Hacerse el muerto
En determinadas circunstancias lo mejor es hacerse el muerto. Pero intentarlo durante nueve meses puede ser agotador y en eso parece estar Artur Mas. Tras dirigirse a la parroquia en Sant Benet y presentar una campa?a amable, es el momento de dirigirse al electorado y ah¨ª es donde empieza el equilibrismo. En las formas y en el fondo. En las formas, Mas intenta combatir en cada una de sus apariciones una imagen personal de arrogancia. Probablemente, una etiqueta injusta en un pa¨ªs donde ser ilustrado queda feo, pero que ha alimentado pol¨ªticamente Converg¨¨ncia con cada reacci¨®n de afrenta. Con cada palabra airada sobre el catal¨¢n de Montilla o con la actitud de haberles sido usurpada su condici¨®n de ganadores, CiU olvidaba que la base de la pol¨ªtica es la capacidad de di¨¢logo y el pacto.
El "Gobierno de los mejores" que propone Mas es una idea que hace de la necesidad virtud para conseguir una mayor¨ªa suficiente
Mas asegura ahora que los a?os en el desierto "sin dromedarios ni cantimplora" le han servido para "conquistarse a s¨ª mismo" y le han hecho "m¨¢s tranquilo, m¨¢s sereno, con m¨¢s experiencia y con m¨¢s est¨®mago para tragar sapos". Hasta aqu¨ª, en consonancia con la campa?a presentada: amable, l¨ªrica, con toques ¨¦picos. Mas y su estratega David Mad¨ª han aprendido el mensaje de que la agresividad espanta y de que la parte de la propia realidad no puede tomarse por el todo.
La pregunta es si una campa?a de flors i violes concuerda con estos tiempos tan duros y si el mensaje sonar¨¢ genuino.
En el fondo, Mas lo tiene dif¨ªcil para flotar nueve meses intentando no comprometerse con un electorado de amplio espectro que va del natural conservador de Uni¨® a los soberanistas, pasando por el muy centrado y moderado electorado pujolista. Entre las propuestas pol¨ªticas concretas, est¨¢ acabar con decisiones impopulares como la reducci¨®n de velocidad, el impuesto de sucesiones y reducir un 10% los sueldos en la Administraci¨®n. No es mucho despu¨¦s de siete a?os pensando.
Mas defiende el Estatuto y a la vez el derecho a decidir sobre temas como el concierto econ¨®mico y los aeropuertos. Una f¨®rmula que se pretende m¨¢gica porque no parece que ni Zapatero ni Rajoy est¨¦n por la labor.
Anuncia Mas un Gobierno de los mejores y m¨¢s brillantes, que a algunos recuerda la OPA hostil de Sarkozy a un Partido Socialista en dificultades de liderazgo e ideas y a otros recuerda algunos de los mejores Gobiernos norteamericanos. Es una idea destacable, que hace de la necesidad virtud para conseguir una mayor¨ªa suficiente que permita variados acuerdos puntuales. En un marco de dif¨ªciles mayor¨ªas absolutas, ?con qui¨¦n pactar? Parece complicada una coalici¨®n con el PSC que sacrificase a Montilla y que abriera una guerra interna entre las dos almas. Para entendernos: ?habr¨ªa un conseller en cap catalanista sin problemas? Tampoco parece f¨¢cil, ni s¨®lido, un acuerdo con Esquerra. El PP se brinda, pero el partido del recurso al Constitucional resulta inc¨®modo por m¨¢s que lo maquille Alicia S¨¢nchez-Camacho. Para poder contar con un espectro amplio de apoyo parlamentario, que le permitiera pactar con unos y otros, Mas necesitar¨ªa un Gobierno m¨¢s t¨¦cnico que pol¨ªtico y con independientes que aportaran prestigio y poco dogmatismo.
La ¨²ltima opci¨®n de acuerdo ser¨ªa la nueva v¨ªa independentista que se perfila y podr¨ªa unir a Joan Laporta y Joan Carretero.
El presidente del Bar?a reconoce abiertamente sus ambiciones pol¨ªticas, que no son pocas, y Mas va con pies de plomo. Laporta est¨¢ dispuesto a jugarse el dinero y las ilusiones para ganar la presidencia, y aunque parece poco realista su apoyo, eso s¨ª, lo har¨ªa valer.
El sainete de la dimisi¨®n fantasma de Joan Carretero no aporta seriedad a un proyecto independentista conjunto con Laporta. Que la exigencia de dimisi¨®n de cuatro cr¨ªticos haya acabado con un amago de dimisi¨®n se podr¨ªa haber evitado y tampoco ayuda a la imagen de seriedad que Jaume Renyer, quien en su d¨ªa acompa?¨® a Carod Rovira a convertir a ETA, acuse a quien era hasta ahora su nuevo l¨ªder de actuar como Hugo Ch¨¢vez.
Artur Mas est¨¢ haciendo los deberes con su perfil m¨¢s moderado y amable. ?l y sus tropas tienen moral de victoria, lo que les puede resultar perjudicial si se conf¨ªan. Habr¨¢ que ver si los socialistas lo dan por perdido.
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