La identidad
Vengo de discursear en Madrid sobre la identidad europea y el futuro cultural europeo. No siendo vidente, yo no sab¨ªa qu¨¦ decir sobre el futuro. Para m¨ª es un arcano. En cambio, para glosar el tema de la identidad no ten¨ªa dudas, era oportun¨ªsimo contar el chiste de la cabra. Al fin y al cabo tambi¨¦n Zizek recurre asiduamente a los chistes como herramienta de an¨¢lisis de la realidad oculta; por ejemplo, los chistes brutales, xen¨®fobos, que sol¨ªan contarse en la Yugoslavia de su juventud -o sea, de antes de las guerras de secesi¨®n de la d¨¦cada de 1990- y que, parad¨®jicamente, afirma el lacaniano Zizek, engrasaban la maquinaria compleja y delicada de las relaciones sociales inter¨¦tnicas: el chiste pol¨ªticamente incorrecto salvaba la correcci¨®n pol¨ªtica; era un grato, aunque grosero y a veces repulsivo, peaje para el di¨¢logo y la convivencia. El chiste de la cabra lo contaban en Bucarest como reflejo fiel de la mentalidad nacional y como explicaci¨®n de por qu¨¦ a aquel pa¨ªs le costaba salir del hoyo. Dice as¨ª: un campesino (rumano) muy pobre, descalzo y harapiento, est¨¢ arando su mezquino campo de patatas; con un golpe de la azada desentierra una l¨¢mpara maravillosa; de la l¨¢mpara sale un genio que le dice: "En gratitud por liberarme te voy a conceder un deseo, pero pi¨¦nsalo bien, porque no te conceder¨¦ m¨¢s que uno y de inmediato desaparecer¨¦ para siempre". El campesino piensa y piensa, hasta que al cabo de un buen rato se le ilumina el semblante y exclama: "?Que se muera la cabra del vecino!".
Desde que le¨ªmos Los espa?oles y los siete pecados capitales y las secuelas de este t¨ªtulo, todas del simp¨¢tico Fernando D¨ªaz-Plaja, cre¨ªamos que la envidia es el vicio nacional de los espa?oles, mientras que el de los franceses, por ejemplo, era la vanidad. (En esto no pod¨ªa estar m¨¢s de acuerdo el an¨®nimo autor del panfleto Contra los franceses. Sobre la nefasta influencia, que llevaba como ep¨ªgrafe: Siempre fue mayor su vanidad que su talento). Pero resulta que ni siquiera la envidia nos confiere identidad nacional, pues tambi¨¦n es un rasgo de identidad rumana, y no s¨®lo rumana: cuando cont¨¦ en Varsovia y luego tambi¨¦n en Praga el chiste de la cabra, nadie se re¨ªa, pues todos lo conoc¨ªan y cre¨ªan que era un chiste t¨ªpico de su pa¨ªs y fiel espejo de su idiosincrasia.
?Identidad? Cabra.
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