El patr¨®n tensa el pulso
Los problemas de sus negocios convierten el mandato de Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n en un camino tormentoso
"Mi papel como empresario no me resta independencia, s¨¦ distinguir perfectamente entre mis empresas y mi labor en la patronal". Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n contestaba as¨ª en una entrevista con EL PA?S el 21 de septiembre de 2008. Hab¨ªa cumplido ya un a?o al frente de la patronal y acababa de superar su primera crisis grave, la dimisi¨®n forzada "por falta de confianza" de Juan Jim¨¦nez Aguilar de la secretar¨ªa general despu¨¦s de 24 a?os en el cargo. Hab¨ªa sido el mayor terremoto vivido en la organizaci¨®n, acostumbrada al sosiego impuesto por su antecesor, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas.
Pero, m¨¢s o menos desde entonces, como si fuera una maldici¨®n, el devenir de D¨ªaz Ferr¨¢n ha sido un camino tormentoso debido en gran parte a los problemas de sus negocios. Sobre todo, desde que se produjo la quiebra de Air Comet que dejaba tirados a 7.000 viajeros y deterioraba sus relaciones con el Gobierno.
?l, confirmando su fama de tenaz, ha insistido en que no va a dimitir. La ¨²ltima vez el viernes mientras negociaba la refinanciaci¨®n para sacar adelante el grupo Marsans y el futuro de la plantilla de Air Comet.
Su objetivo es alcanzar un gran acuerdo con los agentes sociales y el Gobierno. Luego ya se ver¨¢ qu¨¦ hace. Sin embargo, el di¨¢logo social se arrastra. Cuenta con la complicidad de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que tambi¨¦n quiere cerrar cuanto antes un acuerdo, y de los sindicatos. Pero la sombra de una reforma laboral profunda con un despido m¨¢s barato, en la que insiste el PP y al que se oponen sus interlocutores, planea sobre su cabeza. Todo queda pendiente de la reuni¨®n de la c¨²pula empresarial el 20 de enero, d¨ªa clave para que los dirigentes se digan lo que se tengan que decir y alcancen una postura com¨²n.
No lo tiene f¨¢cil D¨ªaz Ferr¨¢n, un hombre que comenz¨® a trabajar a los 12 a?os cobrando billetes en los autobuses de su familia en la periferia de Madrid. Aquella experiencia fue mucho mejor aprendizaje que la carrera de ingeniero industrial que har¨ªa despu¨¦s. En 1967, a los 25 a?os, fund¨® su propia empresa de transporte por carretera, Trapsa, a la que dot¨® con 25 millones de pesetas que le prest¨® su padre y 75 que aval¨® la familia de Gonzalo Pascual, con el que inici¨® una aventura que se mantiene hoy. G y G —iniciales de sus nombres— han aglutinado negocios en uno de los grupos m¨¢s pujantes del sector tur¨ªstico, cuya patronal preside Pascual.
El actual gran patr¨®n tard¨® en descollar como dirigente, algo que parec¨ªa cosa de su socio. Comenz¨® esa carrera hace relativamente poco, en junio de 2002, cuando asumi¨® la presidencia de la patronal madrile?a CEIM, que comparti¨® con la de la C¨¢mara de Comercio de Madrid. Desde este cargo fue clave en el entendimiento entre la CEOE y el Consejo Superior de C¨¢maras, tras a?os de desencuentro, y una vez que este organismo estuviera presidido por su ¨ªntimo amigo y compa?ero de carrera Javier G¨®mez-Navarro, del que se ha tirado para mediar con los sindicatos.
Desembarc¨® en la presidencia de la patronal por designaci¨®n a dedo de Cuevas. Fue ¨¦ste el que propici¨® una modificaci¨®n en los estatutos para que s¨®lo pudiera sustituirle uno de los 11 vicepresidentes si dimit¨ªa durante el mandato sin necesidad de elecciones. Todo muy bien tramado por el viejo zorro palentino, que no contaba con que el patr¨®n andaluz, Santiago Herrero, tambi¨¦n quisiese esa gloria, y que Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonz¨¢lez, presidente de APD, votase en contra. No fue ¨®bice.
Posiblemente, Cuevas eligi¨® a D¨ªaz Ferr¨¢n para acabar con unas cr¨ªticas casi ancestrales sobre que el gran patr¨®n no fuera empresario. Hay quien dice ahora que quiso demostrar que no era condici¨®n indispensable para dirigir la gran patronal y que, incluso, pod¨ªa ser mejor no tener una dependencia.
El debate est¨¢ en su salsa. El caso es que D¨ªaz Ferr¨¢n quiso desligarse pronto de Cuevas, cuya comparaci¨®n, muy a su pesar, es inevitable. Seguramente por eso anunci¨® varias reformas, que empezaron con elevar las vicepresidencias al doble (entre ellas, la del presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, alejado de Cuevas y ahora estrecho colaborador) y reforzarse con un comit¨¦ ejecutivo muy a su medida. Asimismo, nombr¨® a su antiguo rival Santiago Herrero como presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Laborales.
Este madrile?o, hijo de gallego y catalana, al que le gusta cazar en su finca del sur de Madrid y esquiar, lleg¨® con el cartel de hombre llano, abierto y h¨¢bil negociador, que "se lleva bien con el que est¨¢ en el poder". Los sindicatos reconoc¨ªan que era "comprensivo y sab¨ªa interpretar las coyunturas pol¨ªticas, quiz¨¢ mejor que Cuevas", quien le dej¨® algunas m¨¢ximas imprescindibles como "la ruptura nunca es buena" o "nunca hay que destruir definitivamente los puentes de di¨¢logo entre los agentes sociales, pase lo que pase".
Su llegada fue bien recibida por el Gobierno, en el que ten¨ªa muy buena imagen gracias a la relaci¨®n con Miguel Sebasti¨¢n, que le hab¨ªa ayudado en la crisis de Aerol¨ªneas Argentinas. Zapatero siempre contaba con ¨¦l, lo que le granje¨® tensiones internas.
Posiblemente por eso y por la presi¨®n que recibi¨® desde el PP —quiz¨¢ por mediaci¨®n de Esperanza Aguirre y Jos¨¦ Antonio Segurado— D¨ªaz Ferr¨¢n fue cambiando el discurso hasta radicalizarse en la petici¨®n de una profunda reforma laboral. La ruptura con Zapatero se produjo el 22 de julio de 2009 en aquella famosa cena en La Moncloa, en la que estaban C¨¢ndido M¨¦ndez (UGT), Ignacio Fern¨¢ndez Toxo (CC OO) y el presidente de CEPYME, Jes¨²s B¨¢rcenas, m¨¢s proclive al acuerdo.
All¨ª se rompi¨® el idilio. Posteriormente de su boca salieron frases como "ya se le pasara el berrinche [a Zapatero]" o "m¨¢s reformas estructurales y menos discursos". En otra entrevista del 1 de noviembre de 2009 con EL PA?S puso la guinda: "El PP ha asumido nuestras recetas". ?Se hab¨ªa puesto en brazos del PP como temieron algunos c¨ªrculos empresariales cuando tom¨® el mando? ?l sostiene que no; pero la influencia fue minando de tal manera que acab¨® en una afrenta de alto calibre al invitar a la Cumbre Empresarial del 2 de diciembre al jefe de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, en lugar de a Zapatero. No gust¨® ni al Gobierno, ni a los grandes empresarios, cuya ausencia en el evento que D¨ªaz Ferr¨¢n bautiz¨® como "el gran d¨ªa de los empresarios" fue notoria. Un fiasco del que tom¨® nota.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, en presencia de muchos de esos empresarios en un acto en La Moncloa, el presidente le mir¨® a los ojos y le conmin¨® a volver a negociar. Y, precisamente cuando comenzaba a reconstruirse el di¨¢logo, estall¨® la crisis de Air Comet.
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