Obama entona de nuevo el 'Yes, we can!'
La aprobaci¨®n por el Congreso de la reforma sanitaria fortalece a la Casa Blanca - "Todav¨ªa somos un pueblo capaz de hacer grandes cosas", exclama el presidente
Tanto ruido han hecho en las ¨²ltimas horas el movimiento conservador y la tropa del Tea Party, que era dif¨ªcil ayer medir en toda su dimensi¨®n la revoluci¨®n social que representa la ley de reforma sanitaria aprobada en la noche del domingo al lunes por la C¨¢mara de Representantes. Lo hizo con m¨¢s precisi¨®n que nadie el congresista negro James Clyburn, un viejo combatiente contra el racismo: "?sta es la ley de derechos civiles del siglo XXI".
Cuando Barack Obama la firme hoy, en una ceremonia en el jard¨ªn de la Casa Blanca, se habr¨¢ convertido en el presidente que llev¨® a su pa¨ªs la reforma estructural m¨¢s profunda en medio siglo. Eso no le garantiza el ¨¦xito de su presidencia, pero s¨ª le asegura un puesto en la historia junto a presidentes como Franklin D. Roosevelt o Lyndon Johnson, que dieron los primeros pasos hacia el Estado del bienestar norteamericano.
El triunfo no s¨®lo afianza a Obama en el pa¨ªs, tambi¨¦n hacia el exterior
Las reformas en energ¨ªa, educaci¨®n e inmigraci¨®n vuelven al Despacho Oval
No supone esta reforma la homologaci¨®n de la sociedad norteamericana a los par¨¢metros de justicia social que rigen en Europa. Nunca ser¨¢ as¨ª porque los valores que rigen en Estados Unidos (el individualismo, la competencia, el ¨¦xito) son intr¨ªnsecamente diferentes a los europeos. Pero la ley que aprob¨® la C¨¢mara de Representantes por 219 votos contra 212, contiene los instrumentos necesarios para corregir un sistema de salud que lastraba la econom¨ªa norteamericana y dejaba literalmente morir sin asistencia a millones de personas.
Esto es obra de una combinaci¨®n de factores, entre los que no tienen importancia menor la persistencia de la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi; la habilidad del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, para tejer acuerdos, y la urgencia que muchos congresistas dem¨®cratas sintieron sobre su papel ante la historia.
Pero nada hubiera sido posible sin la voluntad de Barack Obama de hacer realidad su promesa de cambio. Esta ley es el cambio, no la victoria electoral de Obama. Presidentes vienen y van rutinariamente, pero muy pocos se atreven a tocar los cimientos del edificio nacional, por alarmante que sea su estado de conservaci¨®n. Obama se ha atrevido (o no ten¨ªa m¨¢s remedio que hacerlo). "Nos hemos revuelto contra las influencias indebidas y los intereses especiales. No nos rendimos ante la desconfianza, el cinismo o el miedo. En lugar de eso, demostramos que todav¨ªa somos un pueblo capaz de hacer grandes cosas", declar¨® Obama en la Casa Blanca en la medianoche del domingo, minutos despu¨¦s de la votaci¨®n en el Congreso, en un discurso que record¨® los mejores momentos del "Yes, we can!".
"Yes, we can!" gritaron muchos congresistas tras emitir su voto. Esta victoria da nuevos br¨ªos a los dem¨®cratas para sacar adelante la agenda pol¨ªtica de la Casa Blanca, pero sobre todo le da al presidente una fe renovada en su misi¨®n. Algunas iniciativas aparcadas tras el impacto sufrido en enero en las elecciones parciales de Massachusetts, como la reforma energ¨¦tica, la educaci¨®n o la ley de inmigraci¨®n, vuelven a estar en el Despacho Oval.
Tambi¨¦n respecto a la pol¨ªtica exterior se pueden apreciar algunos cambios. Un presidente fortalecido internamente es un presidente con mayor capacidad para presionar (Rusia, China) o apostar por opciones arriesgadas (Ir¨¢n). La primera y dif¨ªcil prueba de ello ser¨¢ hoy la entrevista de Obama con el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu.
La aprobaci¨®n de la reforma sanitaria cambia, en efecto, muchas cosas. Pero a¨²n es pronto para saber exactamente en qu¨¦ direcci¨®n. Es pronto incluso para dar por cerrado este debate puesto que no s¨®lo quedan algunos detalles legislativos por resolver, sino que los republicanos no parecen tener la menor intenci¨®n de dar por perdida esta batalla.
La primera confrontaci¨®n se va a vivir seguramente ma?ana en el Senado, convocado para la aprobaci¨®n del paquete de enmiendas que la C¨¢mara de Representantes aprob¨® inmediatamente despu¨¦s de la reforma sanitaria. Esas enmiendas recogen las demandas pactadas con los miembros de la C¨¢mara a cambio de que ¨¦stos aprobasen sin alteraci¨®n el texto de la reforma que el Senado aval¨® en la ¨²ltima Navidad. Ese paquete de enmiendas forma, pues, parte inseparable de la ley de reforma, aunque ser¨¢ ¨¦sta la que firme el presidente.
Los dem¨®cratas cuentan en el Senado con 59 esca?os, ocho m¨¢s de los necesarios para aprobar las enmiendas por mayor¨ªa simple. Pero el procedimiento legislativo norteamericano, pensado para favorecer a la minor¨ªa, le da esta multitud de instrumentos para dificultar el proceso. La batalla principal, en todo caso, se dar¨¢ ante el p¨²blico. Obama tiene previsto ir el jueves a Iowa a explicar qu¨¦ es lo que se ha aprobado. "Vamos a probar", dijo el presidente, "que este Gobierno del pueblo y por el pueblo trabaja para el pueblo".
Principales puntos de la nueva ley
- La ley tendr¨¢ un coste de 938.000 millones de d¨®lares (700.000 milones de euros) en 10 a?os. Su objetivo es lograr que 32 millones de personas sin seguro dispongan de uno subvencionado.
- Los adultos que no tienen ahora un seguro por condiciones m¨¦dicas preexistentes podr¨¢n acogerse a un programa especial hasta 2014. A partir de ese a?o, las aseguradoras no podr¨¢n rechazar a clientes por ese motivo.
- A partir de 2014, una bolsa estatal dar¨¢ cobertura subvencionada a las familias que no pueden permitirse pagar las primas actuales.
- Extensi¨®n del Medicaid (rentas bajas) a familias con ingresos m¨¢ximos de 29.300 d¨®lares anuales.
- Multas para empresas con m¨¢s de 50 empleados que no les proporcionen un seguro
y para familias que carezcan de p¨®liza.
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