Palabras de Fe Blasco
Hasta el 19 de abril se puede ver en el KW de Berl¨ªn (Instituto de Arte Contempor¨¢neo) una exposici¨®n titulada Vorspannkino, o sea, cine de t¨ªtulos, dedicada al extraordinario desaf¨ªo de combinar escritura, imagen y sonido para introducir el t¨ªtulo de la pel¨ªcula que se proyecta a continuaci¨®n, y con ejemplos de los mayores autores en este g¨¦nero, como Elaine y Saul Bass, y con "piezas" de Samuel Beckett, Jean Cocteau, Jean-Luc Godard y Pier Paolo Pasolini entre otros cincuenta cineastas.
Se puede prever que m¨¢s all¨¢ del actual uso titular y publicitario para el que fue concebido este subg¨¦nero cinematogr¨¢fico, encontrar¨¢ aplicaci¨®n en nuevas formas y experiencias de poes¨ªa visual. Pero en general todas las formas del arte y la comunicaci¨®n que realzan, matizan o cambian el sentido de las palabras poni¨¦ndolas bajo el influjo de la imagen y viceversa, si no aspiran s¨®lo a comentar o ilustrar, resultan a menudo intrigantes. Roy Lichtenstein vio el misterio autom¨¢tico que irradia de ciertas vi?etas de los c¨®mics cuando se las a¨ªsla de su funci¨®n en un relato, un campo para la experimentaci¨®n que ¨¦l s¨®lo abord¨® en clave de parodia decorativa. En formato de libro, lo mejor que he visto en estos a?os es el de Ricardo Daza Buscando a Mies, maravilloso poema visual e investigaci¨®n arquitect¨®nica.
Por los ¨®leos de Fe Blasco, tan originales, tan particulares, campan palabras que multiplican los sentidos y los enigmas de la imagen. Fe Blasco, si no me equivoco, no expon¨ªa en Barcelona desde mediados de la d¨¦cada de 1990, cuando lo hizo en una colectiva, no lejos de la galer¨ªa donde ahora presid¨ªa la fiesta, vestida con una gabardina gris y fumando un purito, cual actriz del cine franc¨¦s de los sesenta. Fui a la inauguraci¨®n de su exposici¨®n en la Punto Arte, en la calle de Enric Granados, y qued¨¦ un poco impresionado. La festiva ocasi¨®n, con el recinto lleno de invitados, no bastaba para suavizar el efecto de los cuadros, que es inquietante y hasta turbador. ?C¨®mo ser¨¢ con la galer¨ªa vac¨ªa?
Ha escrito para la ocasi¨®n Jos¨¦ Corredor-Matheos que las pinturas de Fe Blasco son emanaciones de un universo encantado, y que en ellas, "tan inocentes como sabias, tan sencillas como complejas, percibimos el goce de una emoci¨®n nueva, limpia, que nos hace ver la realidad como por vez primera"; y supongo que con lo de "goce" se refiere sobre todo a la paleta de colores alegres y a las figuras esquem¨¢ticas, de perversa ingenuidad, pero a pesar de ello yo no percibo ese goce sino, como he dicho, desasosiego. Es pintura literaria y dram¨¢tica, que relata cosas oscuras y las deja a medio decir. Hay, por ejemplo, una mujer en un sill¨®n; sostiene el auricular de un tel¨¦fono; viste una bata verde ornamentada con el dibujo de los ¨®rganos del cuerpo humano; lleva bordada en la zapatilla negra una peque?a calavera de pirata; y sobre ella flota una filacteria de c¨®mic, donde dice: "NADA...". Tan chocante aqu¨ª son las im¨¢genes como precisamente las palabras que las completan, que tienen un sentido enigm¨¢tico o herm¨¦tico y que parecen estar flotando y resonando no s¨®lo por encima de los cuadros sino de la misma atm¨®sfera de la galer¨ªa. De los ¨®leos que se exponen quiz¨¢ el m¨¢s raro sea ¨¦se en que se lee Es dif¨ªcil ahorcarse (o algo parecido) y que representa la pista de un circo donde una trapecista trata de ahorcarse con la cadena, demasiado larga, del perro -el perrito circense que la mira con curiosidad- mientras por el fondo se acerca un hombre sonriente, con un libro en la mano que dice en la portada: "Am¨¦rica Profunda, E. Murillo"...
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