®n de residuos, lo que, se afirmaba, ahorrar¨ªa energ¨ªa sin provocar efectos colaterales como las dioxinas, gracias a los avances tecnol¨®gicos de los ¨²ltimos a?os. El problema es que la incineraci¨®n, por fant¨¢stica que se nos presente, tiene el grave inconveniente de que no deja de ser un claro ejemplo de pol¨ªticas de final de ca?er¨ªa. No puede nunca plantearse como soluci¨®n, sino como aliviadero. Ya que, si no es as¨ª, lo que hace es desactivar cualquier pol¨ªtica seria de reducci¨®n y de reciclaje de residuos. ?Para qu¨¦ esforzarse en seleccionar, recuperar y reciclar si al final, sin tanto esfuerzo, lo quemamos todo y adem¨¢s generamos energ¨ªa limpia y barata?
Los ecoparques han de mejorar los sistemas de incineraci¨®n ampliando su capacidad de tratamiento
?Cu¨¢l es la situaci¨®n ahora en el espacio metropolitano a grandes rasgos? Los datos publicados por la entidad metropolitana responsable de la cuesti¨®n con relaci¨®n al a?o 2007 nos dicen que la generaci¨®n de residuos ha aumentado hasta una media de cerca de 1,5 kilos por habitante y a?o, lo que hubiera sido peor de no mantener la pol¨ªtica de reducci¨®n de residuos. La regla de que a m¨¢s nivel de renta, m¨¢s producci¨®n de residuos. Del total de residuos producidos, cerca de una tercera parte se recoge de manera selectiva, y la otra gran parte se reparte entre la incineraci¨®n o "valorizaci¨®n energ¨¦tica", el almacenamiento en dep¨®sitos controlados y otros destinos de menor entidad. Quemamos principalmente en Sant Adri¨¤ de Bes¨°s y almacenamos principalmente en Els Hostalets de Pierola. En general, ha aumentado notablemente la capacidad de recuperaci¨®n y pretratamiento, y se han ido poniendo en marcha nuevos sistemas de almacenamiento en balas de pl¨¢stico. Pero la situaci¨®n actual no asegura la continuidad del sistema m¨¢s all¨¢ de 2013. ?Qu¨¦ hacer? Lo l¨®gico ser¨ªa que, tras el esfuerzo realizado hasta ahora, se insistiera en la pol¨ªtica de recogida selectiva, que se ver¨¢ reforzada con la incorporaci¨®n de la fracci¨®n org¨¢nica, y se buscaran soluciones para responder de manera incremental a los retos de los pr¨®ximos a?os.
En este sentido, uno de los avances significativos en el espacio de la conurbaci¨®n de Barcelona ha sido la constituci¨®n del Consorcio ?rea Metropolitana de Barcelona (CAMB) hace pocas semanas. En la declaraci¨®n institucional que dio origen al consorcio se afirma lo obvio: "Barcelona, como la mayor¨ªa de las grandes ciudades europeas y mundiales tiene hoy la configuraci¨®n de metr¨®poli: es una aglomeraci¨®n que desborda el marco de los antiguos t¨¦rminos municipales y se configura como ciudad de ciudades, cuyos integrantes, sin perder aquello que les es propio, se articulan entre ellos formando una nueva realidad". Se dice luego que la constituci¨®n del CAMB ayudar¨¢ a superar su fragmentaci¨®n actual, reconociendo que el territorio metropolitano constituye una unidad de proyecto y de actuaci¨®n, donde han de aplicarse pol¨ªticas comunes. Se reconoce en la mencionada declaraci¨®n institucional, firmada por los alcaldes de los m¨¢s de 20 municipios de la conurbaci¨®n barcelonesa, que con ello se quiere optimizar los servicios comunes, que incluyen "realidades tan fundamentales como las infraestructuras, la movilidad, la sostenibilidad, la innovaci¨®n, las nuevas tecnolog¨ªas, etc¨¦tera". Y para ello se apunta a la necesidad de mejorar las infraestructuras metropolitanas ya existentes en todos estos campos en que se juega el porvenir de los millones de "barceloneses metropolitanos". Pues bien, la hora de las decisiones estrat¨¦gicas metropolitanas ha llegado. Primero, hay que seguir insistiendo con la l¨®gica de reciclaje emprendida. Segundo, reconocer que no hay soluci¨®n a los residuos fuera del entorno metropolitano. Han de buscarse espacios para almacenar la fracci¨®n no recuperable con los nuevos m¨¦todos, y no puede simplificarse la cuesti¨®n buscando "el espacio", sino los espacios posibles en la conurbaci¨®n. Deben modernizarse los ecoparques ya existentes, mejorando los sistemas de incineraci¨®n con las nuevas tecnolog¨ªas m¨¢s seguras y ampliando su capacidad de tratamiento. Y esa decisi¨®n le toca tomarla al nuevo consorcio metropolitano y formalmente a su entidad de residuos, como un ejemplo de lo que significa la l¨®gica de la gobernanza colectiva en la conurbaci¨®n metropolitana.
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
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