Francisco Correa, en prisi¨®n: "?Qu¨¦ hago yo aqu¨ª entre delincuentes?"
El jefe de la trama vive temeroso en la c¨¢rcel y necesita a Pablo Crespo para todo
Lleg¨® aterrorizado, y a¨²n hoy, a Francisco Correa le cuesta salir de su celda y relacionarse con alguien que no sea su socio Pablo Crespo. Los dos jefes de la trama G¨¹rtel comparten celda en el m¨®dulo nueve de la c¨¢rcel de Soto del Real y, seg¨²n el relato de un preso que ha compartido varios meses con este grupo, no son especialmente ordenados. Ambos mantienen una relaci¨®n claustrof¨®bica, tensa, a la espera de que el juez les deje salir bajo fianza o convoque el juicio por la trama de corrupci¨®n.
Correa y Crespo comparten celda desde el d¨ªa que ingresaron en prisi¨®n incondicional, el pasado febrero. Fueron los primeros detenidos del esc¨¢ndalo junto con Antoine S¨¢nchez, primo de Correa. Los dos primos no se soportan. Un recluso que comparti¨® ratos con ¨¦l relata que se siente una v¨ªctima de la trama, que se puso a trabajar para su primo en el negocio de la organizaci¨®n de actos y viajes por necesidad econ¨®mica. Adem¨¢s, S¨¢nchez afirma que es el ¨²nico de los tres que no se ha hecho rico con el negocio, que los ha llevado a todos a la c¨¢rcel y ha provocado un esc¨¢ndalo de primer orden.
Durante los primeros meses, ha sobrevivido a base de latas de at¨²n
Se gasta ¨ªntegros los 80 euros semanales de que dispone, cuenta un preso
Nunca les ha faltado el dinero. Los presos tienen una tarjeta que se puede recargar con 80 euros a la semana para gastar en el economato de la prisi¨®n. La tarjeta de Correa siempre ha tenido dinero, gracias a una cuenta corriente que no le han bloqueado. En las ¨²ltimas semanas, relata un preso que conoce su situaci¨®n, empieza a temer que se le acabe ese dinero. Correa vivi¨® su peor d¨ªa en la c¨¢rcel cuando le comunicaron que le hab¨ªan bloqueado las cuentas bancarias en Suiza. "Correa estaba blanco", asegura este recluso. Con ese dinero pretend¨ªa pagar su defensa.
Con esos 80 euros semanales, que se gastaba ¨ªntegramente, Correa nunca se ha privado de nada, dentro de las posibilidades de un centro penitenciario. Chorizo y jam¨®n nunca le han faltado. Aunque el l¨ªder de las empresas que se hicieron de oro trabajando para el PP se ha pasado meses sobreviviendo con latas de at¨²n, a veces con mayonesa. Bebe siempre Coca-Cola Zero.
Los tres principales imputados del caso G¨¹rtel discuten a menudo, asegura este preso que los ha conocido en Soto del Real. Todos hablan mal de todos por la espalda pr¨¢cticamente desde el primer d¨ªa. Antoine se siente traicionado por Correa. ?ste pone a caldo cada dos por tres a Crespo. Le pone enfermo, por ejemplo, que Crespo coleccione todos los tiques de compra del economato. Despu¨¦s de siete meses, la celda est¨¢ llena de esos papeles. El ex secretario general del PP de Galicia, extra?amente, aguanta impasible el humor de su socio. De hecho, su sangre fr¨ªa, su semblante inalterable, son las principales caracter¨ªsticas que citan de ¨¦l quienes lo han visto en la c¨¢rcel. Mientras Correa ha vivido meses recluido en la celda, Crespo se dedicaba a leer novelas y escribir.
En la c¨¢rcel, los presos tienen calado a Pablo Crespo, seg¨²n el relato que hace F. G., un preso que ha compartido charlas con los tres imputados. La tranquilidad lo delataba en el m¨®dulo uno, donde se juntan preventivos de todo tipo de delitos econ¨®micos y de narcotr¨¢fico. "?se es el que tiene el dinero, por eso est¨¢ tan tranquilo". ?sa es la verdad del caso G¨¹rtel que corre por el maco. Crespo tiene el dinero, porque est¨¢ de lo m¨¢s tranquilo. A sus compa?eros de m¨®dulo, que algo saben de esto, no les hacen falta m¨¢s pruebas.
Correa, m¨¢s temperamental, vive alterado desde que entr¨® en prisi¨®n. Est¨¢ fuera de sitio, con una actitud miedosa. Pidi¨® que le pusieran, con Crespo, en una celda interior del m¨®dulo de preventivos, para que no le diera el sol directamente. Correa no soporta el sol. Tard¨® tres meses en empezar a relacionarse con unos pocos presos. Habla abiertamente de sus propiedades en Ibiza y Sotogrande, de su finca de Tarifa, por ejemplo, pero apenas menciona su relaci¨®n con cargos del PP. En confianza, alguno de los tres se suelta a hablar de "LB", el misterioso receptor de m¨¢s de un mill¨®n de euros en sobornos apuntados en la caja B.
Cuenta F. G. que Correa, el empresario que ha dado nombre a uno de los casos de corrupci¨®n m¨¢s sonados de la democracia, alguna vez ha comentado en grupo: "?Qu¨¦ hago yo aqu¨ª entre delincuentes?". Se hizo esta pregunta una vez en alto, de forma ret¨®rica, y a continuaci¨®n asegur¨®: "Yo no soy un delincuente". Dijo que todo era un problema de papeleo con Hacienda. Los que estaban alrededor se echaron a re¨ªr.
Correa se encuentra muy afectado psicol¨®gicamente por su situaci¨®n familiar. Pidi¨® al juez dos veces que le dejara salir bajo fianza para ocuparse de su padre, muy mayor, y de un hermano minusv¨¢lido. Se lo denegaron por el peligro de destrucci¨®n de pruebas. Seg¨²n el relato de F. G., en una de las pocas llamadas de tel¨¦fono que ha hecho Correa habl¨® con su hija. No par¨® de llorar.
Adem¨¢s, seg¨²n este recluso que ha sido testigo directo de sus primeros meses en prisi¨®n, Correa se desenvuelve muy mal. Era Pablo Crespo quien ten¨ªa que ense?arle, por ejemplo, c¨®mo se marca un n¨²mero de tel¨¦fono exterior desde la c¨¢rcel. Crespo tambi¨¦n le comenta las noticias. Correa no quer¨ªa al principio ver las p¨¢ginas de los peri¨®dicos sobre ¨¦l. Crespo se las seleccionaba.
En una celda aparte, que ha compartido ya con varios reclusos, se encuentra Antoine S¨¢nchez. El primo de Francisco Correa pr¨¢cticamente no tiene relaci¨®n con ¨¦l. Al poco tiempo de estar en prisi¨®n, se uni¨® a un grupo de m¨²sica del centro. Su ilusi¨®n es montar un negocio en Senegal, seg¨²n ha relatado a otros presos. Uno de ellos asegura que padece de asma y tiene que acudir a menudo a la enfermer¨ªa.
Los tres fueron trasladados en mayo del m¨®dulo uno, donde est¨¢n los preventivos, al m¨®dulo nueve. La raz¨®n fue que se corri¨® el rumor de que les estaban buscando para grabarlos con un tel¨¦fono m¨®vil y vender las im¨¢genes. Hubo cacheos, registros de celdas. El rumor era cierto, el m¨®vil finalmente apareci¨®. En el m¨®dulo nueve la mayor¨ªa de los presos trabajan en las distintas ocupaciones de la prisi¨®n y no est¨¢n durante el d¨ªa. Correa, m¨¢s solo que en su destino anterior, ha empezado a ir al gimnasio.
Los tres actores principales
El 6 de febrero quedar¨¢ para siempre como un antes y un despu¨¦s para la corrupci¨®n en Espa?a y para el Partido Popular. Aquel d¨ªa fueron detenidos los perfectos desconocidos Francisco Correa, Pablo Crespo y Antoine S¨¢nchez. Los tres fueron presentados como empresarios y jefes de una trama de corrupci¨®n que sobornaba a cargos p¨²blicos a cambio de contratos. La excitaci¨®n respond¨ªa a su relaci¨®n con cargos municipales del PP. El juez Baltasar Garz¨®n los envi¨® a prisi¨®n incondicional el 12 de febrero, de la que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ahora ha asumido la causa, no les ha querido sacar. Estos son los delitos que se les imputan:
Francisco Correa. Supuesto jefe de la trama, con todos los dem¨¢s a sus ¨®rdenes, desde las empresas Special Events y Pasadena Viajes, que organizaba todos los actos del PP. Se le imputa un delito de blanqueo de capitales, otro de fraude fiscal, varios de falsedad, varios de cohecho, uno de asociaci¨®n il¨ªcita y varios de tr¨¢fico de influencias.
Pablo Crespo. El ex secretario de Organizaci¨®n del Partido Popular gallego, est¨¢ imputado por los mismos delitos.
Antoine S¨¢nchez. Primo de Correa y empleado en sus empresas, est¨¢ imputado por un delito de blanqueo y varios de falsedad.
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