S¨¢ndwich de cantante entre dos discos
Podr¨ªa anunciarse as¨ª en la carta de un American Dinner: "Makaroff: s¨¢ndwich de cantante entre dos discos". Nacido en Buenos Aires en 1951, Sergio Makaroff posee el coraz¨®n rockero argentino y el empuje espa?ol. A Espa?a lleg¨® en 1978, huyendo de la dictadura de Videla y loco por pisar terreno en el que satisfacer sus pasiones, a saber: la m¨²sica pop, la moda y las chicas. Estas pasiones, treinta a?os despu¨¦s, apenas han variado. Su aterrizaje en Madrid ya marc¨® su trayectoria: "Nada m¨¢s bajarme del avi¨®n me esperaba Tequila, que tocaba ese d¨ªa en Valencia. Unas horas despu¨¦s y con el consiguiente jet lag me vi en mitad de una plaza de toros, abarrotada, escuchando un tema m¨ªo -El rock del ascensor- y fascinado viendo c¨®mo todo el mundo fumaba porros sin mesura. Yo ven¨ªa de una dictadura".
Afincado en Barcelona, Sergio vive estos d¨ªas a caballo entre presentaciones en directo por toda Espa?a de su sexto elep¨¦, N¨²mero uno, y la grabaci¨®n de uno nuevo para que no le pille el toro: "N¨²mero uno ha tardado seis a?os en editarse por causas ajenas a mi voluntad y propias del negocio discogr¨¢fico-musical. Por eso, esta vez he decidido ir avanzando trabajo". Si hay que definirse, ¨¦l emplea la iron¨ªa. "Soy una criatura del universo que se tom¨® un ¨¢cido en los sesenta y nunca baj¨®". Delirios lis¨¦rgicos aparte, fue, sin lugar a dudas, la m¨²sica de aquella d¨¦cada la que gui¨® definitivamente su proa: "Me catapult¨® sin vuelta atr¨¢s. Yo soy lo que soy porque escuch¨¦ entonces a los Beatles, los Kinks y los Rolling Stones". Pop, reggae, rumba, funk y ambientes folcl¨®ricos argentinos conviven en N¨²mero uno, un c¨®ctel de estilos reflejo, sin duda, de la muy mestiza Barcelona en la que ech¨® ra¨ªces: "Me encant¨® la ciudad y me fui quedando. Barcelona tiene aire h¨²medo y yo soy del R¨ªo de la Plata. Llevo treinta a?os aqu¨ª y he vivido mucho sus lugares t¨ªpicos y los otros. Aprovecho el mar, las Ramblas, el casco antiguo, Montju?c, el Tibidabo...".
Makaroff compone en su casa, en el barrio de Les Corts y con el Camp Nou a la vista. Para hacer canciones necesita poco: "Las he compuesto sin guitarra ni boli. Como no escribo ¨®pera, sino temas pop cortitos y f¨¢ciles de recordar, voy caminando por la calle y les doy forma. O me cuelgo la guitarra y me muevo, voy andando por la casa". Makaroff dice no padecer el s¨ªndrome del pentagrama en blanco: "Lo intento m¨¢s veces de las que lo consigo, pero los jaguares persiguen a siete gacelas y cogen a una".
Lejos quedan grandes ¨¦xitos como Explorador celeste -"la hice en un campamento de una comunidad cristiana en las monta?as de La Rioja argentina, viendo la inmensa b¨®veda de estrellas sobre m¨ª"- o El rock del ascensor -"aparte de que la grab¨® Tequila, la satisfacci¨®n m¨¢s grande que me dio fue que, visitando a una prima en el pueblo de Esquel, en la Patagonia, las dos bandas locales de rock que hab¨ªa all¨ª la ten¨ªan en su repertorio. Eso me dej¨® realizado como persona"-. Y justo delante est¨¢ su nuevo disco. "Ver¨¢ la luz el pr¨®ximo a?o: Se llamar¨¢ Big Mak".
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