La confesi¨®n de Clinton
Hay pol¨ªticos sensibles, como el antiguo secretario de Estado norteamericano Edmund Muskie, que, en plena ¨¦poca de la guerra fr¨ªa, confesaba que perd¨ªa frecuentemente el sue?o pensando en el peligro que supondr¨ªa que ¨¦l o sus asesores interpretaran mal alguna se?al de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Hay otros pol¨ªticos que en alg¨²n momento de su vida comprenden el da?o que provoc¨® una decisi¨®n suya, que entonces les pareci¨® casi intrascendente, y que tienen el valor de reconocerlo p¨²blicamente.
El pasado 10 de marzo, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, acudi¨® ante la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores del Senado, en Washington, para dar cuenta de sus gestiones como enviado especial de la ONU para Hait¨ª y, en mitad de su discurso, dijo algo importante e inesperado: "Tengo que vivir cada d¨ªa con las consecuencias de una decisi¨®n m¨ªa que fue, quiz¨¢, buena para algunos de mis granjeros en Arkansas, pero que fue un error porque trajo tambi¨¦n como resultado la p¨¦rdida de la capacidad de producir arroz de Hait¨ª y, consecuentemente, de su capacidad de alimentar a su pueblo. Fue resultado de algo que hice yo. Nadie m¨¢s".
"Una decisi¨®n m¨ªa trajo como resultado la p¨¦rdida de la capacidad de Hait¨ª de alimentar a su pueblo", reconoce el ex presidente
El repentino mea culpa de un ex presidente de Estados Unidos fue recogido ampliamente en www.huffingtonpost.com, que explic¨® detalladamente lo ocurrido. El cada d¨ªa m¨¢s atractivo ideascontralapobreza.blogspot.com, que abri¨® hace pocas semanas Gonzalo Fanjul, record¨® tambi¨¦n que Clinton tuvo a su disposici¨®n la informaci¨®n correcta, facilitada por varias ONG, y que, aun as¨ª, adopt¨® la decisi¨®n equivocada.
Todo ocurri¨® en 1995. Hac¨ªa solo un a?o que Estados Unidos, con Clinton al frente, hab¨ªa ayudado al presidente constitucional de Hait¨ª, Jean Bertrand Aristide, a superar un golpe de Estado. Pocos meses despu¨¦s, los exportadores de arroz estadounidense, que casualmente tienen su centro en la localidad de Stuttgart, en Arkansas (el Estado natal de Bill Clinton), presionaron para conseguir que Hait¨ª rebajara del 50% al 3% las tasas aduaneras que proteg¨ªan la producci¨®n del arroz desde la ¨¦poca de Duvalier.
Clinton apoy¨® a "sus granjeros" y a las exigencias "ideol¨®gicas" del FMI y del Banco Mundial, partidarios de la liberalizaci¨®n r¨¢pida del comercio internacional. Inicialmente las cosas parecieron ir bien: el precio del arroz baj¨® en Hait¨ª. Pero poco a poco se impuso la realidad: el arroz subvencionado norteamericano era mucho m¨¢s barato que el producido en Hait¨ª: 3,8 d¨®lares frente a 5,12 d¨®lares por libra, y centenares de peque?os agricultores haitianos, arruinados, dejaron el campo y se dirigieron a la atestada y pobre capital, Puerto Pr¨ªncipe, en b¨²squeda de la supervivencia.
Hait¨ª lleg¨® a importar solo el 19% de los alimentos que necesitaba all¨¢ por los a?os setenta-ochenta. Incluso pod¨ªa exportar un poco de arroz. La avasalladora presi¨®n de los defensores del libre mercado hizo saltar por los aires la protecci¨®n para la agricultura local y en pocos a?os Hait¨ª necesitaba importar m¨¢s del 50% de sus necesidades alimenticias (y, por supuesto, el 80% del arroz).
Los portavoces de Riceland Foods, en Stuttgart, est¨¢n ahora enfadados con Clinton. "Hait¨ª no puede producir el arroz que necesita", dicen. Quiz¨¢ tengan raz¨®n. El informe del Huffington Post explica que donde antes se plantaba arroz, algunos plantaron determinados tipos de jud¨ªa muy destructiva del suelo agr¨ªcola. Probablemente ahora no se pueda plantar all¨ª ni arroz ni nada.
La importancia de la confesi¨®n de Clinton es que el ex presidente no estaba denunciando s¨®lo su propia actuaci¨®n en Hait¨ª, sino una "plantilla" de funcionamiento de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados que imponen planes r¨¢pidos de liberalizaci¨®n de comercio, que destrozan los mercados internos. "Arrepi¨¦ntete, Bill. Y, de paso, ¨²nete a quienes reclaman una reforma del sistema de ayuda alimentaria estadounidense (entre quienes no se encuentra la ministra de Agricultura espa?ola, Elena Espinosa, por lo visto) y hazlo ahora que las negociaciones de la OMC a¨²n ofrecen una oportunidad", pide Fanjul. Clinton, que conoce ahora la desoladora desgracia de Hait¨ª, no deber¨ªa olvidar que todas las religiones exigen no solo arrepentimiento, sino tambi¨¦n reparaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.