Un lugar donde no hay lugar
La ins¨®lita fisonom¨ªa de la Ca?ada Real es un registro de la convulsa conformaci¨®n del Madrid metropolitano. Su transformaci¨®n precisar¨¢ una combinaci¨®n innovadora de pol¨ªticas de integraci¨®n social, recuperaci¨®n del paisaje deteriorado y ensayo de nuevas formas de reciclaje del territorio.
El descubrimiento de la Ca?ada constituy¨® el inesperado momento estelar del seminario Piensa Madrid, celebrado en La Casa Encendida hace algunos meses. Imaginando que nos embarc¨¢bamos en un recorrido por los nuevos iconos arquitect¨®nicos del Madrid metropolitano, los estudiantes, profesores y periodistas participantes en el encuentro nos encontramos sin previo aviso entre los ni?os rumanos que chapoteaban en las c¨¢rcavas inundadas del Gallinero o ante el crisol de actividades inclasificables de La Ca?ada. El impacto fue violento y duradero. Vinieron a mi memoria las im¨¢genes de la Metr¨®polis imaginada por Fritz Lang en 1926. Probablemente la met¨¢fora que mejor refleja el secreto de la ciudad contempor¨¢nea: bajo la superficie armoniosa de la ciudad de la luz se esconde el infierno subterr¨¢neo donde la m¨¢quina desnuda devora a sus esclavos.
Madrid se parece a Metr¨®polis, por cuanto crece en su periferia un mundo subterr¨¢neo cada vez m¨¢s extenso y proteico, pero la verdad del nuevo Madrid se encuentra probablemente m¨¢s cerca de la visi¨®n de Los ?ngeles en otro filme de culto m¨¢s reciente. En Blade runner, Ridley Scott dibuja un futuro en el que la tecnolog¨ªa impregna todo lo real, infiltr¨¢ndose con naturalidad entre las grietas de una metr¨®poli fragmentada, pero no es capaz de generar nuevas formas de organizaci¨®n social ni espacial.
El efecto Ca?ada sugiere que la idea de ciudad dispersa es ya insuficiente para entender la l¨®gica del Madrid posmetropolitano. El Madrid emergente se caracteriza por un extraordinario incremento de la diversidad y la complejidad. A diferencia de los tejidos urbanos tradicionales, densos, mixtos y marcados por una gran intensidad de la interacci¨®n social en la peque?a escala y a diferencia, tambi¨¦n, de la extensi¨®n ilimitada del espacio carente de cualidad de las nuevas periferias residenciales de baja densidad, el territorio posmetropolitano se organiza como un mosaico cuyas piezas tienden a reproducir la complejidad funcional del territorio a gran escala.
Una de estas piezas es la Ca?ada: espacio p¨²blico colonizado a espaldas de la ley como vivero de econom¨ªa sumergida, asentamiento residencial irregular, gueto de las ¨²ltimas olas migratorias y santuario de marginalidad. Dise?ar su transformaci¨®n como un problema de realojo masivo y tabla rasa no solo ser¨ªa irreal, sino inconveniente. Ser¨¢ necesario tiempo y sutileza para desentra?ar el microcosmos social y econ¨®mico decantado a lo largo de tantas d¨¦cadas a la deriva y ser¨¢ necesario actuar desde la perspectiva del reciclaje promoviendo la complejidad, mestizaje de usos y ensayo de tipolog¨ªas alternativas a las que han conformado las extensas y frecuentemente anodinas periferias residenciales.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ezquiaga es profesor arquitecto y premio Nacional de Urbanismo.
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