Kazuo Oono, creador de la danza de las tinieblas
El 'butoh' recrea el horror de Hiroshima y Nagasaki
El pasado 1 de junio muri¨® a los 103 a?os el bailar¨ªn y core¨®grafo japon¨¦s Kazuo Oono (Ohno). Hab¨ªa nacido en Hakodate el 27 de octubre de 1906. Hasta los 101 a?os concedi¨® entrevistas y conversaba animadamente; se mantuvo de alguna manera sobre las tablas hasta los 95. Despu¨¦s, en su silla de ruedas, hac¨ªa volar sus nudosas manos.
Kazuo Oono fue un buen deportista y un estudiante d¨ªscolo. Siempre relat¨® que su vida cambi¨® cuando uno de los instructores del Colegio Japon¨¦s de Atletismo donde estaba becado llev¨® a un grupo de estudiantes a ver una actuaci¨®n de la bailarina espa?ola Antonia Merc¨¦ La Argentina. Mucho despu¨¦s, en 1977, Oono crea su solo sobre La Argentina, considerado por los historiadores de la danza moderna como un verdadero cl¨¢sico ic¨®nico.
Su danza era moderna y ancestral, cerebral a la vez que f¨ªsica
Fue uno de los fundadores de la danza butoh, la llamada tambi¨¦n danza de las tinieblas, inspirada en el caminar desorientado de los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki y la repulsi¨®n que provocaban sus cuerpos destrazados. La ¨²ltima manifestaci¨®n de su legado en Espa?a fue en la Casa Asia de Barcelona en septiembre de 2008 con una amplia retrospectiva videogr¨¢fica. Era una leyenda viva, un ejemplo inmarcesible de honestidad, coherencia y trayectoria. Entend¨ªa la vida como una lecci¨®n y un eterno aprendizaje.
Despu¨¦s de graduarse, Kazuo Oono ense?¨® danza en Yokohama. En 1938 Kazuo es llamado a filas, donde estuvo nueve a?os. Lleg¨® a pasar un a?o en Nueva Guinea como prisionero de guerra en un campo de internamiento. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki tambi¨¦n le marcaron profundamente. Ya a principios de los a?os cincuenta sus solos evocan la muerte de los soldados, el mar como mortaja y una humanidad arrasada por el hambre y las enfermedades. Ya hab¨ªa bailado en p¨²blico en 1949 acompa?ado de Mitsuko Ando. Ten¨ªa 43 a?os en ese debut tard¨ªo. Recibi¨® entonces las influencias de Tatsumi Hijikata, verdadero padre fundacional del butoh. Hijikata invit¨® a Oono a unirse a ¨¦l y trabajaron juntos desde 1959 a 1966 en un despliegue intelectual que incluy¨® obras inspiradas por la gran literatura, desde Genet a Lautereamont y Mishima. Particip¨® en varios filmes de Chiaki Pagano entre 1969 y 1973 y sus solos se convirtieron en el meollo est¨¦tico de sus representaciones. Ya a mediados de los a?os ochenta se presentaba en escena con su hijo y juntos en 1999 presentaron en Tokio el R¨¦quiem por el siglo XX.
Europa y Occidente en general descubrieron tarde su figura menuda, tr¨¦mula y enigm¨¢tica, enfundada en harapos, travestido en fantasma de sexo indefinido. Actu¨® por primera vez en Nancy en 1980 y provoc¨® de inmediato una ola de admiraci¨®n y reflexi¨®n; de all¨ª salt¨® a Par¨ªs a la iglesia de Saint-Jacques-du-Haut-Pat, donde bail¨® y, como era su costumbre, esper¨® a los espectadores ya ataviado, a la puerta del templo, recostado en una columna, como si no pudiera sostenerse en pie. Durante a?os, Oono tambi¨¦n los desped¨ªa uno, les agradec¨ªa con una reverencia y un apret¨®n de manos. Lo que hac¨ªa este ancianito menudo, travestido con harapos de mujer extra¨ªdos de un rastrillo y maquillado de blanco n¨ªveo con los tradicionales polvos de arroz del maquillaje oriental, no era una danza conocida. Era moderna y ancestral, cerebral a la vez que f¨ªsica.
Bail¨® en Mil¨¢n por primera vez en el teatro del Elfo, en 1983; poco antes hab¨ªa actuado en Barcelona: fue durante el festival Grec de 1982 en el teatro de la Caridad. La obra principal de su repertorio, su bandera est¨¦tica, es Homenaje a Antonia Merc¨¦. Otra creaci¨®n memorable de Kazuo Oono es Mar Muerto. La hizo al volver de Israel en 1985 y all¨ª aparece con su hijo Yoshito Oono. Kazuo Oono dijo en Madrid: "Hay cosas que el maestro no puede ense?ar y solo la propia persona puede descubrir y transmitir". Tambi¨¦n ha dicho que "la gente que, a causa de su cuerpo, piensa que morir es triste, ha dejado ya de vivir".
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