?Cu¨¢ndo llegar¨¢ la recuperaci¨®n?
La pregunta que m¨¢s preocupa a los economistas, agentes pol¨ªticos gubernamentales y familias corrientes es ¨¦sta: ?llegar¨¢ la "recuperaci¨®n" de la actual crisis financiera de Estados Unidos antes de fin de 2009? O, si eso no es posible, ?llegar¨¢ al menos a principios de 2010?
Los observadores de fuera de EE UU -en Europa, Asia y Suram¨¦rica- tienen esperanzas de que la locomotora estadounidense empiece a tirar de la demanda mundial.
Para sorpresa de muchos macroeconomistas como yo, hasta ahora, el ¨ªndice de los precios de las acciones en todo el mundo ha resistido a los persistentes barridos del mercado bajista.
S¨ª, los precios del mercado inmobiliario siguen cayendo desde sus anteriores alturas de burbuja hinchada. S¨ª, la construcci¨®n de nuevos edificios para viviendas, oficinas y f¨¢bricas todav¨ªa no est¨¢ creciendo en n¨²meros netos.
En Irlanda y en Espa?a la gente ha aprendido por las malas que lo que sube tambi¨¦n puede bajar
Puede que la recesi¨®n acabe a finales de 2009, pero hay riesgo de d¨¦cadas p¨¦rdidas al estilo japon¨¦s
S¨ª, los anteriores informes sobre beneficios enga?osamente optimistas de bancos, aseguradoras y sociedades an¨®nimas siguen estando seguidos por el reconocimiento de que no han llegado a materializarse.
Por supuesto, podr¨ªa esperarse que los precios de las acciones mundiales se hundiesen en un mercado a la baja. Y, de hecho, en 2008 y 2009, eso ha sucedido a menudo. Sin embargo, en estos ¨²ltimos meses se ha producido un considerable repunte en la cotizaci¨®n de las acciones, que van camino de los precios anteriores a la crisis. Estas recuperaciones tempranas han sido m¨¢s bien raras en la historia econ¨®mica.
Tras el hundimiento de Wall Street en octubre de 1929, el ¨ªndice Dow Jones tard¨® a?os e incluso d¨¦cadas en volver a alcanzar sus valores m¨¢ximos de 1929. Esto no tiene mucho misterio. Lo que ha diferido enormemente de la falta de acci¨®n del presidente Hoover en 1929 son las poco ortodoxas intervenciones estimuladoras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y del jefe del Tesoro del presidente Bush, Henry Paulson.
Han bombeado fondos gubernamentales a instituciones financieras en graves apuros a una escala que no tiene precedentes. Cuando ha resultado que la transfusi¨®n de varios cientos de miles de millones de d¨®lares no era suficiente, han bombeado todav¨ªa m¨¢s.
Debo apartarme del tema para elogiar al presidente Bernanke por su flexibilidad. Al comienzo de su presidencia de la Reserva Federal, Bernanke se centr¨® principalmente en la importancia de controlar la inflaci¨®n y en la transparencia. Sin embargo, en lo que constituye un salto gigantesco desde eso hasta unas medidas poco ortodoxas para un banco central, su objetivo pas¨® a ser el de auxiliar a una sociedad que se hund¨ªa. ?Habr¨ªa sido el ex presidente Alan Greenspan tan flexible y tan r¨¢pido a la hora de actuar? Nunca lo sabremos.
Con la arrolladora victoria del Partido Dem¨®crata en 2008, la Reserva Federal con el candidato Barak Obama consigui¨® el apoyo del Congreso y los organismos ejecutivos.
?Ha conseguido el excelente y diversificado equipo del presidente Obama una r¨¢pida victoria sobre el desempleo masivo y la ca¨ªda del consumo y el gasto industrial? No, claro que no. Roma no se construy¨® en un d¨ªa. En los tormentosos a?os de 1933 a 1939, la intervenci¨®n del New Deal de Franklin Roosevelt necesit¨® m¨¢s tiempo para terminar con las depresiones de 1929-1933 que hab¨ªa heredado.
Vuelvo ahora a la situaci¨®n actual de 2009, aqu¨ª, en Am¨¦rica, y en otros tres continentes. Hasta ahora EE UU parece haber hecho una salida m¨¢s r¨¢pida que la de la Uni¨®n Europea. El Banco de Inglaterra s¨ª ha empezado a actuar, pero s¨®lo despu¨¦s de algunas dudas. El Banco Central Europeo en Francfort, tras algunos retrasos y a rega?adientes, tambi¨¦n ha rebajado significativamente los tipos de inter¨¦s a m¨¢s corto plazo en Europa.
Cuando uno relata una historia de malas noticias casi universales, a veces est¨¢ bien prestar atenci¨®n a los pocos pa¨ªses que han sido capaces de escapar a las crisis y a la ruina de las familias corrientes. Noruega y Chile son dos buenos ejemplos.
Cuando el petr¨®leo del Mar del Norte inund¨® Noruega con enormes ingresos, el pa¨ªs tuvo la sabidur¨ªa de ahorrar para el futuro. De forma an¨¢loga, cuando los precios mundiales del cobre enriquecieron a Chile, el pa¨ªs administr¨® bien ese dinero ca¨ªdo del cielo. S¨ª, ambos tuvieron una suerte tremenda entonces. Pero ambos, por as¨ª decirlo, supieron sacarle partido.
Por el contrario, Irlanda e Islandia eran dos de los pa¨ªses que volaban alto durante los a?os en que la burbuja se fue hinchando. Un martes los islandeses eran las personas m¨¢s felices del mundo. Al jueves siguiente eran las m¨¢s desgraciadas cuando sus principales bancos se hundieron. En Irlanda, y tambi¨¦n en Espa?a, la gente aprendi¨® por las malas la ley de acci¨®n y reacci¨®n de Newton. Lo que sube tambi¨¦n puede bajar.
No se puede contar con que la historia se repita. Ahora mismo, a pesar del aluvi¨®n constante de desgracias de todo tipo, Bernanke espera un posible fin de la recesi¨®n para finales de 2009 o poco despu¨¦s. No es el ¨²nico que lo cree as¨ª. La mayor¨ªa de los corredores de Bolsa que se dedican a vender acciones y bonos proclaman este mismo punto de vista.
Mis expectativas son m¨¢s cautelosas. S¨ª, podr¨ªa haber una subida del PIB real a la vuelta de la esquina. S¨ª, la oficial-extraoficial Oficina Nacional del Comit¨¦ de Investigaci¨®n Econ¨®mica que da datos de recuperaciones y recesiones podr¨ªa un buen d¨ªa anunciar que nuestra actual recesi¨®n lleg¨® a su fin a finales de 2009. Pero cuando llegue ese fin, ?no podr¨ªa ir seguido de una prolongada debilidad de a) el empleo disponible y b) el poder adquisitivo de consumidores e inversores, as¨ª como de una cadena continua de bancarrotas?
Llam¨¦moslo el modelo japon¨¦s de "d¨¦cadas perdidas" 1990-2009.
Si nuestra pr¨®xima recuperaci¨®n es as¨ª de d¨¦bil, los libros de historia pintar¨¢n un sombr¨ªo retrato de los dos mandatos de George W. Bush en la Casa Blanca.
Paul A. Samuelson es profesor em¨¦rito de Econom¨ªa en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Premio Nobel de Econom¨ªa en 1970. ? 2009 Paul Samuelson. Distribuido por Tribune Media Services. Traducci¨®n de News Clips.
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