El cantaor de los muchos trajes
Miguel Poveda (Badalona, 1973) es, a sus 36 a?os, el cantaor del momento. Y de su generaci¨®n. Gusta a puristas y renovadores. A base de trabajo y buen o¨ªdo para escuchar los consejos ha logrado colocarse en la cima del cante. Premio Nacional de M¨²sica en 2007, tiene voz y sensibilidad, los dos elementos m¨¢s importantes para su oficio, pero tambi¨¦n inteligencia y ambici¨®n, si por ambici¨®n entendemos esa necesidad de no establecerse en la comodidad de los cantes aprendidos y sacar ganas de renovarse constantemente, en el flamenco o fuera de ¨¦l.
Cante jondo, con orquesta, por Alberti o en catal¨¢n. Poveda se atreve con todo. Ahora quiere cantar copla. Ultima un disco, que sale a la venta el d¨ªa 26 de mayo, Coplas del querer. "Siento que tengo el compromiso de hacer algo, como amante y defensor del g¨¦nero", explica sobre los motivos por los que recrea el g¨¦nero. "El flamenco, por suerte, ha evolucionado much¨ªsimo. Es una m¨²sica mucho m¨¢s antigua y ha tenido m¨¢s tiempo para evolucionar". Con Coplas del querer, Miguel Poveda homenajea un g¨¦nero que escuch¨® desde peque?o en casa y que han abordado desde hace d¨¦cadas otros cantaores flamencos. "Para m¨ª no es extra?o que un cantaor cante copla", dice. Sus referentes son, fundamentalmente, Manolo Caracol, Rafael Farina y Miguel de Molina. Pero en este disco Poveda quiere ser ¨¦l. Despojada del t¨®pico barroco y del aire de verbena, la copla que canta Miguel Poveda, arreglada y producida por Joan Albert Amarg¨®s y el guitarrista Chicuelo, mantiene el "perfume" pero con un aire renovado y personal.
"Me gusta sentirme libre y cantar lo que me nace en el momento, darlo todo. ?sa es la grandeza de esta m¨²sica"
Ha elegido 18 temas (en realidad fueron 20, pero dos quedaron fuera al final), repartidos en dos discos. "Son las coplas que me han acompa?ado toda mi vida". Hay zambras y tangos, m¨¢s cercanos al flamenco, y un pasodoble de cuya depuraci¨®n estil¨ªstica habla divertido. "Para hacer los arreglos nos vimos negros, ve¨ªamos farolillos de verbena por todos lados", cuenta entre risas. El criterio de selecci¨®n gir¨® en torno a las letras: nada de temas "espa?olistas" -"hay coplas en torno a esa tem¨¢tica que son horrorosas. ?sas, descartad¨ªsimas"-. Tampoco coplas taurinas -"las veo m¨¢s para que las cante una mujer"-. Para el disco le interesaron las que giran en torno al amor y al desamor. Esas que hablan de amores imposibles, de amantes, cuernos y de cortarse las venas por el ser querido.
Entre las elegidas est¨¢ A ciegas, tema principal de la ¨²ltima pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, Los abrazos rotos, en la que trabaj¨® con el responsable de la banda sonora de la cinta, Alberto Iglesias. "Realmente lo que hace Alberto con sus arreglos de cuerda es convertir la zambra en una pieza de c¨¢mara", explic¨® Pedro Almod¨®var en una entrevista en ELPA?S.com cuando se estren¨® la pel¨ªcula. "Miguel, despu¨¦s, con ese modo de susurrar la canci¨®n... A m¨ª me parece extraordinario, es impresionante ese chico". La relaci¨®n entre ambos viene de lejos, se admiran mutuamente y son amigos. Pero la canci¨®n de la pel¨ªcula tiene m¨¢s historia. Alberto Iglesias, con quien ya hab¨ªa hablado de la idea de grabar un disco de copla, encontr¨® la partitura de la zambra en una tienda de Barcelona, le coment¨® a Almod¨®var la posibilidad de incluirla en Los abrazos rotos, y Almod¨®var inmediatamente pens¨® en Poveda. "Acababa de pasar por una situaci¨®n similar a la que se cuenta en la copla, as¨ª que pens¨¦ que era un regalo".
Aunque ahora cante copla, Miguel Poveda es cantaor de flamenco. Un cantaor que se dio a conocer tras ganar en el Cante de Las Minas, en La Uni¨®n (Murcia), en 1993. A partir de ah¨ª comenz¨® a rodar en los escenarios y a visitar los estudios de grabaci¨®n. Viento del Este (1995), Suena flamenco (1999) y Zagu¨¢n (2001) fueron sus primeros trabajos discogr¨¢ficos. Despu¨¦s, mientras segu¨ªa llenando de flamenco los escenarios, puso voz y m¨²sica junto a Joan Albert Amarg¨®s y Enric Palomar a los Poemas del exilio de Rafael Alberti (2003) y, de nuevo junto a Amarg¨®s, a poetas catalanes en Desgla? (2005). Hasta 2006 no regres¨® al flamenco, con Tierra de calma, en el que trabaj¨® con Juan Carlos Romero.
Su llegada a la cima no ha sido producto de ning¨²n boom medi¨¢tico ni de moda pasajera. Aunque los que comparten la corona del cante actual, como Carmen Linares o Enrique Morente, le doblan la edad, Poveda ha llegado asentado en una base s¨®lida: la de su cante, que nunca se detiene.
La carrera discogr¨¢fica de Poveda, pues, corre en paralelo a la de los escenarios. En los recitales acude a la tradici¨®n, a la que prefiere poner su toque personal, mejor que recrear lo que ya est¨¢ grabado. "Me gusta sentirme libre y cantar lo que me nace en el momento, improvisar, darlo todo. ?sa es la grandeza de esta m¨²sica, tener esa parte en el escenario de no saber qu¨¦ va a pasar es lo que hace que el flamenco est¨¦ vivo". Eso es lo que le hace diferente de otros cantaores m¨¢s su sello personal, marcado por el preciosismo. Poveda es pulcro, afinado y lleva su voz al extremo sin necesidad de recurrir al grito.
Y sobre todas las cosas, disfruta de su cante, con seguridad y soltura en el escenario. "Cuando vas a salir dices: o esto puede conmigo o yo puedo con esto. As¨ª que cuando consigues dominar los nervios es como un triunfo, te da una adrenalina incre¨ªble". Cinco noches seguidas del mismo recital de Poveda ser¨¢n siempre cinco noches diferentes, gracias a una libertad que sinti¨® despu¨¦s de instalarse en Sevilla, ciudad en la que reside desde 2003. "Aqu¨ª todo cobr¨® sentido. Cuando tocas lo que has estado cantando de verdad haces la m¨²sica mucho m¨¢s tuya, todo es m¨¢s real".
Poveda es un cantaor atrevido. No s¨®lo para luchar por un arte desde un entorno poco favorable y sin apoyos, como hizo en sus inicios. Tambi¨¦n porque no hay reto que no acepte, ni siquiera desde su posici¨®n actual de ¨¦xito y reconocimiento. Y lo hace sin prejuicios, aunque consciente de hasta d¨®nde puede llegar. "Nunca he tenido prisa, siempre he sido consciente de mi inmadurez art¨ªstica, de las cosas que me faltaban, las que me sobraban...". Se ha atrevido incluso con el tango en la catedral tanguera, el Teatro Col¨®n de Buenos Aires. De todos los retos sale airoso. Se atrever¨ªa, dice, hasta con un musical. "Me encantar¨ªa. Es lo ¨²nico que me queda por hacer".
Sus compa?eros m¨²sicos destacan siempre, por encima de todo, su generosidad. Nunca dice que no. La lista de sus colaboraciones es interminable, y abarca un amplio abanico de estilos: Eva Yerbabuena, Isabel Bay¨®n, Martirio, Mariza, Perico Sambeat, La Shica, Rodolfo Mederos... "He cantado hasta rancheras, con unos mariachis en M¨¦xico, me cre¨ªa yo que era Juan Gabriel...", a?ade entre risas. "Tengo la necesidad de cantar. Me gusta la m¨²sica popular, es el medio de transporte que uso mejor para poder expresarme, ya sea copla, flamenco o bolero". Y r¨¢pidamente puntualiza: "Aunque el flamenco es el traje con el que mejor me he sentido".
Lo que m¨¢s le importa es la m¨²sica -"uno no es m¨¢s que el veh¨ªculo, para contarle a la gente, para que participe de los sentimientos de todos"-. Sus gustos son tan amplios como sus colaboraciones. El flamenco y la copla est¨¢n por encima de todo. Pero en su iPod suena desde Allan Parsons hasta Isabel Pantoja. "U2 me encanta, pero tambi¨¦n me gusta Chavela Vargas, la m¨²sica brasile?a, como Ellis Regina... El tango es mi segunda pasi¨®n, no tanto como la copla, pero casi".
De flamenco ahora escucha mucho a Jes¨²s M¨¦ndez, un joven cantaor de Jerez, sobrino de La Paquera. Pero tambi¨¦n a Kiko Pe?a, un chico de 13 a?os de Utrera al que acaba de ver y que le ha emocionado hasta el punto de querer producirle un disco. "Tiene una sabidur¨ªa incre¨ªble, un carisma especial, no es la gracia del ni?o que canta porque es ni?o". Para Poveda es importante ver que el flamenco tiene continuidad. Lo dice con tristeza: "Ahora que se est¨¢n muriendo los grandes como La Paquera, Chocolate, Chano Lobato o Fernanda, dices... Uf, esto en manos de qui¨¦n va a quedar. Ahora hay menos gente con esa personalidad tan arrolladora".
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