Trichet y Ord¨®?ez avisan del peligro de retrasar m¨¢s la reforma laboral
Reducir la morosidad y corregir el d¨¦ficit p¨²blico exigen que se cree empleo - El Banco de Espa?a arremete contra las luchas pol¨ªticas en las cajas de ahorros
La econom¨ªa espa?ola encara un lustro perdido. Pero el mercado laboral espa?ol se enfrenta a un desaf¨ªo a¨²n mayor: la posibilidad de una d¨¦cada perdida en materia de empleo, con la tasa de paro avanzando a marchas forzadas hacia el 20%. A fuerza de repetirlo, el mensaje empieza a calar: el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, y el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, alertaron ayer en Madrid de los peligros que entra?a retrasar lo que a estas alturas resulta pr¨¢cticamente inevitable: una nueva reforma laboral.
Gota o gota, el mensaje va abri¨¦ndose paso. Hasta el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, reacio en principio a los cambios legales en el mercado de trabajo, admiti¨® ayer la necesidad de reformas. "Hay que hacer muchas cosas", concedi¨®, aunque consider¨® conveniente que se produzcan con acuerdo. El presidente espera que los contactos del di¨¢logo social con la vista puesta en esa reforma se den en el primer trimestre de 2010.
Zapatero admite que "hay que hacer muchas cosas" en el mercado de trabajo
"El ajuste no puede ser en t¨¦rminos de paro y m¨¢s paro", declara Salgado
Incluso los sindicatos avanzan en esa direcci¨®n. "UGT apoya cambios, pero para mejorar la situaci¨®n de nuestro mercado de trabajo", asegur¨® el sindicato dirigido por C¨¢ndido M¨¦ndez al conocer las palabras de los banqueros centrales. "Pero lo que en realidad quieren es apretar m¨¢s las tuercas a los trabajadores", atac¨®.
A pesar del lugar com¨²n, la flexibilidad del mercado laboral espa?ol es extraordinaria. Pero no va en la direcci¨®n correcta: el sistema crea mucho empleo cuando la econom¨ªa va bien, pero lo destruye a toda velocidad en tiempos de crisis. En opini¨®n de Trichet, esa monta?a rusa exige cambios inmediatos, reformas estructurales "que no se pueden evitar ni posponer". "La carga de la crisis ha ca¨ªdo de manera desproporcionada en los trabajadores temporales", mientras los fijos apenas han sufrido "peque?os ajustes". En el futuro, "la flexibilidad salarial tendr¨¢ que ser m¨¢s amplia", destac¨® en la clausura de unas jornadas organizadas por la Asociaci¨®n de Mercados Financieros.
El Ministerio de Econom¨ªa traslada esa amplitud al ¨¢mbito de la negociaci¨®n colectiva. "Los acuerdos en los convenios deben ser capaces de realizar una adaptaci¨®n en cada empresa a las condiciones econ¨®micas de cada momento", explic¨® ayer la vicepresidenta Elena Salgado en unas jornadas de The Economist. "El ajuste no puede ser en t¨¦rminos de paro y m¨¢s paro: debe incluir la posibilidad de variar las horas de trabajo e incluso en salarios", indic¨®. En plata: permitir rebajas de jornada y de sueldos a cambio de no despedir.
Para Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, la reforma no s¨®lo es necesaria para afrontar el paro, sino tambi¨¦n para solucionar otros problemas acuciantes: el d¨¦ficit p¨²blico. "La viabilidad de cualquier estrategia de consolidaci¨®n presupuestaria [es decir, de rebajar el d¨¦ficit] depende de que la econom¨ªa adopte un patr¨®n de crecimiento generador de puestos de trabajo", explic¨® ante la Comisi¨®n de Presupuestos del Senado.
Crear empleo, en opini¨®n del gobernador, requiere cambios profundos en la normativa laboral. Ayer s¨®lo apunt¨® en dos direcciones, y dej¨® fuera la bajada de los costes del despido, cuya menci¨®n desat¨® una oleada de protestas hace unos meses: "Resulta necesario innovar en las modalidades de contrataci¨®n con el fin de facilitar al m¨¢ximo la creaci¨®n de puestos de trabajo. A su vez, la negociaci¨®n colectiva debe reformarse para permitir que la organizaci¨®n interna y los costes laborales se adecuen a la situaci¨®n espec¨ªfica de cada empresa", dijo, en l¨ªnea con la ministra Salgado.
Fern¨¢ndez Ord¨®?ez lleva recitando ese soniquete varios meses, una actitud que le ha granjeado duras cr¨ªticas por parte de los sindicatos e incluso desde algunos flancos del Gobierno. Ayer, tras comprobar que las posiciones de los agentes sociales ya no son tan antag¨®nicas, sac¨® pecho: "Estoy contento con los cambios que ha habido este mes".
Pese a esta aparente felicidad, no se olvid¨® de los ataques de los ¨²ltimos tiempos. A su juicio, la recuperaci¨®n del mercado laboral, que pasa por su reforma, es clave para que los problemas del sistema financiero no se agraven, dada la relaci¨®n directa entre paro y morosidad. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez dio as¨ª la vuelta a uno de los argumentos con los que m¨¢s se le ha atacado en los ¨²ltimos meses: ocuparse de asuntos que le quedan lejos (empleo) y no de los que tiene en su patio trasero (la reestructuraci¨®n del sistema financiero).
Solucionar esos problemas pasa tambi¨¦n por arreglar la situaci¨®n de las cajas de ahorros. Y a este respecto, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez lanz¨® ayer una clara advertencia: "Las disputas pol¨ªticas cuestan dinero a los contribuyentes; tambi¨¦n la mala gesti¨®n", algo en lo que, de nuevo, coincidi¨® -con matices- con la vicepresidenta Salgado. Con esas palabras respond¨ªa al senador popular Francisco Utrera, que pidi¨® detalles sobre la absorci¨®n de Caja Castilla La Mancha. No los dio. "No procede hablar de una operaci¨®n concreta", se despach¨®. La entidad manchega ha sido protagonista de las "disputas pol¨ªticas" que cit¨® el gobernador, pero no es la ¨²nica. En pleno proceso de concentraci¨®n del sector, entidades como Caja Madrid o la CAM presentan escenarios similares, con las cartas muy marcadas por los equilibrios pol¨ªticos.
Fern¨¢ndez Ord¨®?ez defendi¨® el Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB), cuestionado desde Bruselas. "Es una buen¨ªsima ley", defini¨®. La aprobaci¨®n de esta norma, dijo, ha estimulado la reordenaci¨®n del sector: "Si hoy leen la prensa ver¨¢n que 15 o 20 cajas buscan soluciones [a sus problemas]", afirm¨®. Ese impulso llega en parte por el temor de los responsables auton¨®micos y de los gestores de las cajas a tener problemas mayores, que acaben con la intervenci¨®n del Banco de Espa?a, lo que les deja sin margen de maniobra.
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