Todos contra todos por el at¨²n rojo
Pescadores y cient¨ªficos ven mejor¨ªa en la especie, pero los ecologistas consideran que est¨¢ al borde del colapso
Las aguas al sur de Malta est¨¢n atestadas. La primera semana de junio se congregaron 26 cerqueros, remolcadores, inspectores de la UE, un barco de la armada francesa y otro malt¨¦s, helic¨®pteros y buques de Greenpeace. El at¨²n rojo (bluefin tuna para los cient¨ªficos, bloody fucking tuna para los pescadores) los ha atra¨ªdo a todos. Es la ¨²nica semana de pesca de esta especie en el Mediterr¨¢neo, y esta es la principal zona de cr¨ªa.
Francois Jordene, patr¨®n del Saint Francois II, est¨¢ desesperado. "El agua est¨¢ demasiado fr¨ªa, a 22 grados, y ten¨ªa que estar a 24. S¨®lo podemos pescar un mes al a?o, y no me importa. Pero nos hacen faenar cuando no es temporada", relata desde el puente de mando. Es s¨¢bado 5 de junio, y el permiso acaba en 10 d¨ªas. Jordene se desespera y ve c¨®mo frente a ¨¦l un barco libio, el Mohamed Essadek, es uno de los primeros en cerrar el cerco alrededor de un cardumen de atunes.
A las almadrabas de C¨¢diz han entrado el doble de peces que en una d¨¦cada
En aguas de Malta, los 'cerqueros' tiran bengalas a lanchas de Greenpeace
Cuando el sonar -o los prism¨¢ticos- detecta un grupo de peces, las lanchas despliegan a toda velocidad una red de 1,8 kil¨®metros de per¨ªmetro. Una vez encerrados, los atunes son transferidos a una granja r¨ªgida, en una compleja operaci¨®n. Un remolcador trae la granja, y los buzos abren un paso. Una vez en la jaula, los atunes son llevados muy lentamente hacia sus zonas de cr¨ªa (Tarragona, Cartagena, Malta, Libia...), donde son engordados y, en oto?o, cuando tienen m¨¢s grasa, vendidos.
Muchos acabar¨¢n en el mercado de Tokio para ser desgustados como sushi, pero tambi¨¦n van a Londres o Madrid. El at¨²n rojo se ha pescado en el Mediterr¨¢neo desde hace milenios, pero el cerco, implantado en los noventa, supuso un avance enorme para los pescadores, y un paso hacia el abismo para la especie. La pesca masiva, muy por encima de las cuotas y llena de trapacer¨ªas -seg¨²n reconoce hoy todo el sector- la llev¨® al borde de la extinci¨®n. "Hace tres a?os esto era la jungla", admite un coordinador de la Agencia de Control de las Pesquer¨ªas Comunitarias (CFCA en ingl¨¦s). "En aguas internacionales no inspeccionaba nadie", dice desde el Jean Charcot, el barco de 74 metros desde el que inspectores de Espa?a, Italia, Malta y Francia vigilan los cerqueros. El coordinador exige anonimato para evitar presiones de la industria -tal es el grado de disputa-. Su presencia ha echado a la flota turca y a buena parte de la libia. No act¨²an bajo la bandera de la UE, sino de la Comisi¨®n Internacional para la Conservaci¨®n del At¨²n Atl¨¢ntico (ICCAT), y puede inspeccionar cualquier barco en aguas internacionales.
El d¨ªa anterior, escucharon c¨®mo un barco de Greenpeace intentaba impedir el cierre del primer cerco. "O¨ªmos por radio c¨®mo los pescadores tiraban bengalas al helic¨®ptero de los ecologistas", dice uno de los tripulantes del Jean Charcot. Un ecologista fue herido en la pierna por un arp¨®n y una de sus lanchas fue hundida. Los conservacionistas de Sea Shepherd, mucho m¨¢s radicales, con una bandera pirata, estaban tambi¨¦n en Malta.
Hasta entonces, el mal tiempo hab¨ªa impedido la pesca y no hab¨ªa nada que revisar. Desde ese momento, los atunes se juntaron y la UE cerr¨® las pesquer¨ªas solo seis d¨ªas despu¨¦s porque se hab¨ªa superado la cuota.
A partir de ah¨ª vienen las diferencias irreconciliables. Para los pescadores, la rapidez para cumplir el cupo demuestra que el at¨²n se recupera, que el plan de 2006 y la progresiva reducci¨®n de capturas y cuotas surte efecto. En 2010, en el Mediterr¨¢neo se pueden capturar 13.500 toneladas, un 40% menos que hace un a?o, aunque los ecologistas ped¨ªan el cierre completo. La norma impide el uso de aviones para avistar los cardumenes (al juntarse en superficie, si la mar est¨¢ calmada, se ve plateado) y fija tallas m¨ªnimas.
Juan Serrano, director general del Grupo Balfeg¨®, que tiene cuatro de los seis cerqueros espa?oles, sostiene: "El tiempo r¨¦cord en el que hemos cumplido nuestra cuota puede ser un indicador de que los planes de recuperaci¨®n del at¨²n rojo y los sistemas de control dan resultados". Los pescadores, nunca comedidos, afirman que los peces "saltan de la mar".
Pero con el at¨²n rojo, lo que para unos es blanco para otros es negro. Ra¨²l Garc¨ªa, de WWF, y el eurodiputado Ra¨²l Romeva, de ICV, opinan lo contrario. "Si cumples el cupo en una semana es que tu flota est¨¢ sobreequipada. Aunque los planes funcionaran, en solo tres a?os no se notar¨ªa en atunes adultos", opina Garc¨ªa.
El problema radica en que es muy complicado conocer el estado del stock. El at¨²n nada a m¨¢s de 60 kil¨®metros por hora, puede vivir 20 a?os, pesa hasta 600 kilos y tiene una migraci¨®n irregular: del golfo de M¨¦xico al Atl¨¢ntico norte y al Mediterr¨¢neo, donde cr¨ªa en tres zonas, pero sin un patr¨®n del todo conocido.
Jos¨¦ Luis Cort, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, admite la dificultad conocer la realidad. "Las estimaciones se hacen con modelos, pero si los datos son incompletos los modelos dan estimaciones err¨®neas". Los cient¨ªficos de ICCAT han usado durante a?os datos de las capturas, que est¨¢n sesgadas porque mucha pesca no se declaraba. Cort explica que en 1970 se estimaba un stock de 300.000 toneladas, y hoy de 100.000. " los planes est¨¢n dando resultado", resume Cort, que lleva d¨¦cadas estudiando el at¨²n y se inclina m¨¢s hacia la opini¨®n de los pescadores. Muestra estudios que revelan que ahora es m¨¢s sencillo ver agregaciones de t¨²nidos.
Hay m¨¢s indicios. La almadraba de Carloforte (en Cerde?a) ha levantado atunes por primera vez en a?os. Y, lo que es m¨¢s importante, seg¨²n el Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, en las almadrabas de C¨¢diz han entrado cuatro veces m¨¢s atunes que el a?o anterior y el doble de la media de los ¨²ltimos 10 a?os. Tantos, que han tenido que liberarlos.
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