Donde dije digo... digo impuesto
El Gobierno da bandazos en su pol¨ªtica econ¨®mica mientras la recesi¨®n se alarga frente a Europa
?Es de izquierdas subir impuestos? Hace cuatro a?os, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ten¨ªa muy claro que lo verdaderamente progresista era bajarlos. "Queremos que los ciudadanos paguen menos impuestos, que tengan una buena sanidad p¨²blica y que consuman menos alcohol y tabaco. Y eso creo que es ser de izquierdas en el siglo XXI", dec¨ªa en el Comit¨¦ Federal del PSOE del 3 de septiembre de 2005.
Ante los entregados miembros del partido, Zapatero sacaba pecho de una Espa?a que crec¨ªa el triple que la media de la UE y deslumbraba a Europa con la creaci¨®n de 900.000 empleos en un a?o y con las cuentas m¨¢s saneadas de su historia. Hoy, la situaci¨®n se ha dado la vuelta y nadie aplaude ni se siente responsable del duro trance por una econom¨ªa que se contrae a un ritmo del 4,2% y ha visto evaporarse 1,3 millones de puestos de trabajo en el ¨²ltimo a?o. El Estado gasta el doble de lo que ingresa, creando un enorme agujero negro de 50.000 millones de euros, que s¨®lo se puede intentar tapar por un medio: impuestos.
Zapatero llama "gobernar" a lo que sus cr¨ªticos llaman "improvisar"
Pese a la promesa electoral, Econom¨ªa prev¨¦ quitar los 400 euros del IRPF
"El Gobierno s¨®lo piensa en el d¨ªa despu¨¦s", dice Leguina S¨®lo se sabe que la subida de impuestos ser¨¢ "temporal" y "limitada"
Los economistas coinciden en que la crisis va a ser m¨¢s larga en Espa?a
El presidente 'fund¨®' la nueva econom¨ªa en un mit¨ªn en Andaluc¨ªa
El Ejecutivo no sabe si ser rico es ganar m¨¢s de 20.000 o de 50.000 euros
Salgado habla de que la recuperaci¨®n es una "percepci¨®n general"
El Gobierno ha adaptado su discurso ideol¨®gico a ese escenario de crisis profunda. Ahora, subir los impuestos es "razonable y solidario". No es el ¨²nico viraje en redondo. Medidas que se presentaron como muestras de la determinaci¨®n del Gobierno para retomar el mando de la nave han tenido que modificarse sobre la marcha.
El problema es que las circunstancias parecen cambiar en d¨ªas o en horas, como ha ocurrido con los 420 euros que el Gobierno prometi¨® a los parados. El Consejo de Ministros aprob¨® por decreto ley el pasado 13 de agosto la ayuda para los parados que hubieran agotado su prestaci¨®n el 1 de agosto, y supeditando la ayuda a que la tasa de paro superara el 17%. Las protestas en las colas ante las oficinas del Inem no se hicieron esperar ante el hecho incontrovertible de que quedaban fuera los desempleados que llevaban m¨¢s tiempo en el paro, es decir, los m¨¢s necesitados. El presidente reaccion¨® una semana m¨¢s tarde y dijo que modificar¨ªa el decreto. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, asegur¨® que se hab¨ªa enterado de la rectificaci¨®n de vacaciones en Tarragona. En la reuni¨®n con los sindicatos el 1 de agosto, Corbacho propuso ampliar el plazo hasta el 1 de junio, porque el "dinero p¨²blico no era el¨¢stico". Horas m¨¢s tarde, no s¨®lo aceptaba ampliar el plazo hasta el 1 de enero, sino que eliminaba el l¨ªmite de que el nivel de paro baje del 17% para la pr¨®rroga de la ayuda, renovable cada seis meses. El talante negociador, como dice el Ejecutivo, o la pol¨ªtica err¨¢tica de la que habla la oposici¨®n, le van a costar al Estado 100 millones de euros adicionales al mes.
No es la primera vez que el Ejecutivo se pilla los dedos a la hora de aprobar una medida. Tras meses en los que el ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, las hab¨ªa desechado con insistencia, Zapatero anunci¨® el 12 de mayo ayudas directas de 2.000 euros para la compra de un autom¨®vil nuevo, que entrar¨ªa en vigor el 1 de junio. La consecuencia obvia es que al d¨ªa siguiente se vaciaron los concesionarios y no se vendi¨® un solo coche. El Gobierno tuvo que cambiar la fecha y hacer efectiva las ayudas con car¨¢cter inmediato, pero al tiempo tuvo que negociar a toda prisa que las comunidades pagasen parte de la factura y la falta de una norma provoc¨® la confusi¨®n generalizada.
Donde el Gobierno s¨ª ha mantenido la coherencia es en el "optimismo antropol¨®gico" que el presidente ha contagiado a todos sus ministros. Cuando Espa?a ya estaba en recesi¨®n, negaba la crisis. Esta semana, despu¨¦s de conocerse que 85.000 personas se apuntaron a la lista del paro en agosto, que 142.000 afiliados a la Seguridad Social se dieron de baja en el mismo mes, que el d¨¦ficit p¨²blico se ha disparado hasta 50.000 millones y que la ca¨ªda del PIB espa?ol ha sido la m¨¢s aguda de toda la zona euro en el segundo trimestre, la OCDE, pese a mejorar sus previsiones para los pa¨ªses ricos, advert¨ªa que Espa?a iba a tener m¨¢s problemas que otros pa¨ªses para salir de la crisis por culpa del estallido de la burbuja inmobiliaria y el paro desbocado. Horas despu¨¦s, la vicepresidenta econ¨®mica, Elena Salgado, se aferr¨® al repunte de un ¨ªndice de confianza del consumidor elaborado por el Instituto de Cr¨¦dito Oficial para afirmar que "la mejora econ¨®mica no es un discurso del Gobierno, sino una percepci¨®n general que empieza a extenderse por toda la sociedad".
El problema es que casi todos los organismos internacionales y la mayor¨ªa de los economistas coinciden en que la crisis va a ser m¨¢s larga en Espa?a. La Comisi¨®n Europea preve¨ªa para Espa?a en mayo pasado 10 trimestres seguidos de recesi¨®n y que nuestro pa¨ªs fuese el ¨²ltimo de Europa en volver a crecer. Y la recuperaci¨®n ser¨¢ d¨¦bil. El FMI no conf¨ªa en que Espa?a vuelva a crecer por encima del 2% al menos hasta 2015, seg¨²n las ¨²ltimas previsiones publicadas.
The Economist, la revista econ¨®mica m¨¢s prestigiosa del mundo, ha pasado de alabar la pol¨ªtica del presidente del Gobierno ("?Viva Zapatero!", titulaba un art¨ªculo en julio de 2006) a ponerla bajo sospecha. Calific¨® sus propuestas del debate sobre el estado la naci¨®n -como las de prometer un ordenador port¨¢til para todos los escolares o quitar la deducci¨®n fiscal por compra de vivienda- como "conejos que se saca de la chistera". En su n¨²mero del pasado mes de julio elevaba el tono de la cr¨ªtica a prop¨®sito del acuerdo de financiaci¨®n auton¨®mica. Tras asegurar que "se trata del t¨ªpico modo de gobernar de Zapatero, que por su negativa a tomar medidas impopulares y su h¨¢bito de regar con dinero p¨²blico cualquier problema, se arriesga a prolongar la recesi¨®n", pon¨ªa en duda que pudiera ganar las elecciones de 2012. "Aun si lo hace, es una f¨®rmula de italianizaci¨®n de Espa?a. Posp¨®n el camino de la reforma ahora y la recuperaci¨®n tardar¨¢ m¨¢s en llegar", aseguraba la publicaci¨®n. Pero Zapatero se defiende afirmando que lo que sus cr¨ªticos llaman "improvisar" ¨¦l lo llama "gobernar" y adaptarse a las circunstancias. Y que es discutible que Espa?a est¨¦ en una peor situaci¨®n que el resto de Europa. "Cada pa¨ªs tiene sus propias caracter¨ªsticas. Nosotros tenemos un problema con el empleo, pero nuestro sistema financiero es de los m¨¢s s¨®lidos", responden fuentes del Ministerio de Econom¨ªa.
La receta para salir de la crisis es otro "conejo" de los que habla The Economist: la econom¨ªa sostenible. Sin ning¨²n rubor, Zapatero se encargaba de autoproclamarse impulsor de esa nueva era y poner la primera piedra de la econom¨ªa en un mitin multitudinario en Dos Hermanas (Sevilla) en mayo. "Felipe Gonz¨¢lez decidi¨® que el AVE comenzara aqu¨ª y ahora; yo he decidido que empecemos aqu¨ª", el pasado mes de mayo. Al decir aqu¨ª, se refer¨ªa a Andaluc¨ªa; y lo que iba a comenzar era, ni m¨¢s ni menos, el nuevo modelo de crecimiento econ¨®mico que, se supone, servir¨¢ para salir de la crisis y sustituir al modelo basado en el ladrillo. Zapatero se comprometi¨® a celebrar un Consejo de Ministros extraordinario en Andaluc¨ªa que marcar¨ªa el inicio del "cambio de patr¨®n de crecimiento". M¨¢s de tres meses despu¨¦s, no hay ni rastro de ese decisivo consejo de ministros andaluz.
"La confusi¨®n del Ejecutivo crea desconfianza, que es lo ¨²ltimo que necesitamos. El Gobierno est¨¢ tomado por personajes que s¨®lo piensan en los titulares de los peri¨®dicos del d¨ªa despu¨¦s, que mandan m¨¢s que el ministro de Hacienda. No se puede estar ofreciendo dinero todo el tiempo, porque no hay dinero. Es evidente que hay que evitar que los m¨¢s golpeados por la crisis caigan en la marginalidad, pero que alguien me explique para qu¨¦ quiere 2.500 euros la nieta de Bot¨ªn si se queda embarazada", se?ala en referencia al cheque-beb¨¦ el ex presidente socialista de la Comunidad de Madrid Joaqu¨ªn Leguina. "Yo hab¨ªa o¨ªdo decir a Zapatero que bajar impuestos es de izquierdas. ?Y ahora subirlos qu¨¦ es? A no ser que la definici¨®n correcta es para ser de izquierdas hay que estar de acuerdo con todo lo que se le ocurre a Zapatero y a sus colaboradores. Un poco de seriedad", concluye el ex dirigente socialista.
En materia de impuestos, pesa la misma sensaci¨®n de provisionalidad. El propio Zapatero ha vuelto a hacer gala de su devoci¨®n por lo cr¨ªptico anunciando una subida de impuestos "limitada y temporal". ?Limitada a qu¨¦? ?Con qu¨¦ plazos? Nadie, ni el propio Gobierno, parece saberlo. La pol¨ªtica fiscal del Ejecutivo, y m¨¢s a¨²n desde la salida de Pedro Solbes, emplea el m¨¦todo de la reducci¨®n al absurdo: un miembro del Gobierno o un dirigente del partido lanza una hip¨®tesis en los medios de comunicaci¨®n, comprueba su acogida, y si es mayoritariamente rechazada, se niega que se vaya a adoptar la medida. Los portavoces son varios y se contradicen entre ellos.
La secretaria de Organizaci¨®n del PSOE, Leire Paj¨ªn, dec¨ªa el 8 de agosto que "la pol¨ªtica fiscal que ha hecho el Gobierno es una pol¨ªtica fiscal que baja y no que aumenta los impuestos". El titular de Fomento, Jos¨¦ Blanco, "reflexionaba a t¨ªtulo personal" el pasado 20 de agosto sobre una subida del IRPF para las rentas altas. La ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, dec¨ªa el 26 de agosto en el Congreso que se revisar¨ªan todas las figuras impositivas. D¨ªas despu¨¦s, Zapatero rechazaba que se fueran a tocar los tipos de la renta de trabajo y apuntaba a un aumento de las rentas de capital, aunque sin concretar la reforma.
Por esta v¨ªa de descarte, sabemos que no se subir¨¢ el impuesto de sociedades, pero se desconoce, por ejemplo, si subir¨¢ el IVA, qu¨¦ figuras se tocar¨¢n del IRPF o en qu¨¦ medida se retirar¨¢ la deducci¨®n de 400 euros, una modificaci¨®n que, pese al discurso oficial, afecta a las rentas del trabajo.
En este debate deliberadamente ideologizado de izquierdas y derechas, de ricos y pobres, la ¨²ltima teor¨ªa que sostiene el Ejecutivo para justificar el alza de impuestos es que recaer¨¢ sobre las rentas altas, que deben hacer un esfuerzo los que m¨¢s tienen en favor de los m¨¢s golpeados por la crisis, como los parados.
Sin embargo, el propio Gobierno no s¨®lo no tiene claro lo que va a hacer con los impuestos, sino ni siquiera su definici¨®n sobre qu¨¦ entiende por rentas altas. En mayo, Zapatero colocaba el list¨®n en 20.000 euros anuales, l¨ªmite a partir del cual no se tendr¨ªa derecho a la deducci¨®n por la vivienda. Blanco consideraba en agosto adinerados (y, por tanto, los que deb¨ªan pagar m¨¢s impuestos) a los que ganaban m¨¢s de 50.000 euros.
Lamentablemente la ideolog¨ªa no sirve para recaudar impuestos. Y muchas voces critican que los efectos de algunas de estas medidas ser¨ªan m¨¢s propagand¨ªsticos que efectivos. El propio Gobierno parece darse cuenta de que no le basta con la subida de impuestos y prepara un gran recorte de gasto.
Algunos economistas piensan incluso que ni siquiera desde el punto de vista te¨®rico se sostiene la teor¨ªa esbozada por el Gobierno de que su reforma fiscal tendr¨¢ como fundamento el reparto equitativo de la subida de impuestos, y ven a las rentas medias como m¨¢s que posible blanco de esas subidas fiscales si el Ejecutivo toca los impuestos directos en lugar de los indirectos como el IVA.
"A corto plazo hay que ser posibilista. Es necesario aumentar la recaudaci¨®n de una forma m¨¢s o menos justa a trav¨¦s de incrementos en el IVA y en otros impuestos indirectos, sin tocar el impuesto de sociedades. El IRPF actual es muy poco justo. Las rentas altas que declaran ya pagan bastante: el 10% m¨¢s rico de la poblaci¨®n paga el 50% del total del impuesto. Al que ya realiza un esfuerzo notable no hay que pedirle que haga m¨¢s. El IRPF es injusto por su dise?o y por sus niveles de fraude. Se concentra en muy pocos contribuyentes: a las rentas bajas se lo han quitado, y a las altas les han dado v¨ªas de evasi¨®n. Son las rentas medias las que cargan con el peso. El IVA por lo menos lo paga todo el mundo, incluso los defraudadores", se?ala Ignacio Zubiri, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
El argumento doctrinal del Ejecutivo de que la subida de impuestos recaer¨¢ sobre los m¨¢s ricos tiene otra v¨ªa de agua. Lo dice el Gobierno que ha eliminado el impuesto sobre el Patrimonio, que en la pr¨¢ctica ya algunas grandes fortunas elud¨ªan, contra el criterio de sus aliados de izquierda.
Estos aliados sostienen que si lo que el Gobierno socialista quiere es que la salida de la crisis la costeen los m¨¢s adinerados, lo tiene muy f¨¢cil para encontrarlos. Todos ellos est¨¢n en las SICAV. Bajo estas siglas -sociedad de inversi¨®n de capital variable- se amparan unas sociedades an¨®nimas trav¨¦s de las cuales las grandes fortunas gestionan sus ahorros.
Las SICAV tributan al 1% en el impuesto de sociedades (y al 18% cuando sus titulares sacan sus beneficios), frente al tipo general del 30% que pagan casi todas las empresas. La excusa para este trato privilegiado es que funcionan como un fondo de inversi¨®n (los fondos tributan al 0%, est¨¢n exentos, por las plusval¨ªas) y que deben cumplir unos requisitos m¨ªnimos como tener m¨¢s de cien part¨ªcipes. En la pr¨¢ctica se han convertido en un refugio fiscal, puesto que la mayor¨ªa de esos part¨ªcipes son ficticios y en realidad las SICAV son creadas ex profeso para gestionar una sola fortuna o la de una familia. Al calor de esa beneficiosa legislaci¨®n, las SICAV han crecido en los ¨²ltimos a?os y actualmente hay 3.347 que manejan un patrimonio de cerca de 25.000 millones de euros.
Francisco de la Torre D¨ªaz, portavoz de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), lo tiene claro. Considera que las SICAV no son sociedades de inversi¨®n colectiva, sino un veh¨ªculo para que los grandes patrimonios eludan el pago de impuestos. "El capital es vol¨¢til, pero no creo que las grandes fortunas de este pa¨ªs est¨¦n dispuestas a todo con tal de no pagar impuestos. Por ejemplo, se pod¨ªa cambiar la fiscalidad de las SICAV y obligarles a pagar el 18% sobre lo que ganaran y luego eximir a sus part¨ªcipes del pago de tributos cuando retiraran sus beneficios. El efecto recaudatorio no ser¨ªa muy grande, pero dar¨ªa legitimidad al sistema y ser¨ªa una buena carta de presentaci¨®n para luchar contra el fraude, para mandar un mensaje a la mayor¨ªa de los contribuyentes de que el sistema es m¨ªnimamente justo", indica De la Torre.
Los planes del Ejecutivo no pasan por ah¨ª. La vicepresidenta econ¨®mica, Elena Salgado, ya ha sugerido esta semana que no tocar¨¢n la fiscalidad de las SICAV, porque se producir¨ªa una fuga de capitales, aunque desde otros partidos de izquierda se han alzado voces de protesta.
Los cambios fiscales que prepara el Gobierno son, en realidad, una marcha atr¨¢s. En 2007 se vanaglori¨® de una reforma fiscal que introdujo el tipo ¨²nico del 18% para las rentas de capital, que en la pr¨¢ctica supone que si alguien gana m¨¢s de 50.000 euros de plusval¨ªa en Bolsa paga mucho menos que el que gane esa misma cantidad con su n¨®mina como trabajador, aunque tambi¨¦n beneficia al pensionista que tiene una renta extra por sus ahorros o al peque?o inversor que cobra dividendos. Ahora parece dar marcha atr¨¢s y se?ala con el dedo a esas mismas rentas.
En la campa?a electoral prometi¨® que la deducci¨®n fiscal de 400 euros que le ayud¨® a ganar las elecciones se extender¨ªa a toda la legislatura. Y todo apunta a que tiene los d¨ªas contados, pese a que afecta de pleno a las rentas del trabajo, las que se supone que no se van a tocar.
"Al Gobierno le falta una visi¨®n global. La devoluci¨®n de los 400 euros coincidi¨® con las elecciones generales, y la supresi¨®n del impuesto de patrimonio no ten¨ªa sentido en un sistema tributario como el espa?ol, con una presi¨®n fiscal m¨¢s baja que la de nuestro entorno. Las decisiones del Gobierno han sido ca¨®ticas. Se ha confiado en exceso en la evoluci¨®n del ciclo econ¨®mico, muy dependiente de las operaciones inmobiliarias. El sistema espa?ol es muy el¨¢stico a los ingresos cuando las cosas van bien, pero esa misma elasticidad ha hundido ahora la recaudaci¨®n. Un comportamiento habitual de la Administraci¨®n espa?ola es que, como ten¨ªa unos ingresos muy altos, no ha puesto ¨¦nfasis en combatir el fraude fiscal", dice Miguel ?ngel Garc¨ªa D¨ªaz, responsable del gabinete econ¨®mico de CC OO.
"El Gobierno adopta medidas de pol¨ªtica fiscal sin ninguna estructura, como si se estuviera tanteando el terreno. Redujeron los impuestos en un momento de bonanza, pero sin responder a un modelo fiscal, sino medidas deslavazadas: un d¨ªa se eliminaba el impuesto de patrimonio, otro se daban 400 euros. Todo esto no respond¨ªa a ninguna noci¨®n razonable de equidad, sino que eran parches por motivos coyunturales", apunta en la misma l¨ªnea Zubiri.
La improvisaci¨®n se ha hecho marchamo a la hora de aplicar tasas e impuestos. Las compa?¨ªas telef¨®nicas han sufrido en sus carnes esa impulsividad fiscal del Gobierno. El Ejecutivo, a trav¨¦s de la vicepresidenta primera, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, hab¨ªa prometido a las televisiones privadas que les compensar¨ªa eliminando la publicidad de RTVE. Pero, claro, alguien ten¨ªa que financiar la promesa. Como las telef¨®nicas parec¨ªan resistir la crisis, se pens¨® gravarles con una tasa del 0,9% de los ingresos, aunque su negocio audiovisual es residual y realmente no les da ning¨²n margen de beneficio. El mi¨¦rcoles 6 de mayo, De la Vega convoca en La Moncloa a Guillermo Ansaldo (Telef¨®nica), Francisco Rom¨¢n (Vodafone), Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano (Ono) y Jean-Marc Vignolles (Orange), y les comunica la intenci¨®n de aprobar la medida. Los responsables de las compa?¨ªas le advierten de la injusticia de la nueva tasa (la van a recurrir ante Bruselas y ante el Constitucional). Dos d¨ªas despu¨¦s, el Consejo de Ministros aprueba la norma, con el disgusto del ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, que apenas una semana antes hab¨ªa tranquilizado a los operadores dici¨¦ndoles que el Gobierno no planeaba ninguna medida en ese sentido. "La vicepresidenta escuch¨® amablemente nuestras quejas. '?Qu¨¦ est¨¢ pasando?', nos pregunt¨¢bamos, entre la incredulidad y la sorpresa. Pero no tocaron ni una coma. Se aprob¨® dos d¨ªas despu¨¦s en un visto y no visto pese a que se trata de una tasa arbitraria, sin ninguna justificaci¨®n. Hace falta una pol¨ªtica de pa¨ªs que supere esa incertidumbre de no saber a qu¨¦ est¨¢s expuesto y que te garantice un entorno para invertir", se?ala uno de los asistentes. En el sector energ¨¦tico tambi¨¦n ha habido quejas por el modo en que el Gobierno regul¨® el bono social y el cat¨¢logo de ocurrencias y rectificaciones es amplio.
Mientras el Gobierno afirma que la percepci¨®n de recuperaci¨®n se extiende, la casa de an¨¢lisis Variant Perception maneja datos muy distintos en un informe que, bajo el t¨ªtulo "Espa?a: el agujero del balance de Europa", pinta un panorama desolador para el futuro de la econom¨ªa espa?ola y pone en duda la solidez del sistema bancario espa?ol: "Afirmar que en Espa?a ha pasado lo peor va contra el sentido com¨²n. Creemos que los pol¨ªticos espa?oles y los inversores internacionales se equivocan gravemente en su juicio sobre el pa¨ªs. Las circunstancias les obligar¨¢n a cambiar de opini¨®n. Cuando todo haya pasado, se ver¨¢ c¨®mo Espa?a era en s¨ª un gigantesco subprime cuyos resultados bancarios fueron buenos hasta que dejaron de serlo. Un estallido repentino t¨ªpico de las burbujas, por otra parte, del que no ser¨¢ ajeno Espa?a".
El informe ha corrido como la p¨®lvora por Internet y su ¨¦xito en los foros de debate puede deberse al tono apocal¨ªptico. Ojal¨¢ s¨®lo sea eso, un relato catastrofista de pol¨ªtica ficci¨®n.
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