Las transgresiones de Jes¨²s
Juan Arias disecciona en su nuevo libro los enigmas y la marginalidad del profeta de Nazaret
Se oculta todav¨ªa alg¨²n secreto en los evangelios, los escritos m¨¢s traducidos del mundo y sobre los que se han publicado millones de libros? ?Puede a¨²n decirse algo nuevo sobre Jes¨²s de Nazaret, el profeta maldito, que fue crucificado por loco y subversivo? Jes¨²s siempre ha sido presentado como un l¨ªder religioso que dio origen a una nueva Iglesia, nacida del juda¨ªsmo, lo que no es cierto. Jes¨²s no pens¨® en ning¨²n momento en fundar una nueva religi¨®n, ya que ¨¦l las combat¨ªa todas por estar basadas en la violencia y en los ritos sacrificiales, en el dolor y en la falta de libertad.
Analizando, sin embargo, los textos antiguos bajo otra luz, se puede deducir que, a pesar de que usaba el lenguaje y la cultura de su tiempo, que eran fundamentalmente religiosos, Jes¨²s mira m¨¢s lejos. Tiene otras intuiciones que no son puramente religiosas, sino de transformaci¨®n de la especie humana. Habla a los hombres de su tiempo como si se dirigiera a una sociedad diferente, que ha superado las debilidades y los l¨ªmites de lo humano. Quiz¨¢ por ello muchos analistas b¨ªblicos suelen afirmar que su mensaje es "ut¨®pico". En realidad es mucho m¨¢s que eso. Siempre ha resultado intrigante que tanto las palabras como los actos de Jes¨²s trazan una l¨ªnea de ruptura absoluta con lo actual. (...) Su mensaje trasciende lo cotidiano y quiz¨¢ por eso no lo entienden ni siquiera cuando habla con par¨¢bolas. Sus propios familiares cre¨ªan que estaba loco. Las autoridades jud¨ªas del templo y las civiles y pol¨ªticas tampoco lo comprenden y por eso acaban uni¨¦ndose para condenarle a muerte. Queda perplejo ante ¨¦l incluso Pilatos, que confiesa no ver en aquel profeta delito alguno. (...) Era el hombre del antipoder y de la antiviolencia. La paradoja es que los ¨²nicos que parec¨ªan entenderle, o por lo menos intuir su originalidad, eran los marginales de la sociedad, aquellos que no ten¨ªan nada que perder: lisiados, leprosos, cojos, ciegos, mudos, endemoniados, prostitutas y, en general, todas las mujeres. Aunque en especial una, la gn¨®stica Magdalena, que pudo haber sido su compa?era sentimental e incluso la madre de sus hijos y a la que los ap¨®stoles miraban con desconfianza, porque sab¨ªan que ella conoc¨ªa los secretos del Maestro que a ellos les escond¨ªa.
El gran secreto de Jes¨²s
Juan Arias.
Editorial Aguilar.
Precio: 17 euros.
Jes¨²s es presentado como un l¨ªder religioso que dio origen a una nueva Iglesia, nacida del juda¨ªsmo, lo que no es cierto
No es posible analizar los cuatro evangelios can¨®nicos, los ¨²nicos que la Iglesia considera inspirados por Dios, sin tener en cuenta tambi¨¦n los evangelios gn¨®sticos, descubiertos hace poco m¨¢s de sesenta a?os, todav¨ªa poco estudiados y que el catolicismo rechaza como herejes, quiz¨¢ porque intuye que guardan todav¨ªa secretos no desvelados sobre la verdadera personalidad del profeta de Nazaret y de su doctrina. Los escritos gn¨®sticos pueden ofrecer una lectura nueva de los evangelios can¨®nicos en lo relacionado con el anuncio de Jes¨²s de un nuevo reino. Este concepto, visto a la luz de estos escritos, ya no se refiere a una nueva forma religiosa ni siquiera a una nueva ¨¦tica superior a la jud¨ªa, sino a algo mucho m¨¢s in¨¦dito y revolucionario: un salto de la actual especie humana a otra diferente que no se funde en los c¨¢nones de la violencia. Jes¨²s ser¨ªa entonces el encargado de desvelar el flamante rostro de esta humanidad conforme al conocimiento y sabidur¨ªa gn¨®sticos y lo hizo en parte en los secretos que revel¨® en exclusiva a Mar¨ªa Magdalena.
(...) No hay duda de que Jes¨²s quiebra y desobedece todas las reglas y paradigmas de la sociedad. El oscuro profeta de la min¨²scula aldea palestina de Nazaret parece dirigirse a hombres y mujeres de otra especie humana a¨²n por venir. Quiz¨¢ ¨¦l, con la fuerza del amor desinteresado que mov¨ªa su vida, se sent¨ªa un ciudadano de ese nuevo mundo sin violencia de la que acab¨® siendo v¨ªctima inocente e inevitable. ?Significa esto que Jes¨²s no se dirig¨ªa a los hombres de su ¨¦poca, a esta raza humana? De ning¨²n modo. Jes¨²s habl¨® tambi¨¦n para nosotros, los humanos violentos y ambiciosos, proclives a usar los mecanismos del amor para nuestro provecho. El ser humano puede mejorar. Y de hecho algunos, empezando por el propio Jes¨²s v¨ªctima de la violencia, han alcanzado la sublimidad del amor por ¨¦l propuesto. Sin embargo, sus intenciones y miras iban m¨¢s all¨¢ y nos indic¨® que el gran secreto que estaba desvelando era que aquella locura de un mundo sin violencia no era pura utop¨ªa, alg¨²n d¨ªa otros seres humanos, se llamen como se llamen, podr¨ªan lograrlo.
(...) Uno de los episodios m¨¢s oscuros de los evangelios es el de la formaci¨®n intelectual y social de aquel profeta que, salido de las sombras de una aldea sin prestigio, es capaz de discutir y polemizar con los intelectuales de su tiempo, con los fariseos y los sacerdotes, una casta a la que ¨¦l no perteneci¨®. Jes¨²s era, en efecto, un seglar. ?D¨®nde estudi¨®? ?Era de verdad un gn¨®stico? ?Hab¨ªa viajado fuera de Palestina? A este respecto existe un incre¨ªble vac¨ªo en los evangelios que los escritos ap¨®crifos han llenado s¨®lo en parte. Ninguno de los cuatro evangelios oficiales dedica una sola palabra a lo que Jes¨²s hizo desde los 12 a?os, cuando se pierde en el templo y su madre le reprende por el dolor que les hab¨ªa causado a sus padres, hasta los 30 a?os, momento en el que aparece en la vida p¨²blica como profeta. En total, 18 a?os de silencio absoluto.
Desde hace 2.000 a?os hasta hoy, ese vac¨ªo inaudito ha sido el origen de las hip¨®tesis m¨¢s diversas sobre dicho periodo. Se sit¨²a a Jes¨²s viajando por India o por Egipto y entrando en contacto con los magos de su tiempo. Cualquier situaci¨®n es posible menos pensar que hubiese podido permanecer todos esos a?os encerrado en la min¨²scula aldea de Nazaret, tan insignificante que ni aparece en los mapas de la ¨¦poca. Es m¨¢s, cuando se hace alusi¨®n a ella es para despreciarla: "?Es que de Nazaret puede salir algo bueno?", se preguntaban los jud¨ªos de la ¨¦poca.
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