Beatles. Viaje a sus escenarios de leyenda
En la parte interior del antebrazo izquierdo de un m¨²sico de Liverpool est¨¢ la respuesta. Jason Murray tiene 33 a?os, el pelo rubio y la piel muy blanca. Tanto que el verde de sus venas se confunde con la tinta del tatuaje. Justo a la altura del codo, una clave de sol, y de all¨ª hasta la mu?eca, las cinco l¨ªneas de un pentagrama con dos compases. Bajo las notas, la letra de la canci¨®n: All you need is love, love is all you need. En esa piel est¨¢ la respuesta. Es el s¨ªmbolo de lo que ha ocurrido desde que hace cuarenta a?os, los cuatro Beatles -el grupo que pr¨¢cticamente invent¨® la m¨²sica pop- decidieran no volver a tocar juntos nunca m¨¢s. De manera indeleble, esos cuatro chavales de Liverpool han quedado grabados a fuego, para siempre, como en un tatuaje, en la memoria y el bagaje cultural de millones de personas en el mundo.
Jay Murray charla alegremente con dos amigos con una pinta de cerveza en su mano. Est¨¢ en The Cavern Pub, uno de los garitos que forman parte de esa especie de parque tem¨¢tico sobre los Beatles en que se ha convertido su ciudad natal. Est¨¢ apoyado en una Jukebox amarilla, con forma de submarino de dibujos animados, y en las paredes del local, en una suerte de horror vacui estudiado para fans, se exhibe todo tipo de recuerdos de los fabulosos cuatro. "Haber formado parte de una de las bandas de tributo a los Beatles [The Mersey Beatles] m¨¢s importantes me ha permitido tocar delante de 10.000 personas", afirma el guitarrista. "Cambiaron el mundo. Liverpool les est¨¢ muy agradecido, aqu¨ª vienen personas de todas las partes del planeta atra¨ªdas por ellos". En estas palabras se adivina el exterior de su antebrazo, la otra cara: los Beatles, 40 a?os despu¨¦s de su disoluci¨®n, contin¨²an siendo un gran negocio. Tanto que en 1985 el desaparecido Michael Jackson compr¨® por 8.000 millones de pesetas los derechos editoriales de 267 canciones de los desmelenados dej¨¢ndose casi la mitad de su fortuna en la transacci¨®n. Ahora, seg¨²n un peri¨®dico tan prestigioso como The Wall Street Journal, el l¨ªo financiero generado por la muerte del comprador supondr¨¢ una espera de al menos 18 meses para dilucidar qui¨¦n se queda con los beneficios adquiridos y (tal vez hipotecados) por el llamado rey del pop.
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles, en un lanzamiento sin precedentes, EMI, la discogr¨¢fica de The Beatles, reeditar¨¢ toda la discograf¨ªa del grupo remasterizada en los estudios Abbey Road, donde grabaron el 90% de su producci¨®n. Ese mismo d¨ªa se pondr¨¢ a la venta un videojuego para m¨²ltiples consolas, denominado The Beatles Rock Band, con el que el jugador podr¨¢ emular al grupo desde sus principios. La apuesta es tan fuerte (supone una posibilidad de negocio enorme, puesto que el cat¨¢logo de canciones jugables se vender¨¢ por separado), que Paul McCartney, Ringo Starr, Yoko Ono Lennon y Olivia Harrison (viudas, respectivamente, de John Lennon y George Harrison) se reunieron en Los ?ngeles el pasado junio para apadrinar el producto. En Las Vegas, el Circo del Sol contin¨²a imparable con las representaciones de Love, un espect¨¢culo basado en su m¨²sica, y Canal + emitir¨¢ este jueves por primera vez en Espa?a el documental All together now sobre la gestaci¨®n y puesta en marcha de este montaje que llev¨® hasta el desierto de Nevada al mism¨ªsimo George Martin, el productor de la banda, pese a estar aquejado de una fuerte sordera. Si Lennon y Harrison pudieran regresar de la muerte, un concierto o un nuevo disco de los cuatro Beatles ser¨ªa, sin duda, uno de los acontecimientos mundiales del siglo XXI. Hablamos de un grupo que cuarenta a?os despu¨¦s sigue encabezando la lista de ventas de un organismo tan prestigioso como la Asociaci¨®n Americana de la Industria Discogr¨¢fica (RIIA), con un total de 170 millones de discos despachados tan s¨®lo en Estados Unidos. Otras fuentes como The New York Times o la revista Forbes dan por buena la cifra de m¨¢s de 1.000 millones de discos en todo el mundo desde sus comienzos en 1962.
En los estudios Abbey Road en Londres hay que andarse con cuidado. El buen rollito de los porros de aquellos adolescentes que confesaron haberle dado al LSD, a la marihuana, al hach¨ªs y a todo lo experimentable, se ha convertido en el t¨ªpico rollo de discogr¨¢fica paranoica. "?Qui¨¦n ha robado una car¨¢tula?", pregunta Paul Bromby, director de marketing de EMI. Todos los periodistas presentes quedan bajo sospecha. "Esa car¨¢tula podr¨ªa valer mucho en Ebay", remacha. El acusador lleva m¨¢s de una decena de ellas en la mano. Por supuesto, sin el correspondiente CD dentro. Pues eso, que los Beatles siguen siendo un negocio, y los primeros que lo saben son los responsables de que sus 13 discos suenen desde el pr¨®ximo mi¨¦rcoles como si los hubiera grabado cualquier grupo de brit pop del momento. Contundentes, con presencia, en cierto modo agresivos y sobre todo envolventes. Y el mayor de los sobretodos: en la Red estar¨¢n remasterizaditos desde ese mismo d¨ªa. Lo cierto es que cuando se escucha el resultado en esos estudios, delante de una mesa de mezclas de 78 canales, es asombroso. Un trabajo de cuatro a?os cuidad¨ªsimo, de orfebrer¨ªa.
El estudio 2, el predilecto de los Beatles, hay que verlo a hurtadillas. Nada de fotos, ni amabilidad. En Abbey Road hay que andarse con cuidado. A ellos, que han grabado con Alanis Morisette, Diana Krall, Elbow, Hard Fi o Panic! At The Disco, por poner algunos ejemplos, les da todo igual. Parece que no aprendieron nada de aquellos cuatro: se niegan a darse cuenta de que lo mejor de todo lo tienen fuera de esas paredes.
En los muros del n¨²mero 3 de Abbey Road hay escritos poemas, declaraciones de amor, de fidelidad a ultranza a ese cuarteto irrepetible. Y en la esquina, un paso de peatones que es m¨¢s que seis rayas blancas sobre el asfalto. Es un santuario y tambi¨¦n una diversi¨®n. Alan Haynes es un obrero de la construcci¨®n que trabaja a 20 metros de ese paso de cebra. "La hora del bocadillo es para los Beatles. Nos sentamos aqu¨ª, frente al cruce, y vemos todo ese circo que se monta. Gente de todo el mundo sigue viniendo aqu¨ª a parar el tr¨¢fico. Es algo alucinante".
Nada comparado con Liverpool. "No he terminado por odiarlos todav¨ªa, pero desde luego en casa no pongo ninguno de sus discos". Lo dice Moira, una de las recepcionistas del hotel A Hard Days Night, un establecimiento completamente basado en The Beatles y en el que no se escucha otra cosa que no sean sus canciones. Cuarenta a?os despu¨¦s de la disoluci¨®n de la banda, Liverpool es una ciudad absolutamente beatle. Su aeropuerto se llama John Lennon, en la misma manzana donde est¨¢ el hotel se encuentra la nueva caverna, un local fabricado a imagen y semejanza y a escasos 10 metros de aquel donde Brian Epstein decidi¨® que ser¨ªa el m¨¢nager de la banda. All¨ª, al menos 40 personas tienen un trabajo relacionado con los Beatles. Rutas tur¨ªsticas de todo tipo, incluida una en una especie de barco amarillo que navega por el r¨ªo Mersey. Tiendas, estatuas, fotos, museos y m¨²sica, mucha m¨²sica. Jason Murray agita su pelo pajizo cortado al estilo de los fab four. Sube al escenario con su guitarra ac¨²stica y canta Yesterday. Despu¨¦s, comprobada una vez m¨¢s la eficacia de una canci¨®n eterna, baja de las tablas y dice: "?Lo ves?. De ellos parte todo. Toda la m¨²sica de ahora tiene algo de los Beatles. Hablamos de unos chicos que fueron algo as¨ª como Bach o Mozart".
Desde hoy, y cada domingo con 'El Pa¨ªs Semanal', se puede adquirir la colecci¨®n de tazas de The Beatles. Se trata de un juego de 13 piezas que evocan las 13 portadas de sus m¨ªticos discos. Al precio de un euro, con 'El Pa¨ªs Semanal'.
Todo el mundo quiere ser un beatle
Abbey Road.
Uno de los pasos de peatones m¨¢s fotografiados del mundo.
Son seis l¨ªneas blancas pintadas sobre el asfalto de una calle al norte de Londres. Y un im¨¢n para miles de turistas que durante todo el a?o acuden all¨ª a tomarse la misma foto que se hicieron los Beatles para la portada de su ¨²ltimo disco, titulado Abbey Road, como la calle en la que se encuentran los estudios de la discogr¨¢fica EMI, en la que grabaron el 90% de su producci¨®n. En la web de esos estudios se puede ver la imagen de una c¨¢mara apuntando 24 horas hacia el paso de peatones. Nate Crawford, en la imagen grande, es un artista de Florida que se fotograf¨ªa por todo el mundo metido en un c¨ªrculo. ?C¨®mo no iba a hacerlo en este trozo de Londres?
El nost¨¢lgico viaje
Magical Mystery Tour.
Un autob¨²s adquirido por Hard Rock Caf¨¦ y una r¨¦plica que ofrece un viaje tur¨ªstico a la nostalgia de m¨¢s de dos horas.
El modelo es pr¨¢cticamente id¨¦ntico a aquel autocar que utilizaron los Beatles para rodar su pel¨ªcula Magical Mystery Tour (a la izquierda, un fotograma con los cuatro m¨²sicos asomados por el techo del autob¨²s). El veh¨ªculo original fue comprado por el poder¨ªo estadounidense de la cadena Hard Rock y ahora est¨¢ en Orlando. Pero esta r¨¦plica, aparcada muy cerca de la casa en la que pas¨® su ni?ez Paul McCartney, realiza uno de los recorridos centrados en los Beatles m¨¢s nost¨¢lgicos de todos los que se ofrecen en Liverpool.
Una leyenda de 15.000 ladrillos
The Cavern.
El garito de Liverpool donde casi todo empez¨®.
El 9 de noviembre de 1961, un hombre llamado Brian Epstein fue a ver a The
Beatles a The Cavern. Por entonces, el grupo tocaba en una sesi¨®n vespertina. Ese d¨ªa, Epstein decidi¨® convertirse en m¨¢nager del grupo y all¨ª mismo concert¨® una cita con el cazatalentos de la discogr¨¢fica Decca. El club original se cerr¨® en marzo de 1973 y pr¨¢cticamente el 50% del local fue destrozado para la construcci¨®n de una estaci¨®n de metro. En 1984 volvi¨® a abrir recuperando parte del espacio original y, seg¨²n cuentan sus responsables, se utilizaron 15.000 ladrillos del anterior garito para reconstruir el nuevo The Cavern. La fama de The Cavern contin¨²a intacta, tanto que se ha ofrecido en muchas ocasiones para conciertos sorpresa como los que dieron Arctic Monkeys, Oasis o Travis.
Entre Liverpool y Nueva York
Strawberry field.
El otro gran ¨¦xito que se incluy¨® en un disco sencillo que, pese a ofrecer una canci¨®n en cada cara, s¨®lo tiene cara A.
La historia de Strawberry Field es tan extra?a como la letra de la m¨ªtica canci¨®n, Strawbery fields forever, que John Lennon escribi¨® en Almer¨ªa. Seg¨²n ha contado el propio Lennon, el tema hace referencia a un parque que hab¨ªa cerca de su casa. Se supone que esta verja de color rojo esconde ese parque que termina en un edificio que era un orfanato del Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n. Pero hay otro campo de fresas. Est¨¢ en Central Park, en Nueva York. Fue el homenaje de Manhattan al beatle asesinado frente al edificio Dakota, su residencia. Cientos de pa¨ªses quisieron contribuir en la construcci¨®n de este memorial neoyorquino. Strawbery fields forever y Penny Lane se lanzaron en lo que los propios Beatles consideraban como el primer single con dos caras A de la historia del pop.
La calle bajo el cielo de los suburbios
Penny Lane.
Una v¨ªa tranquila elevada a la categor¨ªa de intocable por obra de sir Paul McCartney.
Paul McCartney fue capaz de convertir una calle como otra cualquiera de un suburbio de Liverpool en una de las m¨¢s famosas del mundo. En febrero de 1967, esta historia, mitad realidad, mitad fantas¨ªa, se public¨® en un disco sencillo. Hoy d¨ªa, Penny Lane es un referente tur¨ªstico de Liverpool. Se encuentra a unos 30 minutos en autob¨²s del centro de la ciudad, pero a¨²n pueden verse en la rotonda al final de la calle la barber¨ªa y el banco de los que se habla en la canci¨®n. James Penny fue un comerciante de esclavos en el siglo XVIII, y las autoridades de Liverpool quisieron cambiar el nombre de la v¨ªa. La respuesta popular impidi¨® el cambio y el escenario sigue intacto.
La factor¨ªa de n¨²meros uno
estudio n¨²mero 2 de abbey road studios.
El templo londinense donde los Beatles grabaron el 90% de su trabajo.
John, Paul, George y Ringo se dieron cuenta de que la locura no pod¨ªa continuar. Aviones, hoteles, conciertos en los que era pr¨¢cticamente imposible esucharlos, miles y miles de fans en los aeropuertos, en las calles, en cualquier lugar, encerronas en sus habitaciones por amenazas de muerte. Tuvieron una idea: es mucho mejor enviar nuestra m¨²sica hecha en estudio a todo el mundo antes que tener que viajar nosotros por todo el planeta. El estudio 2 es m¨ªtico. Cuando los Beatles comenzaron a experimentar y cuando sus trabajos necesitaban secciones de cuerda o viento, este lugar con capacidad para m¨¢s de 55 m¨²sicos fue su refugio. Estas dependencias, que hoy son casi como un b¨²nker, fueron creadas en 1931 y en ellas han grabado grupos como Pink Floyd, Oasis o Mecano.
Cinco admiradores
Revolucionaron con su alegr¨ªa el mundo.. Colecciono sus discos. L¨¢stima que no llegasen a tocar en Argentina. Mafalda se habr¨ªa vuelto a¨²n m¨¢s loca por ellos
Joaqu¨ªn Salvador, Quino.Humorista gr¨¢fico
La muerte de Lennon fue un palo para mi generaci¨®n. La letra de Imagine logra emocionarme todav¨ªa como la primera vez
Manuel G¨®mez Pereira.Director de cine
Decirle a un taxista que nos llevase a Abbey Road era excitante. Sub¨ªamos al tejado a fumar canutos, donde ellos lo hac¨ªan, antes de ir a grabar...
Jes¨²s Senra.Voz y bajo del grupo pop Sidonie
Los Beatles son un icono del pop.
Me quedo con la portada de Sgt. Pepper, de Peter Blake. Parece incre¨ªble que el grupo siga tan vigente despu¨¦s de 40 a?os
Antonio de Felipe.Pintor y escultor
Si Lennon resucitara, no creo que salvase la industria de la m¨²sica. Con tant¨ªsima presi¨®n se meter¨ªa otra vez en la cama con Yoko Ono
Luz Casal.Cantante
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