Estados Unidos propondr¨¢ al G-20 generalizar el impuesto a los bancos
La f¨®rmula elegida favorece al modelo de banca espa?ol frente al anglosaj¨®n
Barack Obama quiere que su cruzada contra los "beneficios masivos" y las "remuneraciones obscenas" de la banca traspase fronteras. Por eso, el presidente de Estados Unidos quiere utilizar el G-20 y el Consejo de Estabilidad Financiera para conseguir que se extienda a otros pa¨ªses una tasa similar a la que ¨¦l acaba de proponer para los bancos que operan en EE UU, seg¨²n se?ala la Casa Blanca en los documentos que acompa?an la propuesta. Los pa¨ªses europeos estudiar¨¢n hoy la idea en la reuni¨®n del Eurogrupo, se?al¨® el viernes el presidente del mismo, Jean-Claude Juncker, que aplaude la idea estadounidense pero se muestra algo esc¨¦ptico sobre su posible generalizaci¨®n.
Un d¨ªa antes de que los titanes de Wall Street empezaran a presentar resultados, Obama salt¨® a escena para desvelar su f¨®rmula: un impuesto selectivo de "responsabilidad financiera", del 0,15% sobre el pasivo no asegurado de las entidades con m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares en activos.
El Eurogrupo analiza hoy la propuesta de Washington
La tasa, que debe ser aprobada por el Congreso, pretende recuperar hasta "el ¨²ltimo centavo" del dinero movilizado en el rescate financiero, pero tambi¨¦n se dise?¨® como una herramienta para desincentivar el riesgo excesivo: recaer¨¢ sobre todo en los bancos que tengan un mayor endeudamiento. No est¨¢n sujetos al impuesto ni los recursos propios de calidad (capital Tier 1) ni otros pasivos como los dep¨®sitos.
Esa f¨®rmula, por tanto, beneficia a entidades como las espa?olas, dedicadas a la banca comercial o minorista, que no est¨¢n muy apalancadas y que financian buena parte de su pasivo con dep¨®sitos de clientes. Penaliza m¨¢s a la banca de inversi¨®n y a entidades que recurren en mayor grado a financiaci¨®n mayorista. La tasa castiga m¨¢s el riesgo que el tama?o, en l¨ªnea con lo que defienden para la futura regulaci¨®n banqueros espa?oles como Emilio Bot¨ªn, presidente del Santander.
Tal vez por ello -o tal vez no- el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no tard¨® en declararse abierto a estudiar la idea. Sin embargo, otros pa¨ªses como Francia, Reino Unido y Alemania, aunque aplauden la medida de EE UU, no han tardado en marcar distancias. Como record¨® el propio Juncker, cuando se trata de cuestiones de impuestos cada pa¨ªs decide lo suyo, en funci¨®n de la situaci¨®n dom¨¦stica, y avanzar en la misma direcci¨®n se hace m¨¢s complicado.
Las tres potencias europeas creen que la ecuaci¨®n va bien para EE UU, porque su sector financiero es mucho m¨¢s grande y el esfuerzo movilizado desde octubre de 2008 para el rescate fue mucho mayor. Europa es m¨¢s partidaria de gravar las transacciones financieras con un instrumento similar a la tasa Tobin e imponer un impuesto del 50% a los sobresueldos elevados como han decidido Par¨ªs y Londres, opciones a las que Washington se opuso en el G-20. Adem¨¢s, algunos expertos europeos creen que el impuesto tiene fallos en su dise?o que llevar¨ªan a una doble imposici¨®n en caso de generalizarse y recuerdan que buena parte de las operaciones con hipotecas subprime estaban fuera de balance, es decir, habr¨ªan quedado exentas del impuesto pese a su elevado riesgo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se comprometi¨® en oto?o a presentar algunas ideas para conducir el debate sobre c¨®mo la industria financiera debe contribuir a recuperar los costes de la crisis. El Fondo cree que la maniobra de Obama demuestra que se puede encontrar la manera de hacer a la poderosa banca responsable de sus acciones. Y por eso pide que no se desaproveche la oportunidad.
Las intenciones de Obama son justas y sensibles a la frustraci¨®n popular, que ve como la banca se aleja del precipicio mientras los trabajadores pierden casas y empleos. O al menos a primera vista, porque no son pocos los que temen que la tasa no tenga la intensidad necesaria para cambiar las cosas en Wall Street y todo sea al final una maniobra pol¨ªtica para salvar los muebles de cara a las legislativas de oto?o.
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