El Congreso rechaza las explicaciones de AIG y exige recuperar las primas
El responsable de la aseguradora pide a los ejecutivos que cedan la mitad del dinero
Mientras el Gobierno trata de contener una crisis que amenaza toda su estrategia econ¨®mica y est¨¢ poniendo contra las cuerdas al propio secretario del Tesoro, el Congreso rechaz¨® las explicaciones dadas ayer por el consejero delegado de AIG, Edward Liddy, y exigi¨® la devoluci¨®n del dinero entregado como primas a los ejecutivos de la empresa aseguradora, al mismo tiempo que amenaz¨® con impedir cualquier ayuda futura al sector financiero.
Tratando de recuperar la iniciativa en este asunto, el presidente Barack Obama anunci¨® ayer que est¨¢ negociando con el Congreso sobre la r¨¢pida elaboraci¨®n de "instrumentos legales que garanticen que nunca m¨¢s vamos a tener que hacer frente a una situaci¨®n como ¨¦sta". Obama record¨® que las primas de AIG son "un uso inapropiado del dinero del contribuyente", pero a?adi¨® que ahora lo m¨¢s importante es corregir las causas que han permitido esta pr¨¢ctica y trabajar en estabilizar el sistema financiero.
Obama anuncia medidas para que no se repita una situaci¨®n similar
Algunos directivos han aceptado la devoluci¨®n de los sobresueldos
"Wall Street debe de entender claramente", declar¨® Obama, "que las pr¨¢cticas del pasado se han acabado, que no se van a seguir haciendo las cosas como se han hecho siempre". Para ello, entre otras medidas, el presidente garantiz¨® una mayor transparencia en la forma en que se retribuye a los ejecutivos, al tiempo que insisti¨® en sus planes de una regulaci¨®n m¨¢s amplia para el sector financiero. Obama dio su pleno respaldo al secretario del Tesoro, cuestionado por este caso.
La presencia ayer de Edward Liddy ante un comit¨¦ de la C¨¢mara de Representantes fue la escenificaci¨®n perfecta del estado de indignaci¨®n en que se encuentra el pa¨ªs ante los abusos cometidos en Wall Street. Acorralado, asaeteado a preguntas y quejas de los congresistas, el jefe de AIG, convertido de repente en el s¨ªmbolo del fracaso de toda una era, intent¨® explicar la dif¨ªcil situaci¨®n de su negocio y prometi¨® resarcir a los contribuyentes del esfuerzo que ahora est¨¢n haciendo para sostener a su compa?¨ªa. "Comparto su rabia", dijo Liddy, quien desvel¨® que ha pedido a los ejecutivos que devuelvan al menos la mitad de la paga de 165 millones de d¨®lares en sobresueldos y que algunos han aceptado devolverla ¨ªntegra.
"Nadie mejor que yo sabe que AIG ha sido receptora de generosas cantidades de dinero de ayuda financiera del Estado", dijo Liddy. "Hemos sido beneficiarios de la tolerancia y la paciencia del pueblo norteamericano... pero tenemos que seguir manejando nuestro negocio como un negocio, teniendo en cuenta la fr¨ªa realidad de la competencia, por nuestros clientes, por nuestros beneficios y por nuestros empleados". "Por esas razones", explic¨®, "AIG ha tenido que hacer recientemente una serie de pagos de retribuciones, algunos de los cuales encuentro desagradables".
Liddy no se atribuy¨® personalmente la responsabilidad de esos pagos, que se hicieron durante su mandato pero se acordaron antes de que ¨¦l asumiera el cargo, la primavera pasada. ?l mismo no ha cobrado bonos. El jefe de AIG prometi¨® a los congresistas que la compa?¨ªa "est¨¢ trabajando todo lo que puede para ejecutar un plan de reestructuraci¨®n que sea capaz ofrecer a los contribuyentes norteamericanos [propieta-rios del 80% de la firma] los mejores beneficios posibles".
No fue suficiente esto para contener la furia de los congresistas, que no es m¨¢s que el reflejo de la c¨®lera nacional por este asunto. El Congreso estudiaba ayer distintas opciones legales para conseguir la devoluci¨®n de los bonos de AIG. Inicialmente se contemplaba la posibilidad de imponer una tasa del 100% sobre esos sobresueldos, pero eso iba perdiendo fuerza ayer y se iba abriendo camino la alternativa de crear un impuesto permanente y muy alto -en torno al 90%- para todas las primas pagadas por empresas que reciban ayudas del Estado. Al mismo tiempo, la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, mencion¨® la necesidad de otorgar al fiscal general de la naci¨®n poderes especiales para actuar en los tribunales contra los beneficiarios de esos tipos de bonos.
Uno de los problemas actuales es que, aunque AIG devuelva el dinero de los bonos, no va a ser f¨¢cil conseguir que quienes recibieron personalmente la paga renuncien a ella. Ni siquiera una tasaci¨®n del 100% lo garantizar¨ªa porque algunos de los afectados son extranjeros y no est¨¢n sometidos al r¨¦gimen fiscal norteamericano. Once de los que cobraron primas dejaron ya la compa?¨ªa.
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