"Que los accionistas de PT no violen la voluntad del Estado"
La oferta de Telef¨®nica por Vivo, aceptada por el 73,9% de los accionistas de PT, se sald¨® el pasado mi¨¦rcoles con el veto del Gobierno portugu¨¦s. Jos¨¦ S¨®crates defiende la legalidad de su actuaci¨®n, que le ha enfrentado a Bruselas
El bloqueo de la venta millonaria de Vivo a Telef¨®nica ha desencadenado una tormenta de reacciones contrarias a la actuaci¨®n del Gobierno portugu¨¦s. En medio de la tempestad est¨¢ el primer ministro, Jos¨¦ S¨®crates, socialista, que en nombre del "inter¨¦s general" us¨® la acci¨®n de oro que el Estado tiene en Portugal Telecom (PT). Se frustr¨® la operaci¨®n, al menos moment¨¢neamente, a la espera de la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia. Las cr¨ªticas llovieron de todos los lados, y algunas fueron muy duras. Es probable que el jefe de Gobierno est¨¦ en esta batalla m¨¢s solo que nunca. "Un primer ministro no puede dejarse acorralar", reconoce cuando la conversaci¨®n ya lleva un buen recorrido. La entrevista tiene lugar a partir de las nueve de la noche del jueves, el d¨ªa despu¨¦s de la junta de accionistas, en una sala de la residencia oficial del primer ministro cuando ya cae la noche en Lisboa. El palacete est¨¢ en silencio y a media luz. Solo quedan los funcionarios de guardia. S¨®crates entra en la sala en mangas de camisa, acompa?ado del jefe de prensa. Cita un verso de Horacio en sus primeras palabras, reveladoras del estado de ¨¢nimo: "Quien teme la tormenta, acaba a rastras". Se le nota cansado, pero firme, vehemente incluso. Es solo una impresi¨®n, pero esta noche el ambiente que rodea al primer ministro transmite soledad por encima de todo.
"La Comisi¨®n Europea defiende posiciones ultraliberales"
"Telef¨®nica no tiene el derecho natural de hacerse con el control de Vivo"
"No me da miedo la soledad a la hora de tomar decisiones"
"Lamento que Telef¨®nica no haya negociado con la direcci¨®n de PT"
"Un primer ministro no puede dejarse acorralar"
"A ning¨²n Gobierno le gusta que le doblen el brazo"
"Estamos defendiendo nuestros intereses y tenemos derecho a ello"
"Nunca pens¨¦ que usar¨ªa los derechos especiales. Confi¨¦ en el sentido com¨²n"
Pregunta. ?El uso de la acci¨®n de oro en la asamblea general de Portugal Telecom para invalidar el voto del 74% a favor de la oferta de Telef¨®nica no es una violaci¨®n de la voluntad de la mayor¨ªa de accionistas?
Respuesta. En absoluto. La empresa tiene sus estatutos, que son la ley. No hemos lesionado los derechos de nadie. Estamos defendiendo nuestros intereses y tenemos derecho a ello. No ha habido violaci¨®n de ninguna regla o ley. Los derechos especiales que tiene el Estado con 500 acciones son resultado de una decisi¨®n aprobada por los accionistas cuando se privatiz¨® Portugal Telecom. Durante muchos a?os los accionistas han convivido bien en este marco. Nunca pens¨¦ que usar¨ªa los derechos especiales, porque siempre confi¨¦ en que Telef¨®nica tendr¨ªa el sentido com¨²n de considerar los intereses estrat¨¦gicos y de negociar con la administraci¨®n de PT. Telef¨®nica sab¨ªa que ten¨ªamos estos derechos especiales desde hace muchos a?os.
P. A pesar de que la acci¨®n de oro figura en los estatutos de la compa?¨ªa, el presidente ejecutivo, Zeinal Bava, y los 25 miembros del consejo de administraci¨®n han dicho antes y despu¨¦s de la junta de accionistas que, en la votaci¨®n de la oferta de Telef¨®nica, la acci¨®n de oro no interven¨ªa, y que participaba como una acci¨®n normal, sin derechos especiales.
R. Esto es una cuesti¨®n jur¨ªdica. El Gobierno, apoyado en criterios jur¨ªdicos s¨®lidos, sostiene que los derechos especiales son aplicables. Pero hay que respetar a quien tiene la competencia para tomar las decisiones en la junta general de accionistas, que es el presidente de la mesa, que adem¨¢s es un gran jurista en cuestiones administrativas.
P. Pero el efecto del voto del Estado es diferente del de cualquier otro accionista, porque con sus poderes especiales puede invalidar el resultado de una votaci¨®n.
R. Exacto, eso es lo que dicen los estatutos. Son la ley de la empresa. Es as¨ª el estado de derecho.
P. El consejo de administraci¨®n, m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n de la empresa, no tiene esta opini¨®n.
R. El consejo de administraci¨®n no tiene competencias en la direcci¨®n de la junta general. Cada uno de los accionistas vota conforme a su propia voluntad. Yo no estoy violando ninguna voluntad de los accionistas, pero que los accionistas no violen la voluntad del Estado.
P. Usted habla de las reglas de PT, pero es m¨¢s que probable que el Tribunal Europeo de Justicia, con sede en Luxemburgo, dictamine el pr¨®ximo d¨ªa 8 que una de esas reglas, la acci¨®n de oro, es ilegal. Si esto ocurre, ?qu¨¦ har¨¢ el Gobierno portugu¨¦s?
R. No anticipo escenarios.
P. La Comisi¨®n Europea ya ha dado su opini¨®n y ha criticado el uso de la acci¨®n de oro por el Gobierno que usted preside, por entender que es una restricci¨®n injustificada de la libre circulaci¨®n de capitales.
R. Hay un proceso en curso entre la Comisi¨®n Europea y el Estado portugu¨¦s. No vamos a anticipar la decisi¨®n del tribunal. Pero s¨ª digo que la Comisi¨®n no tiene raz¨®n, porque dice que el Estado portugu¨¦s se ha otorgado derechos especiales. No es verdad. Los derechos especiales fueron decididos de forma privada por la asamblea general de accionistas de Portugal Telecom, y de acuerdo con nuestras reglas de funcionamiento de sociedades comerciales. La demanda de la Comisi¨®n Europea contra el Estado portugu¨¦s refleja tambi¨¦n un cierto prejuicio contra la posici¨®n de accionista de los Estados. Aqu¨ª no hay econom¨ªa, sino mucha ideolog¨ªa.
P. ?Insin¨²a que la Comisi¨®n Europea no respeta al Estado portugu¨¦s?
R. Claro que lo respeta y es natural que la Comisi¨®n reafirme su posici¨®n, pero no estoy de acuerdo con ella. Entender¨ªa la demanda de la Comisi¨®n si nos hubi¨¦ramos otorgado derechos especiales, pero no es el caso. Pienso que las posiciones de la Comisi¨®n Europea, desde hace muchos a?os, derivan no s¨®lo de posiciones econ¨®micas, sino tambi¨¦n de posiciones ideol¨®gicas ultraliberales contra la presencia del Estado. En muchas de las empresas que desempe?an un papel importante en las econom¨ªas, como por ejemplo las de energ¨ªa y comunicaciones, los derechos especiales de los Estados, definidos de forma privada entre los accionistas, son una buena forma, una forma light, de preservar el inter¨¦s general para tenerlo en cuenta en las decisiones estrat¨¦gicas de la empresa. Los Estados no interfieren en la gesti¨®n, pero tienen la posibilidad de hacer o¨ªr sus opiniones y que estas sean tenidas en cuenta. Nunca hab¨ªamos utilizado este derecho especial en PT.
P. ?Por qu¨¦ ha usado ahora la acci¨®n de oro?
R. Lo he dicho muchas veces. Telef¨®nica deber¨ªa escucharnos. Pienso en los intereses estrat¨¦gicos de PT, y en mi pa¨ªs. Mi postura tiene que ver con el an¨¢lisis de propuesta frente a la dimensi¨®n y la escala de la compa?¨ªa, y tambi¨¦n con las condiciones que la dimensi¨®n proporciona para inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo, proyectos industriales e innovaci¨®n. Lo dije 15 d¨ªas antes y lo repet¨ª en el Parlamento.
P. En su opini¨®n, ?qu¨¦ deber¨ªa haber hecho Telef¨®nica?
R. Lamento que Telef¨®nica no haya negociado con la direcci¨®n de PT.
P. Han sido las dos partes.
R. Bueno, por la informaci¨®n que tengo, Telef¨®nica present¨® una propuesta la noche anterior a la asamblea general y la administraci¨®n de PT no tuvo tiempo de pronunciarse. No se puede olvidar la historia de Vivo. Vivo empez¨® con una inversi¨®n de PT en Brasil, en una decisi¨®n estrat¨¦gica que en su d¨ªa fue muy criticada en 1998. Yo estaba en el Gobierno. M¨¢s tarde, PT invit¨® a Telef¨®nica a ser su socio, con el 50%. Telef¨®nica no tiene el derecho natural de hacerse con el control de Vivo.
P. Sus razones para no vender Vivo son las mismas que esgrime la direcci¨®n de PT, con su presidente ejecutivo, Zeinal Bava, a la cabeza. Ustedes dos coinciden en todo menos en una cosa. ?l no est¨¢ de acuerdo en que en este caso el Estado utilice la acci¨®n de oro.
R. Respeto su posici¨®n y espero que ¨¦l respete la m¨ªa. Pero podemos convivir con esta discrepancia. El uso de los derechos especiales en este caso es una cuesti¨®n jur¨ªdica, no es materia de opini¨®n. A m¨ª me tranquiliz¨® mucho la posici¨®n del presidente de la asamblea general, siendo como es un gran jurista.
P. ?Cu¨¢l habr¨ªa sido su posici¨®n, si el presidente de la junta general no hubiera invocado los derechos especiales del Estado que confieren la acci¨®n de oro y se hubiera aprobado la venta de Vivo a Telef¨®nica?
R. Habr¨ªa respetado su decisi¨®n, como corresponde en un Estado de derecho. El Estado de derecho no es aquel que defiende nuestro punto de vista, sino el que defiende la ley. Y en este caso, la ley se llama estatutos, que fueron aprobados por todos los accionistas, incluida Telef¨®nica. ?Y ahora porqu¨¦ los cuestiona?
P. Estos estatutos se aprobaron hace 15 a?os, pero el mundo y las situaciones cambian. Hoy, el 74% de los accionistas presentes en la asamblea general de PT vot¨® a favor de la oferta de Telef¨®nica. ?Ante una mayor¨ªa tan abrumadora, tiene sentido invocar los estatutos?
R. Los estatutos son la ley de la empresa y obligan a todos. Todos los conoc¨ªan desde hace m¨¢s de 15 a?os. No recuerdo que nadie presentara nunca en la asamblea general una propuesta para modificar los estatutos.
P. La oferta de Telef¨®nica de 7.150 millones de euros se aproxima al valor de PT en Bolsa. Desde un punto de vista estrat¨¦gico, ?con esta entrada de capital, PT no podr¨ªa buscar otras alternativas de desarrollo?
R. Lo desconozco, porque nadie me ha presentado un plan en este sentido.
P. ?Esperaba que Telef¨®nica aumentar¨ªa la oferta el ¨²ltimo d¨ªa?
R. Lo que esperaba es que Telef¨®nica hubiera negociado con la administraci¨®n de PT, donde el Estado est¨¢ representado. Negociar no es imponer.
P. No impusieron, presentaron una oferta para someterla a votaci¨®n.
R. Ya s¨¦ que hicieron una oferta a los accionistas, lo que esperaba era una negociaci¨®n con la administraci¨®n. Porque cuando el Estado est¨¢ en la asamblea general y se encuentra en la disyuntiva de lo tomas o lo dejas, el Estado tiene que responder. Y respondi¨®: no quiero.
P. ?Se siente solo en esta tormenta que ha provocado el veto del Estado portugu¨¦s?
R. Algunos que critican no usan argumentos, sino insultos. Esas cr¨ªticas tienen m¨¢s de posici¨®n ideol¨®gica que de an¨¢lisis racional. Calificar de colonialismo la inversi¨®n de Portugal en Brasil es rid¨ªculo. No me da miedo la soledad a la hora de tomar decisiones. Un primer ministro no puede dejarse acorralar. A ning¨²n Gobierno le gusta que le doblen el brazo.
P. ?Entonces, el uso de la acci¨®n de oro es una decisi¨®n pol¨ªtica?
R. En absoluto. Es una decisi¨®n racional que no tiene nada que ver con pol¨ªtica. Y de defensa de los intereses generales de PT.
P. ?Ha hablado con su amigo, el presidente Zapatero despu¨¦s de la junta de PT?
R. S¨ª. Soy amigo de Zapatero, que siempre ha demostrado un gran cari?o a Portugal. Y soy una persona que ama Espa?a, desde hace muchos a?os. Su cultura, su pueblo, su literatura est¨¢n en mi coraz¨®n. Conozco Espa?a desde ni?o. Pero aqu¨ª me debo a los intereses de mi pa¨ªs, y esto no afecta a mis relaciones con Zapatero.
P. ?Le apoya el presidente Zapatero en su decisi¨®n de vetar la venta de Vivo a Telef¨®nica?
R. Lo que he hablado con Zapatero es un asunto privado.
P. Muchos accionistas tienen la sensaci¨®n de que se les ha impuesto una decisi¨®n, que es el veto.
R. Es totalmente falso. No he impuesto nada. He actuado de acuerdo con los estatutos. No impongo, pero no me impongan.
P. Con una actitud distinta de Telef¨®nica, ?las razones estrat¨¦gicas que usted esgrime tendr¨ªan el mismo valor?
R. La realidad es que Telef¨®nica no ha negociado. Hemos dicho y repetido que la propuesta no compensa la decisi¨®n estrat¨¦gica de vender Vivo.
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