Todo en contra de las cajas
La politizaci¨®n, los localismos y la normativa de Bruselas y del sector dificultan la reestructuraci¨®n
Es dif¨ªcil tener m¨¢s frentes abiertos que los que analiza a diario Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, gobernador del Banco de Espa?a. La reestructuraci¨®n del sistema financiero est¨¢ en ese momento en el que cada d¨ªa se abre un problema, pero no se cierra ninguno. Desde Bruselas hasta C¨¢diz, todos los fuegos est¨¢n ardiendo y nadie, absolutamente nadie, parece actuar como bombero del supervisor. El primero de los problemas est¨¢ en la Comisi¨®n Europea, que acaba de pedir al Gobierno de Zapatero que se aclare con la f¨®rmula que quiere aplicar para el fondo de rescate de entidades. Es decir, hay prisa porque Espa?a es el ¨²ltimo pa¨ªs en reestructurar la banca y todav¨ªa no se sabe si se pedir¨¢n autorizaciones previas o a posteriori. Un l¨ªo.
Las entidades son v¨ªctimas de disputas locales o identitarias
El segundo es la Ley de Cajas. El Banco de Espa?a pidi¨® su reforma para quitar parte del poder que tienen los Gobiernos auton¨®micos en las cajas. El PSOE se neg¨® a abrir el mel¨®n, mientras el PP apostaba por una modificaci¨®n, sin contar con el apoyo de sus barones regionales. Crist¨®bal Montoro, portavoz de Econom¨ªa del PP, insisti¨® el jueves pasado en que no hay m¨¢s soluci¨®n para el sector que liberarse del poder pol¨ªtico. Por cierto, para a?adir m¨¢s dificultades, la mitad de las cajas ha empezado -o iniciar¨¢ en breve- la renovaci¨®n de parte de sus ¨®rganos de gobierno, incluidas algunas presidencias.
El supervisor, con grandes dosis de pragmatismo, ha aplicado el principio de que es mejor lo posible que lo perfecto. Es decir, ante la resistencia numantina a perder el poder auton¨®mico en las cajas, ha optado por las fusiones virtuales que, bajo el paraguas de un SIP (Sistema Institucional de Protecci¨®n), permite mantener la sede, los consejos de administraci¨®n y la marca. A cambio, son menores el ahorro de costes y la potencia de tiro de la caja resultante. Esta f¨®rmula convence a los sindicatos, que han tomado la bandera imposible de "aqu¨ª no sobra nadie". Para a?adir m¨¢s dificultades, Ord¨®?ez se ha puesto como meta que la reestructuraci¨®n cueste lo menos posible al contribuyente, lo que puede a?adir m¨¢s tensi¨®n al proceso.
Mientras tanto, las cajas de casi todas las regiones son v¨ªctimas de las disputas locales o identitarias. El caso m¨¢s llamativo es el de la Comunidad Valencia. Gerardo Camps, vicepresidente econ¨®mico y regulador de estas entidades, puso en duda la solvencia de la CAM porque se ha negado a fusionarse con Bancaja, como quiere el PP de Valencia. Ning¨²n banco hubiera sido tan agresivo. Las cajas podr¨¢n decir aquello de "todos al suelo, que vienen los nuestros".
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