La Caixa podr¨¢ bloquear decisiones estrat¨¦gicas en Aguas de Barcelona
Un pacto con la francesa Suez, que tendr¨¢ el 75% del capital de Agbar, da margen a la caja para vetar un cambio de sede y a nuevos accionistas
Suez Environnement, filial del gigante franc¨¦s GdF-Suez, se har¨¢ en los pr¨®ximos meses con un 75% de Aguas de Barcelona (Agbar), que en Espa?a es responsable del suministro del agua a casi 13 millones de personas y 1.200 localidades. Pero su apabullante control del accionariado no implicar¨¢ que tenga manos libres para hacer y deshacer en un sector sensible. La Caixa, que a trav¨¦s de su brazo inversor Criteria se mantendr¨¢ en el capital como socio minoritario con una participaci¨®n de entre un 15% y un 25%, tendr¨¢ derecho de veto de "las decisiones estrat¨¦gicas" de Agbar.
Entre las materias sujetas a derecho de veto figura una de las que m¨¢s inquietan al Gobierno catal¨¢n: el mantenimiento de la sede de la compa?¨ªa en Barcelona. Otra decisi¨®n en la que Suez no podr¨¢ ir por libre es la irrupci¨®n de un nuevo accionista en Agbar, si la empresa gala deseara ceder m¨¢s adelante parte de su elevada participaci¨®n en la compa?¨ªa y diera acceso a un tercer socio.
Suez ve en la caja una "baza" en su relaci¨®n con las autoridades locales
La compra por parte de Suez de activos de su filial Agbar en cualquier lugar del mundo a precio de saldo o la liquidaci¨®n del grupo espa?ol son otras de las cuestiones en las que la caja tendr¨¢ algo que decir, mientras se mantenga en el capital.
Este margen para vetar decisiones estrat¨¦gicas forma parte de los acuerdos que acompa?an el acuerdo por el que Criteria-La Caixa vender¨¢n a Suez Environnement cerca de la mitad de su actual participaci¨®n en Aguas de Barcelona, una operaci¨®n en la que, a cambio, la caja se queda con la totalidad de Adeslas, la primera compa?¨ªa espa?ola de seguros de salud, para integrarla en SegurCaixa Holding y reforzar as¨ª su negocio asegurador. Ni Suez, ni La Caixa, ni Criteria, ni Agbar confirmaron el contenido de la informaci¨®n, aludiendo a que los t¨¦rminos de los acuerdos entre ambas partes eran "confidenciales". S¨ª acreditaron su existencia distintas fuentes pr¨®ximas a la negociaci¨®n.
El contexto de ese derecho de veto arranca de lo ocurrido justo antes de verano. Ya entonces, la caja que preside Isidre Fain¨¦ y dirige Juan Mar¨ªa Nin ven¨ªa negociando su repliegue en Agbar, en el marco de la nueva apuesta de la caja por la banca y los seguros, frente a las inversiones de car¨¢cter industrial. Al margen del precio, las fuentes consultadas aseguran que la entidad financiera catalana contemplaba la venta total de sus acciones, en dos fases, y que quer¨ªa garantizarse el precio de salida que le pagar¨ªa Suez cuando, al cabo de unos a?os, acabara abandonando el capital. El consejero delegado de Suez Environnement, Jean-Louis Chaussade, no dio su brazo a torcer. La negociaci¨®n qued¨® en punto muerto.
Suez, que ha sido socio tradicional de La Caixa en Agbar durante muchos a?os y que conoce el terreno que pisa, quiere evitar entrar como un elefante en una cacharrer¨ªa. En una entrevista publicada en el diario Le Figaro el pasado lunes, G¨¦rard Mestrallet, presidente del grupo GdF-Suez, habl¨® de los "a?os de paciencia, intercambios y negociaciones con La Caixa para ganar la confianza de los socios". Y subray¨® adem¨¢s que "en el futuro, deseamos mantener a La Caixa a nuestro lado" porque la entidad es una "baza" en las relaciones de Suez con las autoridades locales.
Desde presidencia de la Generalitat, el cambio de manos se encaj¨® con el recordatorio de que "la distribuci¨®n del agua es un negocio muy vinculado al territorio, que fija las tarifas". Por ahora, est¨¢ descartado que el Gobierno catal¨¢n se implique con una participaci¨®n p¨²blica en la sociedad que distribuye el agua en Barcelona y de la que podr¨ªan desgajarse los activos en el ¨¢rea metropolitana de la ciudad.
Las f¨®rmulas que se han estudiado son varias, entre las cuales figura la aportaci¨®n de Aig¨¹es del Ter Llobregat, responsable del abastecimiento en alta de Barcelona. Las sensibilidades en el Gobierno tripartito son distintas y, a corto plazo, no hay nada previsto. Aunque s¨®lo sea porque desarrollar todo el cambio de manos, con una oferta p¨²blica de adquisici¨®n (OPA) de exclusi¨®n de por medio, llevar¨¢, seg¨²n Agbar, cerca de seis meses.
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