Toyota despert¨® tarde de la pesadilla
El primer fabricante mundial de coches subestim¨® durante meses fallos mortales en varios modelos
La llamada al servicio de emergencias lleg¨® a las 6.35 de la tarde del 28 de agosto desde un coche que iba a toda velocidad y fuera de control por la autopista 125 cerca de San Diego (California).
El autor de la llamada, una voz masculina, estaba aterrorizado: "Estamos en un Lexus... Vamos hacia el norte por la 125 y el acelerador est¨¢ bloqueado... Tenemos problemas... Nos hemos quedado sin frenos... Nos estamos acercando al cruce... Espere... Espere y rece... Rece...".
La llamada termin¨® con el sonido de un choque.
El sed¨¢n Lexus ES 350, fabricado por Toyota, colision¨® con un todoterreno, atraves¨® una valla a toda velocidad, volc¨® y estall¨® envuelto en llamas. Las cuatro personas que iban dentro perdieron la vida: el conductor, Mark Saylor, un miembro de la polic¨ªa de servicio, y su esposa, hija y cu?ado.
El presidente de la empresa no pidi¨® perd¨®n a los clientes hasta el viernes
El Congreso de EE UU investigar¨¢ c¨®mo ha llevado el asunto la compa?¨ªa
Fue la tragedia que oblig¨® a Toyota, que hab¨ªa recibido m¨¢s de 2.000 quejas por aceleraci¨®n involuntaria, a agilizar sus propias pesquisas, tras haber pasado por diversas investigaciones gubernamentales desde 2002.
No fue hasta la semana pasada cuando la empresa finalmente pareci¨® tomar conciencia del alcance del problema (despu¨¦s de retirar millones de veh¨ªculos en todo el mundo, del da?o incalculable para su antes intachable reputaci¨®n de buena calidad y de las peticiones al Congreso para que celebrase una vista).
A instancias de la Administraci¨®n Nacional de Seguridad del Tr¨¢fico en Carretera de EE UU, Toyota detuvo la producci¨®n y las ventas de ocho modelos, entre ellos, el m¨¢s vendido, el sed¨¢n Camry. El jueves, la compa?¨ªa japonesa reconoci¨® que su modelo h¨ªbrido Prius ten¨ªa tambi¨¦n problemas en su sistema de frenado antibloqueo.
En pr¨¢cticamente cada uno de los pasos que la han llevado hasta la actual tesitura, Toyota ha subestimado la gravedad del problema de aceleraci¨®n repentina que afectaba a sus coches m¨¢s populares. Ha pasado de descartar los primeros informes sobre los problemas a anunciar con exceso de confianza diagn¨®sticos y mejoras insuficientes.
En oto?o, sin ir m¨¢s lejos, Toyota segu¨ªa afirmando que confiaba en que las alfombrillas sueltas fuesen la ¨²nica causa de cualquier aceleraci¨®n repentina, y remiti¨® un aviso a millones de propietarios de Toyota para que las retirasen. El d¨ªa 2 de noviembre, la empresa afirmaba que "no hab¨ªa pruebas que apoyasen" ninguna otra conclusi¨®n, y a?ad¨ªa que su afirmaci¨®n contaba con el respaldo del organismo de seguridad vial de EE UU.
Pero, de hecho, el organismo no hab¨ªa aceptado la explicaci¨®n e hizo p¨²blico un duro reproche. La declaraci¨®n de Toyota era "enga?osa e inexacta", dec¨ªa el organismo. "Este asunto no est¨¢ zanjado".
Los negocios de Toyota ya est¨¢n notando las consecuencias. Se prev¨¦ que sus ventas en EE UU en enero caigan un 11% respecto al mismo mes del a?o anterior, y su cuota de mercado en este pa¨ªs probablemente alcance su punto m¨¢s bajo desde 2006, seg¨²n Edmunds.com, una p¨¢gina web de investigaci¨®n de autom¨®viles.
La empresa todav¨ªa no ha calculado el coste de sus retiradas de producto ni la ca¨ªda en las ventas. Pero una desaceleraci¨®n prolongada de las mismas podr¨ªa hacer mucho da?o a una empresa que antes obten¨ªa grandes beneficios.
El modo en que Toyota est¨¢ haciendo frente al problema es una muestra de c¨®mo un fabricante de coches que durante mucho tiempo se consider¨® de confianza ha perdido de vista uno de sus principios b¨¢sicos.
"Cada d¨ªa es una lecci¨®n y se aprende algo", dec¨ªa Yoshimi Inaba, director ejecutivo de Toyota en Am¨¦rica del Norte, en la muestra automovil¨ªstica de Detroit en enero. "Esto ha sido una dura lecci¨®n".
El presidente de Toyota Motor, Akio Toyoda, pidi¨® el viernes perd¨®n a sus clientes por los problemas causados por las revisiones masivas de veh¨ªculos y dijo que su compa?¨ªa, primer fabricante mundial, trabaja para "mejorar la calidad". Fueron los primeros comentarios de Toyoda, nieto del fundador de Toyota, desde el estallido de la crisis.
Los problemas de seguridad de Toyota podr¨ªan acabar siendo una dura lecci¨®n tambi¨¦n para la Administraci¨®n Nacional de Seguridad de Tr¨¢fico en Carretera. El organismo llev¨® a cabo seis investigaciones independientes de las quejas de los consumidores por la aceleraci¨®n involuntaria, y ninguna de ellas encontr¨® defectos en los coches de Toyota, aparte de las alfombrillas mal fijadas.
En al menos tres casos, el organismo deneg¨® las peticiones de proseguir con las investigaciones porque no ve¨ªa un patr¨®n en los defectos y por una "necesidad de repartir y priorizar los recursos limitados de la Administraci¨®n Nacional de Seguridad de Tr¨¢fico en las Carreteras" entre el resto de asuntos, seg¨²n los documentos del organismo.
Las investigaciones y el modo en que Toyota ha llevado el asunto ser¨¢n el tema de las vistas en el Congreso.
Pero la publicidad que ha rodeado al accidente en los alrededores de San Diego, y la reiterada incapacidad por parte de Toyota para atajar las preocupaciones de los consumidores con una soluci¨®n definitiva, tambi¨¦n ha dado pie a una oleada de procesos legales que recuerdan a los litigios que tuvieron lugar hace una d¨¦cada como consecuencia de los vuelcos de los Ford Explorer equipados con neum¨¢ticos Firestone.
Adem¨¢s de los casos relacionados con accidentes concretos, se han registrado varias querellas colectivas contra Toyota. Los procesos seguramente se centrar¨¢n en la raz¨®n por la que el Gobierno y el fabricante de coches fueron incapaces de identificar ning¨²n problema aparte del de las alfombrillas, a pesar de la gran cantidad de casos de coches fuera de control.
David Ennis, un abogado de Washington, dice que est¨¢ trabajando en tres procesos legales que llevaban cinco meses gest¨¢ndose. "Desde hace 24 horas, todo el mundo es abogado especializado en Toyota", dec¨ªa la semana pasada.
Toyota cree ahora que el problema de sus coches es doble: una combinaci¨®n de alfombrillas sueltas que pueden interferir con el pedal de aceleraci¨®n y el propio pedal, que puede quedarse atascado cuando el conductor lo pisa. Antes del pasado agosto, Toyota hab¨ªa puesto en marcha tres retiradas de producto limitadas para sustituir las alfombrillas y cambiar una pieza interior que pod¨ªa engancharse con el acelerador. Pero a ra¨ªz del choque mortal cerca de San Diego y la publicaci¨®n de la grabaci¨®n del servicio de emergencias, Toyota se vio obligada a, como dijo en oto?o, "analizarlo con m¨¢s cuidado".
Ese accidente, asegura Clarence M. Ditlow, director ejecutivo del Centro de Seguridad Automovil¨ªstica de Washington, "fue un acontecimiento decisivo. Capt¨® en una grabaci¨®n las muertes de cuatro personas en una aceleraci¨®n incontrolada en la que el conductor era un miembro experimentado de las patrullas de tr¨¢fico", afirma. "Si ¨¦l no era capaz de controlar el coche, ?qui¨¦n podr¨ªa hacerlo?".
En algunos de los procesos legales contra Toyota tambi¨¦n se insin¨²a que el sistema electr¨®nico del fabricante podr¨ªa ser defectuoso.
Un portavoz de Toyota afirma que la empresa ha analizado exhaustivamente su sistema de aceleraci¨®n electr¨®nico informatizado, que controla la velocidad de sus coches, y no ha encontrado fallos en ¨¦l. "Si descubri¨¦semos algo, tomar¨ªamos las medidas apropiadas", asegura el portavoz, Mike Michels. "Pero seguimos pensando que es absolutamente improbable que un defecto electr¨®nico sea la causa".
Un abogado de California cuya esposa muri¨® en 2007 en un accidente con un Toyota Camry afirma que la empresa est¨¢ evitando un problema que podr¨ªa ser m¨¢s general centr¨¢ndose en las alfombrillas y los pedales bloqueados en lugar de fijarse en la electr¨®nica.
"Hay miles de reclamaciones, y no vemos alfombrillas ni aceleradores bloqueados", se?ala el abogado, Donald H. Slavik, de Milwaukee. El organismo de seguridad vial "simplemente no tiene los recursos necesarios para analizar los sistemas electr¨®nicos de estos coches".
El organismo, que forma parte del Departamento de Transporte, ha intensificado dr¨¢sticamente su supervisi¨®n de Toyota desde el accidente fatal en el que se vio involucrada la familia Saylor.
Las discusiones entre los funcionarios federales y Toyota se hicieron m¨¢s intensas en diciembre, cuando el director en funciones del organismo, Ronald Medford, viaj¨® a Jap¨®n para mantener una serie de reuniones con la directiva de la empresa, seg¨²n un funcionario gubernamental que ten¨ªa conocimiento del viaje, pero que no ten¨ªa autorizaci¨®n para hablar en p¨²blico.
El d¨ªa 19 de enero, dos d¨ªas antes de la retirada del producto por el problema de la aceleraci¨®n repentina, Inaba, de Toyota, se reun¨ªa en Washington con Medford y el nuevo director del organismo, David Strickland.
La semana pasada, el secretario de Transporte, Ray LaHood, afirmaba en una entrevista concedida a una emisora de radio de Chicago que Toyota hab¨ªa detenido la producci¨®n de los veh¨ªculos retirados "porque se lo hemos pedido".
De hecho, ha sido necesario que las instituciones ordenaran a Toyota cancelar la producci¨®n y suspender las ventas de los coches y camiones de la ¨²ltima retirada hasta que tuviese las piezas necesarias para repararlos. Fue un ejemplo m¨¢s de respuesta lenta por parte de una empresa famosa durante mucho tiempo por su meticulosidad en la fabricaci¨®n de autom¨®viles y la atenci¨®n a los clientes.
Algunos de los propietarios de los coches Toyota retirados dicen ahora que les da miedo conducirlos. "S¨®lo vivo a 800 metros de la oficina y voy en coche hasta all¨ª", dice Elaine Byrnes, propietaria de un Camry en Los ?ngeles. "Si tuviese que ir m¨¢s lejos, no me lo plantear¨ªa".
Y la vigilancia a que est¨¢n sometidos los Toyota no terminar¨¢ con su nuevo plan de sustituir los pedales. Las instituciones federales est¨¢n prestando una atenci¨®n inmediata a los accidentes.
El 26 de diciembre, un Toyota Avalon de 2008 -uno de los coches retirados- se estrell¨® a las afueras de Dallas. Roderick Page, un funcionario de polic¨ªa de Southlake (Texas), dec¨ªa en una entrevista que "por motivos desconocidos, el coche se sali¨® de la calzada principal y atraves¨® una valla de tubos de metal, golpe¨® un ¨¢rbol y sali¨® volando, y aterriz¨® boca abajo en un estanque". Los cuatro ocupantes del coche murieron. "No hab¨ªa pruebas de que tratasen de pisar el freno o desacelerar", afirmaba. "Para ser sincero, mi reacci¨®n es '?Vaya!".
Dos semanas despu¨¦s, un investigador de la Administraci¨®n Nacional de Seguridad de Tr¨¢fico en Carretera visit¨® Southlake para inspeccionar el coche, acompa?ado de un ingeniero de Toyota. Page dijo que un factor que descartaron inmediatamente fueron las alfombrillas, que estaban en el maletero.
(c) New York Times News Service.
Un gigante con problemas
- Fundada en 1933 por Kiichiro Toyoda.
- Tambi¨¦n se dedica a los servicios financieros y a la biotecnolog¨ªa.
- Junto a Nissan y Honda, forma el grupo de los tres grandes fabricantes japoneses de autom¨®viles.
- En 2007 super¨® a General Motors como l¨ªder mundial. Vende en torno a 10 millones de veh¨ªculos al a?o.
- Tiene f¨¢bricas en 22 pa¨ªses, y cotiza en Tokio, Nueva York y Londres.
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