La Acr¨®polis tendr¨¢ que esperar

?Cree usted que las obras de arte y tesoros que fueron robados o expoliados por algunas potencias deben volver a sus pa¨ªses de origen? El debate lo reabri¨® d¨ªas atr¨¢s el primer ministro griego, Kostas Karamanlis, al exigir al Reino Unido la devoluci¨®n de los frisos del Parten¨®n que, hace 200 a?os, el famoso conde de Elgin se llev¨® de la Acr¨®polis y forman parte del patrimonio del British Museum de Londres.

Esos 75 metros de friso, con 15 metopas y 17 estatuas, son todo un s¨ªmbolo de la historia de los expolios art¨ªsticos. Las guerras, los cambios pol¨ªticos o las cat¨¢strofes naturales han sido el pretexto utilizado por Europa y Estados Unidos para arrancar de cuajo tesoros creados en lugares que nada tienen que ver con sus actuales escenarios. Para el historiador y ensayista mexicano Carlos Monsiv¨¢is, tanto en el caso de Am¨¦rica Latina como en el de Asia y ?frica el saqueo de piezas arqueol¨®gicas ha sido un segundo "derecho de pernada", el Jus prima nocti donde, en lugar de arrebatar virginidades, se ha considerado que los pueblos "primitivos" no tienen derecho a la belleza que han producido. Frente a esa opini¨®n, en el Bristish Museum, entidad que encarna como ninguna otra la historia de las migraciones art¨ªsticas, consideran que las reclamaciones son improcedentes porque "el Museo Brit¨¢nico no es una cosa brit¨¢nica, es un museo para todo el mundo, para el p¨²blico de todo el mundo", como explica uno de sus responsables.

British Museum: "No somos 'una cosa' brit¨¢nica sino algo para todo el mundo"

Carlos Monsiv¨¢is: "El saqueo ha sido un segundo derecho de pernada"

Centr¨¢ndose exclusivamente en los expolios sufridos contra el arte de la antig¨¹edad y dejando al margen los robos ejecutados por los nazis, las reclamaciones resultan interminables. Las huellas de las riqu¨ªsimas culturas precolombinas o los tesoros procedentes del norte de ?frica deslumbran en los mejores museos del mundo. La legislaci¨®n es tan complicada en estos temas que incluso llega a hacer inviables las reclamaciones. Historiadores como los mexicanos Miguel Le¨®n-Portilla o Felipe Sol¨ªs han dedicado mucha energ¨ªa a conseguir el retorno a M¨¦xico de tesoros fundamentales para su cultura. Sin ¨¦xito.

Miguel Zugaza, director del Museo del Prado de Madrid, es de los que consideran que es muy dif¨ªcil reconstruir la historia y que es mejor preocuparse por el futuro; aunque reconoce que, en 1941, las reclamaciones espa?olas consiguieron que el Louvre de Par¨ªs devolviera la Dama de Elche y una Inmaculada de Murillo. "Son temas en los que ya no hay retorno. El Museo Brit¨¢nico es una instituci¨®n universal que garantiza el cuidado de lo que contiene. No creo que proceda reclamar". Los casos de los que habla Zugaza tuvieron un final feliz. En cambio, Espa?a hace o¨ªdos sordos a la reclamaci¨®n que desde hace d¨¦cadas mantienen historiadores y conservadores colombianos: el centenar de piezas del tesoro Quimbaya que atesora el Museo de Am¨¦rica, regalado hace dos siglos a la Corona por el gobierno colombiano. En realidad, nunca se ha formulado una reclamaci¨®n formal sobre este rico ajuar funerario.

Carlos Monsiv¨¢is, uno de los intelectuales m¨¢s beligerantes en esta cuesti¨®n, considera insultante que los intelectuales europeos no hagan nada por restituir lo que ¨¦l no duda en calificar de "robado". "Claro que tiene sentido reclamar", asegura. "En rigor, es un doble ultraje, se arrebatan las obras maestras y se les dice a las comunidades de donde surgen que se resignen, lo suyo es la forja de los objetos, esculturas, cer¨¢mica, joyas, c¨®dices, arte plumario, y hasta all¨ª. No tienen derecho al disfrute por ser estrictamente gente inferior, primitiva. Desde que las comillas rodean a 'primitivo', esta visi¨®n ha cambiado, pero apenas".

Monsiv¨¢is advierte que no hay que hablar de tiempo pasado cuando se habla de saqueo. "En el caso de M¨¦xico, hasta hoy contin¨²a el robo de piezas, previo soborno de autoridades menores y mayores. Las reclamaciones son justas y, adem¨¢s, necesarias. S¨¦ que los tr¨¢mites jur¨ªdicos son largos, enfadosos y casi siempre destinados al fracaso, pero la ministra de Cultura de Grecia Melina Mercuri ten¨ªa raz¨®n: por m¨¢s gente que goce del arte griego antiguo en los museos de Europa, su sitio perfecto es su lugar de origen. No es un asunto de chovinismo, en todo caso el chovinismo es de quienes se aferran a la noci¨®n de la 'calidad de los espectadores".

El historiador y cr¨ªtico de arte Francisco Calvo Serraller, contrario a las devoluciones, s¨ª cree, en cambio, que los pa¨ªses "v¨ªctimas" deben negociar compensaciones. "La historia del arte est¨¢ llena de expolios. Los museos nacionales de todo el mundo se han nutrido de obras de procedencia irregular. Lo que hay que prevenir es el futuro. El pasado es ya historia". Mientras llegan las garant¨ªas de futuro, habr¨¢ que limitarse a guardar luto por los tesoros perdidos.