Educaci¨®n abrir¨¢ v¨ªas distintas seg¨²n el nivel de los alumnos

El documento que ha presentado el Ministerio de Educaci¨®n para alcanzar un pacto educativo tiene como objetivo combinar equidad y excelencia, algo ambicioso y ciertamente complicado. Y lo hace acercando las posturas de quienes defienden a ultranza la educaci¨®n inclusiva (igual para todos los alumnos hasta los 16 a?os) y los que quieren separarles en itinerarios mucho antes. ?C¨®mo?

Explican desde el Ministerio de Educaci¨®n que se trata de no renunciar a que todos los alumnos alcancen el mismo punto de llegada, pero que lo puedan hacer por caminos diferentes. Esto significa m¨¢s programas de refuerzo y flexibilizar la atenci¨®n. Eso, hasta los 15 a?os. En ese momento, se abren tres posibilidades para los estudiantes que vayan a repetir: hacerlo normalmente, ir a programas con contenidos suavizados y menos profesores o pasar a programas preprofesionales. Y para los que siguen hasta 4? de la ESO, habr¨¢ dos opciones: una orientada hacia la FP y otra, al Bachillerato. Pero todas ellas, insiste el Gobierno, dirigidas a sacarse el t¨ªtulo de la ESO y seguir estudiando, al menos, hasta conseguir el Bachillerato o la FP.

El ministro advierte de que "no pondr¨¢ en peligro el consenso" existente

Todas las partes insisten en que el acuerdo todav¨ªa es posible

Para el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de Salamanca Mariano Fern¨¢ndez Enguita, la profundizaci¨®n en estas medidas supone claramente una ruptura. Y un cambio que ser¨¢ sin duda pol¨¦mico, ya que para algunos podr¨ªa ocasionar la segregaci¨®n del alumnado, mientras que para otros sectores, como el PP, no ser¨¢ suficiente. Habr¨¢ quienes "encuentran que la propuesta es demasiado pr¨®xima al PSOE" y quienes "entender¨¢n que est¨¢ cerca del PP", asegur¨® el ministro ?ngel Gabilondo despu¨¦s de presentar el texto a las comunidades aut¨®nomas. Pero llegar a acuerdos consiste en eso, a?adi¨®.

De hecho, algunas de esas medidas requerir¨ªan cambiar la actual ley educativa (LOE), aprobada en 2006 por el Gobierno socialista. En total, el documento llevar¨ªa al cambio de 21 art¨ªculos de la LOE. Unos cambios que podr¨ªan seguir adelante aunque no se alcance el acuerdo, ya que "son los objetivos de la educaci¨®n, con independencia de que haya pacto o no", dijo el ministro.

Y eso en un momento en que la segunda opci¨®n, la del no, gana fuerza por mucho que tanto Gabilondo como los consejeros de Educaci¨®n, incluidos los del PP, insistan una vez m¨¢s en que el acuerdo es posible. El PP rechaz¨® el texto presentado por el Gobierno. "El documento no contiene avances sustanciales ni reformas de calado ni unos m¨ªnimos que necesita el PP para sumarse a un gran pacto de Estado", dijo la consejera de Educaci¨®n madrile?a, Luc¨ªa Figar.

As¨ª, los seis consejeros del PP ofrecieron al ministro un texto con las 10 medidas que tienen que incluirse para que los populares firmen. Se trata de un compendio de las reclamaciones que el principal partido de la oposici¨®n ha esgrimido desde el inicio del proceso. Muy dif¨ªciles, si no imposibles, de aceptar por parte de los socialistas. Por ejemplo, asegurar por ley la subvenci¨®n para los colegios privados que tengan demanda, o que en aquellas comunidades con dos lenguas se usen ambas a partes iguales, cambiar los contenidos de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o promulgar una Ley Org¨¢nica de Medidas Urgentes para la cohesi¨®n y calidad del sistema educativo.

El ministro se comprometi¨® a estudiar esas exigencias "con seriedad", pero advirti¨® de que en ning¨²n caso pondr¨¢ "en peligro el consenso logrado hasta ahora", y a?adi¨® que "todo el mundo ha renunciado y todos han logrado muchas cosas". Gabilondo insisti¨® en llevar el pacto al ¨¢mbito puramente educativo -"la OCDE no habla de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa cuando diagnostica la ense?anza espa?ola", dijo- y recalc¨® que los 12 objetivos marcados en el documento que ha presentado han concitado "un amplio consenso".

El texto, de 37 p¨¢ginas y 137 medidas, es el resultado de las aportaciones de comunidades aut¨®nomas, grupos pol¨ªticos y organizaciones sindicales educativas, entre otros, a la propuesta presentada a finales de enero para iniciar el debate. Gabilondo volvi¨® a insistir, como ya hizo con aqu¨¦l, en que se trata de un texto de acuerdo, no de un documento del ministerio o del PSOE. Adem¨¢s, asegur¨® que hay mucha m¨¢s concreci¨®n que en el anterior, algo con lo que no est¨¢ de acuerdo, por ejemplo, el presidente de la asociaci¨®n de directores de centros p¨²blicos Fedadi, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez.

En cualquier caso, algunas de las medidas se han modificado, otras se han a?adido y otras, matizado. As¨ª, aparte de las iniciativas se?aladas m¨¢s arriba, destaca que los centros podr¨¢n agrupar materias para reducir su n¨²mero en los primeros cursos de la ESO; que se establecen evaluaciones nacionales de diagn¨®stico a todos los alumnos de todos los centros, la flexibilizaci¨®n de los caminos de ida y vuelta entre la ESO, la FP, el Bachillerato y la Universidad. Adem¨¢s, se revisar¨¢, sin m¨¢s detalles, la estructura del Bachillerato o la bestia negra: la escolarizaci¨®n de todos los alumnos, tambi¨¦n los m¨¢s dif¨ªciles, bien distribuidos entre todos los centros, los p¨²blicos y los concertados, dando a estos ¨²ltimos los medios que necesiten para atenderlos. Este punto es un cl¨¢sico en las negociaciones de todas las leyes educativas.

Adem¨¢s, el blindaje a los cambios normativos es a¨²n mayor, ya que no s¨®lo precisar¨¢n el apoyo de dos tercios de los parlamentarios, sino tambi¨¦n dos tercios de los grupos pol¨ªticos del Congreso y del Senado. Sigue sin concretarse la financiaci¨®n.