Solo es un clon, no un semental
La copia gen¨¦tica de animales es problem¨¢tica y no garantiza la herencia de virtudes - Pero salvar a especies en extinci¨®n justifica el intento
Si usted desea clonar a su pura sangre favorito, la ciencia est¨¢ de su parte. Otra cosa es que obtenga un semental que le asegure potros veloces. Y si desea replicar a su gato persa favorito, tambi¨¦n le saldr¨¢ muy caro. Aunque nadie le garantice que el fant¨¢stico pelaje sea exactamente igual. Crear un mam¨ªfero gen¨¦ticamente id¨¦ntico a otro -como Got, el primer clon de un toro de lidia presentado ayer- es un acontecimiento cient¨ªfico espectacular, pero de momento, es una t¨¦cnica experimental, con usos poco definidos y plantea un c¨²mulo de dudas suficientemente numeroso como para estar lejos de convertirse en algo generalizado.
La opini¨®n mayoritaria de los cient¨ªficos es que replicar animales gen¨¦ticamente exactos a otro del que se ha extraido el ADN puede estar justificado en especies en riesgo de extinci¨®n o animales sujetos a un coste caprichoso en los que el valor sentimental est¨¦ por encima del econ¨®mico (un caballo pura sangre, un toro de lidia o una mascota muy querida por sus due?os), pero poco m¨¢s. Adem¨¢s, la t¨¦cnica es todav¨ªa demasiado reciente para estar totalmente validada. "A¨²n tiene que pasar m¨¢s tiempo para ver si se mantienen las caracter¨ªsticas en los descendientes de los animales clonados", se?alaba ayer Rita Cervera, la investigadora del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe (CIPF) de Valencia responsable del proceso de clonaci¨®n de Got.
La tasa de ¨¦xito para obtener un toro clonado est¨¢ entre el 1% y el 4%
La UE no autoriza el consumo de carne obtenida de reses replicadas
En la clonaci¨®n animal, son muchas las cuestiones a solventar, empezando por la eficacia de la t¨¦cnica. Con ejemplares bovinos, la clonaci¨®n ha alcanzado tasas de ¨¦xito consideradas elevadas por los especialistas, pero apenas oscilan entre el 1% y el 4%. Es decir, en el mejor de los casos, hacen falta 25 ¨®vulos para conseguir a un toro clonado. En el caso de la oveja Dolly, el primer mam¨ªfero en ser clonado, en el a?o 2006, fueron necesarios 200 ¨®vulos (un 0,5%).
Juan Jos¨¦ Badiola, presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de Espa?a, considera interesante la clonaci¨®n para lo que ¨¦l llama usos destinados al espect¨¢culo. Es el caso del toro de lidia, "una raza muy limitada", lo que justificar¨ªa la aplicaci¨®n de la t¨¦cnica para contar con sementales con alto valor gen¨¦tico. O especies en riesgo de extinci¨®n. E incluso destaca todo lo que tenga que ver con el progreso cient¨ªfico: "Todos los avances en gen¨¦tica son importante, gusten m¨¢s o menos", comentaba ayer a este diario, mientras asist¨ªa a una reuni¨®n de la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria.
Cuesti¨®n distinta, y controvertida, es la relacionada con la comercializaci¨®n con destino al consumo humano. Un potencial uso de esta t¨¦cnica ser¨ªa el de industrias ganaderas interesadas en perpetuar ejemplares ¨®ptimos como procreadores. El consumo de animales clonados (su carne o su leche) ni se contempla. El alto precio de su producci¨®n (m¨¢s de 10.000 euros por ejemplar) lo desaconseja. El negocio ser¨ªa clonar a aquellos gen¨¦ticamente m¨¢s interesantes y crear una especie de sementales eternos que estuvieran produciendo continuamente animales ¨®ptimos, estos s¨ª, para acabar en los supermercados. "Seguramente, los clones ser¨ªan igual de buenos que sus antecesores, pero eso no lo sabemos", advierte Pere Puigdom¨¨nech, investigador del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) de Barcelona, en la misma l¨ªnea que Cervera, del CIPF.
De momento, no ha pasado el suficiente tiempo para que haya nacido un becerro de un clon. "Tampoco se sabe si estos animales tienen una vida m¨¢s corta frente a los 30 a?os de media que suele vivir una vaca", comenta este bi¨®logo molecular. La archifamosa Dolly muri¨® a los seis a?os, cuando la expectativa de vida de una oveja de su especie puede rondar los 11 o 12 a?os. "Fue por una infecci¨®n pulmonar, pero sobre la mesa est¨¢ la posibilidad que pudiera sufrir un envejecimiento precoz", apunta Puigdom¨¨nech. Distintos informes revelaron tras su autopsia que sufr¨ªa enfermedades propias de ejemplares de mayor edad.
Ante estas dudas, y la falta de regulaci¨®n sobre la cuesti¨®n, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA es el acr¨®nimo en ingl¨¦s) decidi¨® en 2008 no autorizar la comercializaci¨®n de filetes de cerdo o vaca procedentes de la crianza de ejemplares clonados, en una decisi¨®n opuesta a la tomada por la autoridad estadounidense, la FDA, que s¨ª lo permiti¨® en 2008, como recuerda Badiola. Puigdom¨¦nec, que fue el ponente de un estudio elaborado por el Grupo Europeo de ?tica de la Ciencia y las Nuevas Tecnolog¨ªas sobre esta cuesti¨®n, recuerda que a partir de los datos disponibles, la agencia europea no determin¨® que existiera riesgo para los consumidores ni que hubiera diferencia entre los productor procedentes de animales clonados o sus descendientes que de los concebidos de forma natural. Pese a ello, "prevaleci¨® el principio de precauci¨®n", comenta Badiola.
Junto a la cuesti¨®n de la seguridad alimentaria, Puigdom¨¨nech plantea otros reparos a la comercializaci¨®n de esta carne, como el relacionado con el bienestar animal. Este bi¨®logo molecular advierte del gran n¨²mero de abortos y malformaciones que se producen en los procesos de clonaci¨®n animal. Tambi¨¦n alude al perjuicio que puede producirse para la diversidad gen¨¦tica de la especie por la homogeneizaci¨®n derivada de la reproducci¨®n a partir de clones. "?Vale la pena una t¨¦cnica tan cara, que provoca problemas a los animales para obtener una ventaja tan peque?a?", se pregunta Puigdom¨¨nec.
El catedr¨¢tico de Gen¨¦tica de la Universidad Complutense y asesor de diversas ganader¨ªas Javier Ca?¨®n sostiene que en ning¨²n caso es adecuada la clonaci¨®n para la mejora de la especie del toro bravo. "En el contexto en el que yo me muevo, el econ¨®mico, no tiene sentido", sostiene. No solo por su elevado coste. Los cruces son la base de la mejora de las reses, a?ade. Pero, adem¨¢s, existe otro factor. La bravura vendr¨ªa determinada entre un 30% y un 50% por la gen¨¦tica. Por ello, la copia de un toro de lidia no ser¨¢ necesariamente tan bravo como su original.
El director cient¨ªfico del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe de Valencia, Carlos Sim¨®n, insiste en el peso de los factores no gen¨¦ticos. Al margen de la relevancia de la carga hereditaria, los investigadores est¨¢n cada vez m¨¢s centrados en los mecanismos epigen¨¦ticos, una dimensi¨®n superior a la gen¨¦tica. Los h¨¢bitos de la persona, su trabajo o el ambiente en el que se mueve act¨²an como reguladores de los genes, de forma que act¨²an como una especie de interruptores, activ¨¢ndolos o inhibiendo la actividad gen¨¦tica.
M¨¢s remotas son las eventuales aplicaciones de la clonaci¨®n en embriones humanos. En pa¨ªses como Espa?a se permite la llamada clonaci¨®n terap¨¦utica de embriones humanos (nunca con fines reproductivos). Pero ni en Espa?a ni en el mundo se ha logrado cultivar c¨¦lulas embrionarias con fines m¨¦dicos. El investigador coreano Hwang Woo-suk lo anunci¨® en 2005, pero fue un fraude. Adem¨¢s, al ritmo que avanza la investigaci¨®n, la clonaci¨®n para obtener c¨¦lulas madre est¨¢ superado por otra t¨¦cnica, la denominada reprogramaci¨®n celular, como apunta el propio Sim¨®n, en la que se est¨¢n volcando los investigadores. Consiste en obtener c¨¦lulas madre a partir de c¨¦lulas de la piel o el pelo, de forma que se evitar¨ªan los problemas ¨¦ticos que supone manipular embriones.
En ciencia nunca sobra la investigaci¨®n. Por eso, la epigen¨¦tica, la reprogramaci¨®n celular o la clonaci¨®n tienen cada una su sitio. Y el de esta ¨²ltima no tiene mucho sentido, m¨¢s all¨¢ de -caprichos al margen- salvar especies en peligro.
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